XXXIII

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Capítulo 33

Harry. 

-Te daré lo que falta. –afirmó ella.

-¿Qué? No. No, no, no y no. Punto. –me negué. 

-Sí, Harry. 

-¿Y de dónde planeas sacar esa cantidad de dinero? 

-Estuve ahorrando para un auto, pero mi padre decidió darme el suyo. Así que ese dinero no tiene un propósito por ahora. 

-Aunque así sea, no tendré tu dinero. 

-Sí. Sí lo tendrás. 

-Me sentiré como un maldito inútil. No voy a aceptarlo. 

-No me importa cómo te sientas. Tómalo de esta manera, es un regalo para Gemma. 

Me dejé deslizar por la pared, hasta quedar sentado sobre el suelo. Puse mis codos sobre mis rodillas recogidas y encerré mi rostro entre mis manos. 

-No. –mi voz se empezaba a quebrantar. Sabía que si no aceptaba el dinero que _____ me ofrecía, no le podría dar el tratamiento a Gemma y por tanto ella…moriría. Pero simplemente no podía aceptarlo, no quería hacerlo; el orgullo pesaba más que la necesidad. 

-Sí, Harry. –ella se dejó caer junto a mí- Por favor, yo puedo darte el dinero, si quieres me lo puedes devolver después. Pero por favor acéptalo…hazlo por Gemma, ella lo necesita. –murmuró junto a mí. Después de unos segundos en silencio sentí su brazo rodear mi espalda, gentilmente me empujó hacia ella para poder abrazarme bien. Me sentía tan frustrado. 

-Te lo pagaré lo más pronto posible, lo juro. –mascullé contra su pecho. 

-No te preocupes por eso. Hazlo cuando puedas. 

<<Demonios>> ¿En realidad ella era así de maravillosa? ¿Cómo demonios fue que alguien como yo podía tener a alguien como ella? ¿Qué hice para merecerla? ¿Cómo fue que se fijó en alguien como yo? Un pobre marginado, grosero y egoísta. Con alguien como ella; amable, amistosa, generosa e inteligente, además de increíblemente hermosa. 

Me incorporé  estirando las piernas a su lado y ella me liberó del abrazo en el que me tenía. 

-¿Por qué haces esto?

-¿Qué cosa? –volteó verme con el ceño fruncido.

-Esto. ¿Por qué te comportas así con Gemma? ¿Por qué me ayudas cada vez que me derrumbo? ¿Por qué sigues aquí a pesar de todo? A pesar de cómo te traté al principio…ya me conoces,  ya pudiste ver cuán jodido estoy en todo sentido de la palabra. –solté. Ella me observó unos segundos. 

-¿Olvidas todo lo que ocurrió?

Fruncí el ceño, confundido. 

Suspiró y con un rápido movimiento se sentó a horcajadas sobre mí. Agarró el cuello de mi camisa entre sus puños y me miró directamente a los ojos. 

-Te. Quiero. –articuló lentamente- Te quiero Harry. ¡Te quiero! ¿Sí? Te quiero mucho y estoy perdida y estúpidamente enamorada de ti, Styles. Además tu hermana es una niña preciosa que merece toda la salud del mundo y mientras yo esté viva trataré de ayudarle. ¿Entiendes? Y estoy contigo, te ayudo cada vez que te derrumbas porque yo también me he derrumbado, porque yo

también necesité a alguien a mi lado cuando sentí que todo se venía sobre mí. Es por eso que lo hago. 

<<Oh, dios…>> ¿Cómo se suponía que debía responder a eso? 

-Eres un Ángel. ¿Sabías?...Eres mi ángel. 

-No soy nada ni siquiera parecido a un ángel, Harry. –frunció el ceño. 

Puse el cabello que caía sobre su rostro, tras sus orejas, deteniéndome para acariciar sus mejillas. 

-Para mí sí. Para mí eres como mi salvación, eres en todo lo que necesito creer…eres mi ángel. 

Tiró el cuello de mi camisa y me besó en los labios. Me besó con necesidad y fiereza. Como nunca antes lo había hecho, pero se sentía condenadamente bien. El deseo comenzó a correr por mis venas, la necesitaba, en alma y cuerpo. 

-Te quiero Ángel. –murmuré cuando el aire nos hizo separarnos. 

-¿Ángel? –sonrió, asentí orgulloso. Así la llamaría, porque eso era- Me gusta cómo suena. –volvió a acercarme a ella para besarme. Subí mis manos, de sus rodillas, acariciando sus piernas por encima de la tela de sus pantalones, alrededor  de sus caderas y seguí subiendo. Escabullí mis manos entre su blusa y comencé a acariciarle la espalda desnuda. Ella enrolló sus brazos en mi cuello. Así duramos unos minutos hasta _____ bajó sus manos por mi hombros, sobre mi pecho, a mi abdomen y a mi pecho nuevamente, así se quedó un buen rato. 

La deseaba, la deseaba locamente. Acaricié su labio inferior con la punta de mi lengua y pronto ella abrió sus labios, dándome la bienvenida al edén de su boca. Su sabor dulce y fresco me inundó por completo, la sangre comenzaba a hervir. La exploré por completo antes que ella mordiera mi labio inferior, en ese momento me pareció tan malditamente sensual. Puso sus labios tibios en mi mentón y comenzó a trazar un estrecho camino de besos por mi mandíbula, hasta llegar al punto en donde mi mandíbula se conectaba con mi oreja, justo bajo mi lóbulo. Succionó un poco la piel de allí y me estremecí por completo. Siguió bajando sus besos por mi cuello. Y yo me encontraba ahí, sentado disfrutando de ella. Se alejó de mí, dejándome con la respiración jadeante y la gloria creciendo en mis pantalones. Soy hombre, ¿Era lo normal, no? 

-Tengo una pregunta. –hizo un gesto pensativo. 

-¿Cuál? –me sentía nervioso, por alguna razón sus preguntas siempre llevaban a declaraciones. 

-¿Por qué le dijiste a Niall que eras mi novio? 

-¿No es lo que soy?...¿O acaso ya tienes novio? –me preocupé.

Ella rio ante mi desespero.

-No tonto. Sólo quiero saberlo y tampoco tengo un novio. –subió ambas cejas mirándome expectante. La observé unos segundos ¿qué quería decirme con eso? <<Oh, claro>> 

-No te lo he pedido ¿cierto?

Ella negó con la cabeza. 

Me golpeé la frente con la palma de mi mano. <<Qué torpe>> 

-Bien –tomé sus manos- Creo que no hace falta que te diga que me he sabido enamorar de ti como nunca antes me he enamorado, y que espero que solo de ti me enamore así. –suspiré- Tampoco creo que haga falta decirte cuánto te quiero, ni lo mucho que te necesito y te deseo. Ni que te has convertido en una de las dos personas más importantes de mi vida, tampoco que lo que más quisiera es poder despertar cada día a tu lado, que estos días que he estado junto a ti han sido los mejores en muchos años, que tú me haces querer ser mejor…solo para ti, para poder acercarme a quien tú mereces. Que todo lo que quiero es poder disfrutar del sabor que dejan tus labios, a diario por el resto de mi vida. Que si me abandonas en este momento no sabría qué hacer conmigo mismo, porque me acostumbré a estar junto a ti día y noche, porque ya formas parte de mí. Que eres lo más hermoso que tengo…Que tú eres mi ángel y quiero conservarte todo el tiempo que sea posible. Que a pesar que estoy lejos de ser perfecto, quiero ser tuyo y que tú seas mía, quiero ser quien te robe el sueño y quien conquiste tu corazón todos los días. Quiero ser el último y único dueño de tu corazón, de tus labios y tu cuerpo. Que soy frío, grosero y egoísta, pero tengo un corazón y te pertenece a ti, ______. –tomé aire, la miré. Ella tenía sus ojos bien abiertos y se veía atónita- Lo único que me resta por decir es…-guardé silencio, preparándome psicológicamente para esto- ¿Por favor serías mi novia?        

Let me love you (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora