Si Candy continuaba mirándolo, vería a Terry poner una mano en el rostro de la actriz protagónica mientras que la otra la cerraba con fuerza. Consiguientemente con su puño simulaba tirarle un golpe, pero además la catalogaba de...
— Tramposa mentirosa.
— ¿La conoces? — indagó Candy.
— Creí hacerlo — respondió Terry dejando de hacer lo que hacía para volverse a su compañía y contarle: — Karen y yo somos del mismo pueblo
— Karen — repitió la señorita Whitehills; — me pareció haber escuchado su nombre antes.
— Sí, en la fiesta del Señor Marlowe.
— Sí, es cierto.
— Bueno, los dos al tener las mismas aspiraciones dejamos todo allá para venir acá. Al principio nos costó —, a él seguía costándole, — y dizque por solidaridad nos prometimos que si alguno sabía de alguna oportunidad nos la compartiríamos. Muchas audiciones las presentamos juntos. En esas los dos siempre nos quedábamos para realizar pequeñas participaciones. Pero en la última...
— No te avisó, se presentó sola a la audición, la pasó y... ahí está — Candy se había girado a mirarla.
— No me duele que esté en este rol...
— Si no su deslealtad al decirte que no aceptaría si tú no quedabas como parte del elenco, recuerdo que también te lo dijeron aquellos chicos.
— Sí — acordó Terry y suspiraría hondamente. — En fin, — dijo para olvidarse del asunto. — Sigamos viendo, ¿te parece?
— Y vas a ver que tendremos suerte —, Candy lo tomó de las manos. — No bajes la guardia.
— Por supuesto que no — respondió él; y los dos retomaron su camino.
Al llegar a la Octava Avenida doblarían a la izquierda, para después de caminar, volver a doblar a la izquierda y andar la calle 46 donde el Teatro Richard Rodgers presentaba a la polémica obra "Hamilton".
De éste había un establecimiento, y en ello, Candy y Terry se metieron para ver playeras, discos, libros e inclusive los vestuarios de la pareja de protagonistas.
En eso, Candy ponía atención a la confección del antiguo vestido cuando junto a Terry escucharon:
— Las audiciones para "Frozen, el musical" ya empezaron. La organización Jujamcyn tiene pensado estrenarla pronto —, en sí el 1 de abril del año pasado.
— ¿Y qué tal? ¿Hay buenos prospectos?
— Unos cuantos, pero no convencen mucho. Entre tus conocidos corre la voz, ¿no?
— Claro — respondió el encargado del local, — ¿dónde hay que mandarlos?
— Al Teatro San James, en la 44.
Sin preguntar nada, consiguientemente de que la pareja se mirara, en complicidad salió para ir, sí, allá. No obstante, en el camino Candy, mientras jugaba con el brazo de él, empezó a cantar...
— ¿Y si hacemos un muñeco?
— ¿De carne y hueso? — preguntó un bromista él; y ella...
— Noooo, así dice la canción. A ver, ahora tú, dame un "do".
— ¿Dónde no me oigan? — él volvió a bromear, por ende...
— ¡Terry! — ella lo reprendió; — esto es serio, déjame escucharte.
Sí, él la obedecería; pero primero él aclaró la garganta, pero Candy abriría exageradamente la boca no sólo de oírlo cantar sino bailar al son de... "En el verano", una imitación perfecta de Olaff, el muñeco de nieve que, caracterizado por Terry, éste en el espacio que tenía, haría extra pasos de tap y también se apoyaría de un poste para finalizar la canción.
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Compañeros de cuarto, ¿compañeros de vida?
ContoESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO. SI HAY DUDA ALGUNA, PUEDEN CONSULTARME. Mantenerse soñando no quería. Realizar el sueño trazado sería mejor. Igual toparse con su presencia y conseguir el...