Capitulo III

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No me esperaba para nada lo que sucedió la mañana del día siguiente.

Alguien golpeaba la puerta de mi apartamento, provocando que me despertara. Cuando fuí a ver quién era casi me caigo del susto.

-¡Grahim!- exclamé.

-El mismo- me miró de arriba a abajo con una mirada crítica -Vaya, hice bien en venir temprano, ni siquiera te habías levantado- al principio no entendí a lo que se refería, seguía somnoliento, pero al  mirar abajo... me dí cuenta que seguía en mi pijama.

Me tape la cara con las manos.

-¿Qué estás haciendo aquí?- pregunté, totalmente avergonzado. Grahim debió notar el porqué de mi preocupación, pues se rió dulcemente.

-Tranquilo, solo vine para acompañarte a la academia- aparte las manos de mi cara para verle, el ya estaba con su uniforme y su mochila al hombro, colocó sus manos en mis hombros y puso una expreción muy seria -No quiero que se repita lo de ayer. Desde hoy yo te acompañaré de ida y de regreso- eso último lo dijo con mucho orgullo. Me le quede viendo un rato, hasta que comprendí la situación.

El estaba diciendo que sería algo así como mi... ¡¿GUARDAESPALDAS?!

No sabía si sentirme inútil o la persona más feliz y con más suerte del mundo. La última sonaba bien.

-Gracias, pero pusiste avisarme ayer.

-Lo olvidé.

-Claro... Como sea ¿quieres pasar?- pregunté lo más despreocupadamente que pude. No creía podría aguantar así mucho más, su sola presencia me ponía nervioso.

-Claro, gracias- entró y cerré la puerta tras de él. Se sentó en una de las sillas de la mesa en lo que yo me duchaba y cambiaba -Link, ¿Tú trabajas?

-Si- ya estaba arreglado y apenas había empezado a comer cuando Grahim habló -En un banco, solo reviso que los cajeros funcionen a través de una computadora, me pagan lo suficientemente para mantener la renta.

-Ya veo...- cuando terminé de comer salimos y no encaminamos a la academia -¿Sueles ir caminando?

-Si, algunas veces voy en metro, pero solo como último recurso. Solo hay un tren que me dejaría cerca pero sale a las 7:30.

-Y en el trabajo, ¿alguien te amenazado o molestado?

-Pareces un detective- dije risueño -No, casi no hablo con nadie, estoy encerrado en una sala aparte, el único que viene a verme es el gerente- lo miraré con una sonrisa -¿Intentas averiguar quién podría haber enviado a esos bravucones tras de mí?

Me miró un momento para luego apartar la mirada rápidamente.

-Si, me preguntaba quién tendría algo contra ti.

-No lo se, pero no creo que intente nada de nuevo contigo aquí- volteó a verme otra vez.

-Gracias- murmuró.

Antes de que me diera cuenta ya estábamos en la escuela y temprano además.

Zelda e Impa abrieron los ojos como platos cuando me vieron llegar acompañado de Grahim.

Se nos quedaron viendo un rato hasta que Zelda se dió cuenta que estaba  parada con cara de embobada por lo que fue primera en recuperar la compostura.

-Bueno días, Link, Grahim, es raro verlos juntos.

-Si, Grahim me acompañó desde mi apartamento.

-Y lo haré todos los días a partir de hoy- recalcó él.

-¿Qué?- preguntó Impa, ya recuperada del shock.

-Bueno, verán...- les expliqué los acontecimientos del día anterior así como los sucesos de ésta mañana, omitiendo los detalles, claro está.

-Con que así fue- dijo Zelda, en seguida su típica sonrisa volvió -Gracias por cuidar a Link, con lo torpe y distraído que es...- le agradeció tomándole de la mano -Me alegra que estés bien, deberías ser más cuidadoso- dijo mirándome.

¿Torpe y distraído?¿En serio?

-No es nada- contestó Grahim.

-Muy bien chicos tomen asiento la clase ya comenzó- la voz del maestro llamó mi atención.

Cuando tocó el timbre del primer descanso, el maestro le pidió ayuda a Grahim para ordenar los papeles, por lo que quedamos de vernos en el techo.

-¡Es un gran avance Link!- comentó alegre Zelda.

-Y en un día- concordó Impa.

-¡Exacto! Dime, ¿cuándo le vas a pedir que salga contigo?

-Esperen, esperen. Alto. Apenas nos conocimos debidamente, ya es mucho avance para mí, no puedo pedirle que salga conmigo así como así- contesté rápidamente, ¿qué les pasa?

-Que aburrido- murmuró Zelda con las mejillas infladas. ¿Aburrido? Pero que cruel -De cualquier forma, ¿Ayer te atacaron unos tipos, verdad? ¿Tienes alguna idea de quién los envió?

-Ya te dije que no. Puede que solo fuese una broma, aunque no sé quién llevaría tan lejos una broma así. Si Grahim no hubiera aparecido, posiblemente sí hubiera tenido graves problemas.

-Tienes razón- concordó Impa -¿No crees que pudo haber sido...?

-No, no lo hemos visto ni sabido nada de él en dos años, ¿por qué intentaría algo después de tanto tiempo?- la corté -Además, no creo que quiera volver a saber de nosotros, digo, después de lo que le hicimos -reí sin gracia, volteado la vista al cielo.

-¿Qué le hicieron a quién?- una súbita voz preguntó. Todos volteando la mirada al dueño de esta.

-¡Grahim!- gritamos los tres.

-¿Por qué les sorprende tanto verme? Dije que estaría aquí en un rato- dijo con un tono de molestia.

-Solo nos asustaste- respondió Zelda. Grahim asintió y se sentó al lado mío.

-De cualquier modo, ¿sobre quién hablaban?

-Nadie, solo una tontería- respondí. El me miró y levantó una ceja -En serio, no es nada de lo que preocuparse.

-Dejemos ese tema de lado- dijo Zelda, la miré agradecido -Dime Grahim, ¿cómo haces para tener notas tan altas?- lo estaba fulminando con la mirada y tenía una sonrisa un poco malévola. Estaba celosa de sus notas.

Qué miedo me da cuando se pone así.

-

El resto del día nos la pasamos muy bien, pudimos conocer mejor a Grahim y el a nosotros. Durante las clases casi no pudimos hablar, pero tuvimos la oportunidad de trabajar en equipo en la clase de ciencias.

Al terminar las clases, Zelda e Impa se fueron por su camino. Dejándonos solos a Grahim y a mí.

Bienvenido otra vez nerviosismo.

Caminamos en silencio un par de cuadras hasta que Grahim habló.

-¿De quién hablaban en el receso?

Lo miré extrañado, no iba a dejar el tema fácilmente ¿eh? De todas formas, creo que vale la pena contarle, no es un secreto ni nada malo. No le hará daño saberlo... ¿verdad?

-Un tipo que conocimos en primer año, se salió luego de las vacaciones de invierno y ya no supimos nada de él.

-¿Y su nombre era...?

Suspiré.

-Ilian, su padre era Demise.

Con un vistazo (Ghiralink, AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora