Con un vistazo (Ghiralink, AU)

Capitulo VII

Por si a alguien le interesa empecé a escribir otra historia ghiralink, ya publiqué la primera parte, se llama “En otro mundo” pasence si les interesa, gracias.

Aquí les dejo el siguiente capítulo ;)

-¿Cómo te fue?- preguntó Grahim de forma casual, sin quitar la vista de la autopista.

-Bien, gracias- volté a verlo, noté que tenía ropa nueva, iba en traje negro con una corbata azul, estaba bien peinado y había un regalo en el asiento trasero, era una pequeña caja rectangular con envoltura azul celeste y un moño rojo -¿Vas a una fiesta?- pregunté señalando con el pulgar el regalo, a pesar de que Grahim no me estaba mirando.

-Si, es una fiesta de retiro de un empleado y viejo amigo de mis padres. Yo solo voy en su lugar- respondió, parecía algo... incómodo, como irritado, más bien.

Me pareció obvio que no quería ir. Tal vez no le agrada la persona o va ir alguien que le molestan o desagrada, no lo sé, pero... si pudiera ayudarlo de alguna forma...

-¿Te acompaño?- pregunté antes de pensarlo mejor. Sentía la necesidad de ayudarlo, de hacerlo sentir mejor.

No sé si mi presencia cambiase algo, pero creo que le agrado, y tal vez eso ayudase.

Grahim sonrió un poco y luego me habló, un poco más animado:

-Me harías un gran favor si lo hicieras, gracias.

-Claro- por una vez me gustó llevar el atuendo del trabajo.

-

Luego de una hora de camino, nos encontramos frente a un edificio de color blanco, era alto y tenía todos los tintes de ser un salón de fiesta caro (como el de los XV).

Un empleado tomó el auto para estacionarlo, mientras nosotros nos encaminamos a la entrada.

-¡Grahim! muchacho, que alegría verte- llamó una voz ronca, al voltear, ví a un hombre corriendo hacia nosotros, era alto, estaba canoso y algo calvo, de forma que podía ver su cuero cabelludo. Vestía de forma elegante y tenía un cigarrillo en su mano -Creí que no vendrías, ¿están tus padres contigo?- preguntó, al hablar puede ver sus dientes amarillos.

-No, ellos están muy ocupados en estos momentos. Yo vine representándolos- contestó Grahim formalmente.

El señor volteó a verme y levantó una ceja.

-¿Y este chico es...?

-Link- respondí.

-El es mi acompañante, señor Lavoisier- combinó Grahim y me abrazó con un brazo por los hombros, acercándome a él. Tal acto hizo que me sonrojara, pero me mantuve en mi lugar y traté de mantener la compostura.

-Ya veo- susurró -Bueno, en cualquier caso, nos vemos dentro.

El señor Lavoisier pasó por las puertas y se perdió entre la multitud de gente.

-Él es la razón por la que no quería venir, nos lo volveremos a topar dentro, por lo que no te debes dejar intimidar, es bueno con las palabras, un gran negociante, siempre consigue lo que quiere, no le des información sobre de ti, ni sobre nadie que conozcas, ten cuidado- me advirtió Grahim.

Entramos y nos sentamos en la mesa que nos indicó el mesero, estaba un poco alejado del centro y los demás no nos prestaron atención, salvó por unas personas que reconocieron a Grahim y lo saludaron.

Al final llegamos a nuestra mesa.

Grahim y yo platicamos animadamente por un rato hasta que comenzó la ceremonia.

El hombre que se retiraba era el señor Simon. Dieron un largo discurso sobre su vida y trabajo y luego Grahim le agradeció por su todos sus años de servicio.

Al final dieron las once de la noche, Grahim y yo seguimos hablando luego de eso hasta que llegó Lavoisier.

-Pareces muy animado, Grahim- comentó, sentándose a un lado del mencionado.

Yo estaba del otro lado de Grahim, en la mesa estaban los platos del postre y las comidas totalmente vacíos. Aunque no lo parecía comía mucho.

-¿Qué es lo que quiere?- dijo Grahim fríamente como única respuesta.

-Directo al grano, tan típico de ti, bueno, al menos en este ámbito, jaja- río entre dientes, levanté una ceja en confusión, Grahim me miró, me sorprendió verlo... sonrojado, hizo un ademán restándole importancia a lo que dijo Lavoisier -Olvídalo, olvídalo- dijo entre risas, se tranquilizó y hablo en un tono más serio -Mira muchacho, me tiene muy interesado el nuevo proyecto de tus padres y me gustaría participar...

-Señor Lavoisier, lamento comunicarle que tenemos una sería política de no hablar sobre cualquier proyecto que no esté terminado al menos en un 80%- interrumpió Grahim, dándose aires. Me asombró el ver cómo mostraba tanta seguridad al hablar.

-Hijo, eso no es...

-Es mi último palabra respecto al asunto- dijo Grahim cortante. Lavoisier frunció el ceño.

-Bien- contestó fríamente. Se levantó y se alejó. Le seguí con la mirada hasta que se perdió nuevamente entre la gente.

-Eso fue sorprendente, estabas muy serio- dije con una sonrisa.

Grahim me miró y se volvió a sonrojar o eso creo, porque apartó rápidamente la mirada.

-N-no es nada- murmuró.

La noche transcurrió con normalidad después de eso.

Cuando ya había bostezado por quinta vez, Grahim decidió que era hora de irnos.

-

Llegamos a casa de Grahim pasada las dos de la madrugada.

Estaba muy cansado y lo único que quería hacer era dormir, pero todavía tenía la tarea, por suerte tenía mi mochila de la escuela.

Entre a la casa, me senté y empecé a trabajar en la mesa de la sala.

-Hazlo en la mañana, ya es muy tarde- dijo Grahim en un bostezo.

-No puedo, mañana también trabajo y no tendré tiempo.

-Como quieras, en seguida vengo.

Luego de un rato Grahim volvió, ya estaba en pijama y bañado. Se sentó a mi lado y me ayudó con el trabajo, el había hecho él suyo mientras yo estaba en el trabajo.

-Y... eso es todo- dije estirando mis brazos. Ya habían pasado dos horas, estaba que me caía del sueño.

-No era tanto, pudiste hacerlo mañana- dijo Grahim con el ceño fruncido y bostezando -Pero ya que, ¿no te vas a bañar?

-Lo haré en la mañana.

-Mañana es en dos horas- miré el reloj, Grahim tenía razón, decidí hacerle caso y me bañé.

Para cuando terminé Grahim ya estaba dormido.

Había hecho un tendido y se quedó completamente dormido antes de que pudiéramos hacer la misma discusión de la vez pasada.

La verdad tenía la esperanza de que pudiéramos volver a dormir juntos...