CAPÍTULO NUEVE

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Mark no ha contestado a ninguna de mis llamadas.

Y sé que debería estar preocupada por ello ya que es mi novio, pero, sinceramente, mi cabeza no ha querido darle la importancia que se merece debido a que solo se ha concentrado en una sola cosa durante todo mi horario de trabajo y es: en la visita de Choi ChungHo.

Lo tensa y nerviosa que me encuentro por la futura confrontación se me nota tanto, que hasta JinYoung se me ha acercado un par de veces para preguntarme si me encuentro estreñida o drogada nuevamente. Y debo admitir que me ofendió un poco sus preguntas, más que nada la segunda. Sin embargo, su accionar me hizo caer en la cuenta que si sigo así el chico en verdad creerá que tengo algún tipo de problema con las drogas y que lo sucedido no fue un accidente; y, en serio, debería preocuparme mucho por eso pero... ¡NO PUEDE IMPORTARME MENOS EN ESTOS MOMENTOS!

«Respira profundamente e intenta relajarte, Bomi» Me digo a misma, abandonando el ascensor apenas las puertas de este se abren en mi piso. Camino hasta mi departamento con un nudo en la boca de mi estómago y mis manos sudando más de lo común, por lo que el acto de secármelas en mis prendas se vuelve inconsciente y repetitivo.

Me quito los zapatos en la entrada, procurando dejarlos ordenados, y ya que me encuentro en eso, me tomo unos segundos para ordenar los demás pares que se encuentras desparramados. Cuando he terminado, me sumerjo en la sala mientras me despojo de mi abrigo sin poder calmarme ni un poco a pesar de todas las veces que he hecho ejercicios de respiración para normalizar mi ritmo cardíaco.

— ¡Hey! ¿Qué tal?

La repentina voz de JaeBeom se cuela por mis oídos sin previo aviso, mandando a la mierda lo poco y nada de tranquilidad que logré conseguir. Me saca de mis pensamientos con brutalidad, consiguiendo que dé un respingo del susto y deje escapar un chillido que deja en evidencia que me ha tomado con la guarda baja. Porque, por alguna extraña razón a la que no me tomo la molestia de buscarle una explicación, he sido capaz de olvidar que tengo a un chico mitad gato viviendo conmigo ahora, y si padre lo llega a ver, terminará pegando un grito en el cielo no solo por lo extraño que es todo el asunto, sino que también porque estoy conviviendo con un chico que no es mi novio.

Detalle importante que un padre tan conservador como lo es el mío, no dejará pasar por alto nunca en su vida.

— Maldición... — Gruño en un murmullo, tomando una profunda bocanada de aire mientras me tocó el pecho.

— ¿Qué pasa contigo, fea? Luces como si hubieras visto a algún tipo de fantasma — suelta con una sonrisa jocosa el moreno con tiernas orejas de gato.

Se gira completamente en mi dirección y me observa con claro interés desde la cocina, de donde deduzco que proviene el delicioso olor que inunda el departamento y del que apenas soy consciente. Estoy segura de que, si la situación fuera otra y no estuviera tan tensa, el exquisito aroma hubiera conseguido que mis, ahora, entumecidos intestinos rugieran con anticipación y que mi boca salivara más de lo común.

Apoya ambas manos sobre la isla de la mesa y enarca una ceja a la espera de que le responda mientras tanto, yo caigo en el detalle de que además de estar luciendo uno de mis delantales de cocina, JaeBeom también viste una playera de color blanco bajo de esta.

— Te dije que tengo nombre —Refunfuño con un deje de molestia, cruzando mis brazos. — ¿Conseguiste ropa?

Asiente.

— Dijiste que debía usar ropa si quería quedarme aquí y como no pienso irme... — Se encoge de hombros, dejando inconclusa la oración que, en realidad, no necesitada ser terminada.

Sonrío con suavidad debido a que no creí que fuera a hacerme caso tan rápido. Para ser sincera, pensaba que me tomaría un par de peleas con él para que cubriera su desnudes de una vez por todas, pero me alegra ver que a él también parece importarle nuestra convivencia y el llevarnos bien como nuevos roommate.

STRANGE BOY » IM JAEBUM ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora