prólogo

130 4 0
                                    

Me dirijo hacia el ataúd, el cual esta abierto solo de la cintura hacia arriba,

y lo veo, tiene la misma expresión de siempre despreocupado, soñador y alegre, si no estuviera en este sitio podría jurar que esta dormido.


Aun no me lo creo y las lágrimas son inevitables todo fue tan repentino, apenas y me di cuenta, siempre pensé que lo conocía mas que a mi mismo.


Pero me equivoque, siempre me equivoco sino que la diferencia aquí, es que ya es irreversible

figuras en servilletasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora