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Jungkook trabajaba en sus manuscritos como cada día. Ya habían pasado dos semanas de las que no se podía quejar, la verdad. El señor Kim, quien había descubierto era el dueño de aquella editorial, había dejado de controlarlo y él se había sentido un poco más relajado.

Por otro lado, Jimin seguía ayudándolo y acompañándolo en los almuerzos. Con toda la gente que había, le extrañaba que el chico lo hubiese elegido justo a él para socializar. Pero tampoco se quejaba de eso, al contrario, era inusual pero bien recibido.

Ese día pasó algo diferente.

O alguien, mejor dicho.

"Me tienen que estar jodiendo" Jungkook pensó.

¿Por qué ahora el señor Kim hacía ronda también por aquella área?

"Seguramente se cansó de arruinar sus zapatos con las babas que inundaban los otros sectores. Pf, iluso. Aquí no será diferente"

Literalmente todos se levantaron de sus asientos y reverenciaron. Menos Jimin, que extrañamente solo lo miró y le dedicó una sonrisa de confianza.

"¿Qué?"

Y... ¿el señor Kim le había guiñado un ojo?

"¿QUÉ?"

Jimin definitivamente no le había contado nada de eso.

Y ahora la mirada de su supuesto jefe estaba en él y él seguía con esa mueca de asco y confusión en la cara. Genial.

"Reacciona, Kook"

Decir que el señor Kim estaba sorprendido sería poco. Estaba acostumbrado a las muestras de rebeldía de Park Jimin. A fin de cuentas, era un año mayor que él mismo y un amigo de diez. Pero ¿el chico nuevo se unía a sus travesuras?

Más Jungkook no leyó la confusión en el rostro contrario. La mirada del señor Kim era simplemente penetrante. El chico no encontraba, por más que buscara, un adjetivo que lo describiera mejor.

Y ahora el hombre se acercaba.

Jungkook casi lloriquea en su silla.

-¿Todo está bien por aquí?

Se dirigió a él, Jungkook lo notó, más el hombre desvió su mirada a Jimin cuando el más joven hizo amago de girarse en su asiento.

-Sí, señor Kim. Todo en perfecto órden.

Lo dijo con una sonrisa.

-Me alegro, Park.

Le respondió con una igual.

En la cabeza de Jungkook nada conectaba. Iba a explotar en cualquier momento. Esos dos parecían algo como cómplices y Jimin iba a tener que explicárselo todo.

Bueno, en realidad no. A él qué le importaba. El señor Kim desde luego que no, y tampoco quería inmiscuirse en la vida privada de Jimin tan pronto.

Taehyung observó a Jungkook, entrecerrando sus ojos al ver al chico algo nervioso a su parecer, tecleando palabras al azar. Era graciosamente atractiva su manera de morderse el labio, con el ceño fruncido en confusión.

Fue ahí donde Kim decidió que su idea de olvidarse del muchacho era una muy mala. Quería, iba corromperlo.

-Jeon.

•INVISIBLES E INVENCIBLES• -Taekook-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora