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Jungkook aún intentaba digerir las palabras de Jin mientras comía su bol de palomitas y su leche de plátano. La película que se reproducía en la televisión había dejado de parecerle interesante hacía una media hora, cuando de la trama de los protagonistas, se desvió a la suya propia.

Dándole vueltas a todo, intentó llegar a una conclusión.

Taehyung nunca iba a gustarle. Por lo poco que sabía de él, era un  caprichoso, que no se tomaba muy en serio el trabajo de sus empleados, con chanchullos con alguno de ellos como por ejemplo Jimin (no iba a negar que sentía cierta curiosidad), y él mismo, y que además de todo, era el cabecilla de aquel eslogan imaginario que rodeaba la empresa: "Solo la gente atractiva debe triunfar"

Aunque él no era atractivo y ahí estaba. Eso era otra cosa que no lo dejaba pegar ojo. Si su jefe, que no era su jefe, sino el jefe de todos los jefes, lo había contratado, fue porque vió "talento" en él, ¿no?

Aunque claro ¿Cómo? Todo entra a primera vista por los ojos. Eso pensaba Jungkook.

Dejó el bol de palomitas y su leche en la mesa de centro y tiró la cabeza hacia atrás, recostándose en el sofá y respirando profundamente.

Lo mejor sería dormir, trabajaba al día siguiente.



-¿Que tal has dormido, Jungkookie?

Lo recibió la sonrisa radiante y usual de Jimin.

-No muy bien, la verdad. He estado dándole vueltas a muchas cosas.

-¿Hay algo que te preocupe? -Preguntó su amigo en un intento de que se abriera, pero Jungkook negó con la cabeza, alarmándose cuando divisó a lo lejos a la causa de su insomnio.

El señor Kim, tan altanero como siempre, se desplazaba por él área saludando a todo el que le reverenciaba, con una sonrisa de labios sellados.

Jungkook podía jurar que aún así, siendo falso e indiferente era atractivo. Pero solo eso, solo por fuera.

Y estando en sus cavilaciones, no se dió cuenta de cuando llegó hasta él. O hasta ellos.

-¿Que hay, Chim?

¿Era en serio?

-Estamos trabajando, Tae. -Contestó el chico con una sonrisa traviesa.

-¿Y qué? Yo te saludo cuando quiero. ¿Sigue en pie lo de esta noche?

-Claro, pero por favor, vigila esas manías tuyas de abrazar al dormir, en serio me asfixias.

Jungkook estaba en shock, pretendiendo que trabajaba mientras algo burbujeaba en su interior. ¿El qué? No lo sabía. Curiosidad probablemente.

-Deja de quejarte de una vez, sabes que tengo mis cositas. -Dijo Taehyung con un puchero, que Jungkook vió de pleno porque se había girado a mirar.

Taehyung, percatándose de esto, dirigió su vista hacia él y totalmente serio, sin el atisbo de infantilismo que mostró antes, dijo:

-Buenos días, Jeon.

Y Jungkook, sin romper el contacto visual pero con los nervios a flor de piel, contestó secamente. -Buenos días, señor.

Tae con un asentimiento volvió a dirigir su mirada a Jimin, y le guiñó un ojo antes de retirarse.

¿Qué era aquello? Primero el tipo le dice que le gustaba, que quería verlo, y ahora prácticamente lo ignora y lo saluda cordialmente. Un suspiro aliviado escapó de los labios de Jungkook. Lo prefería así.

-No sabía que tenías una relación con el CEO, apuntas alto ¿eh?

Lo prefería así, pero bueno, Jungkook era de naturaleza curiosa.

Jimin, que había seguido con su trabajo, se giró a observar a Jungkook con una ceja enarcada.

-Sí, tengo una relación con él desde que tengo uso de razón.

-Ah.

-Es mi primo, Kook. Todo tuyo.

Y Jungkook se atragantó con el café que estaba bebiendo. ¿Es que todo el mundo al que conocía iba a ser familia de este hombre?

-¿Tu primo?

-Sí, es el hijo de la hermana de mi madre.

-Entonces... ¿Jin también es tu primo?

-¿Conoces a Jinnie? -Preguntó Jimin, interesado.

-Pues sí, somos amigos.

-Vaya, estamos todos conectados, que loco ¿No?

-De manicomio. -Suspiró Jungkook, volviendo al trabajo y no permitiéndose distraerse con nada relacionado al señor Kim a.k.a el de la familia numerosa.



Kim Taehyung:
En mi despacho en cinco minutos.

El pobre corazón de Jungkook se había esperanzado antes de tiempo.

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•INVISIBLES E INVENCIBLES• -Taekook-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora