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Anime/Manga: SERVAMP -サーヴァンプ-

(Sāvanpu).

Creador: Strike Tanaka.

Pareja: Tsubaki [Melancolía] x Sakuya Watanuki . [Tsubakuya].

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Llegó al salón con el rubor aún presente en sus mejillas. Su chaqueta estaba bien acomodada y el cierre le llegaba hasta el mentón. El profesor lo miró algo extrañado por ese detalle, pero aún así lo dejó sentarse en su lugar ; no sin antes aclararle que debía llegar a horario y que utilizara la ropa como alguien normal.

Sakuya esperó hasta sentarse en su asiento y que las miradas dejaran de centrarse en él para bajar un poco el cierre. Observó hacia los lados intentando deducir si alguien se había percatado de lo que tenía en el cuello.

— Que hermosa marca —. Susurró Tsubaki tirando de la parte de atrás del cuello de la chaqueta dejando en evidencia por unos instantes la pequeña travesura que había echo. Algo que no duró demaciado ya que el peliverde se inclinó hacia adelante en su asiento apoyándose en la mesa y cubriendo su cuello con la mano.
Oyó una pequeña risa por parte del mayor y frunció el ceño. ¿Cómo es que se le ocurrió permitir algo así?, se había besado con el idiota que lo molestaba que, aunque le cueste aceptar que le atraía , no perdió oportunidad de lanzarse sobre él apenas mencionó la posibilidad de que le gustaba, maldito idiota abusivo.
Tenía un chupon en el cuello ¡de Tsubaki! . Al principio se había sentido feliz y el cosquilleo en sus mejillas era agradable. Pero luego recordó la clase de idiota que era Tsubaki y aquellas sensaciones perdieron intensidad. Para colmo, era increíblemente vergonzoso para él llevar un una marca perteneciente al chico que lo molestaba. Maldita sanguijuela.

Golpeaba levemente la mesa con la lapicera enojado, un puchero adornaba su cara y tener el ceño fruncido ya empezaba a ser normal para él. Notaba las insistentes bolitas de papel que tiraba Tsubaki golpeando su cabeza y le resultaba increíblemente molesto. No quería saber nada de él por un buen tiempo, era un desvergonzado.
También se sentía confuso respecto a que tipo de relación tenían porque, según lo que le había dicho, él se transformó en su "bully con derechos". Cosa que tenía menos sentido cada vez que se lo replanteaba.

Finalmente, la hora del recreo llegó y Sakuya no dudó en levantarse e irse rápidamente. Tsubaki, quien observó todo esto, le comunicó a su grupo de secuaces que lo esperaran en el patio de la escuela porque  él iría a la cafetería a resolver algo.
Lo buscó entre la multitud con la mirada y al detectarlo se posó frente a él con una sonrisa ladina en rostro.

— Hol- —.

— ¡Piérdete, idiota! —. Sakuya lo empujó hacia atrás con sus mejillas sonrojadas sin perder tiempo para huir del lugar. Tsubaki se quedó parado en mitad de la cafetería con una mueca de confusión en su rostro, ¿qué fué eso?. Tan solo unas horas atrás estaban besándose en el baño e incluso él llegó a dejar un "recuerdo" en la piel del peliverde,y ahora le gritaba que se perdiera; era algo confuso pero, a decir verdad, eso es lo que lo hacía interesante.
Hizo un gesto de despreocupación enviando mensajes hasta ser bloqueado y se dirigió a la mesa donde se encontraban sus hermanos, almenos podría distraerse y no había ido allí en vano. Se sentó frente a sus dos hermanos con una sonrisa en el rostro, provocando que ellos lo miraran extrañados.

— ¿Hola? —. Dijo Lawless con una ceja levantada. A el mayor no le tomó mucho tiempo volver a recortarse en la mesa luego de una mueca desinteresada.

— Me gusta alguien —. Soltó impidiendo que el silencio se prolongara.

— ¿Quién? ¿El chico que gritó que te pierdas? -. Preguntó curioso el rubio apoyando el mentón entre sus manos. El pelinegro asintió riéndose.

— Complejo Lawless —. Acotó Ash levantándose y dando un largo bostezo — ¿te gusta el chico que molestas? , eres demaciado problemático —. Agregó alejándose de la mesa e ignorarndo por completo los gritos recriminatorios de su quinto hermano al ver como cierto castaño se encontraba cerca.

— Espera... ¿No es el chico lechuga? —. Razonó luego de unos segundos. Tsubaki afirmó lo dicho dejando a Lawless confundido —  pero le estás haciendo la vida imposible —. Torció su cabeza levemente hacia el costado levantando una ceja en señal de duda. Luego decían que él era el de las relaciones extrañas.

— Si, pero tenemos un tipo de relación especial —. Aclaró con una sonrisa torcida. Esos eran los momentos en los que el rubio se sentía un poco intimidado por el menor de los hermanos, él ya era raro de por sí, y escucharlo decir ese tipo de cosas lo volvía aún más extraño e impredecible.
Decidieron pasar ese recreo ahí, después de todo, no quedarían muchos minutos antes de que el timbre sonara de nueva cuenta avisando que el recreo ya había terminado.

Tsubaki tuvo que adaptarse a la idea de dejar de molestar al peliverde almenos por lo que restaba del día, lo notaba demaciado nervioso y no quería que le gritara que se perdiera como hace un rato. Para ser sinceros, aún tenía ganas de molestarlo, pero el verlo ingresar con las mejillas coloradas nuevamente simbolizaba que, lo más probable, es que sus amigos hayan descubierto el chupón y le habían echo un interrogatorio de película. Si eso era así, estaba conciente de que tan solo mencionaba una palabra, era probable que le arrojara la silla.
No se sentía conforme con ello, así que debería esperar al final de clases para poder acercarse nuevamente.

Ya era la hora, se levantó de su asiento estirandose y tomó su mochila rápidamente acelerando su paso al darse cuenta que Watanuki ya había desaparecido del salón. Fué hacia el pequeño "estacionamiento" que brindaba la escuela ya con una sonrisa anticipada en su rostro, sabía que estaba intentando evitarlo a toda costa y, como el era tan fastidioso, no se lo permitiría.
Sakuya lo vió acercarse de reojo y no le tomó demaciado fruncir el ceño molesto. Intentó ignorarlo pasando junto a él  en la bicicleta.

— Como que estaría faltando algo ¿no? —. Susurró luego de frenarlo tras agarrandolo del brazo y posicionar su pie para trabar la rueda. El contrario solo lo miró con indiferencia, esperando algún movimiento por parte del otro. Tsubaki, ante la inmovilidad de su compañero, sonrió a modo de burla juntando sus narices . No puedo evitar soltar una queja cuando el peliverde pasó sobre su pié con la bicicleta.

BravucónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora