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1.5

                

                Estadio

Decir que estaba nervioso… bueno era poco. Vanessa me pidió que la esperara en la oficina principal para hablar, no era lo más romántico ni tan épico pero era la primera vez que hablaría con alguna chica sobre nuestra ¿relación? En un lugar como este. Ella entro por la puerta mientras otras chicas se quedaban afuera pero se asomaban para verme.

—Les prestare mi lugar — Una de las consejeras salió de su oficina con una sonrisa. — Ya saben para que hablen tranquilamente.

—Gracias — Le sonreí y Vanessa también antes de entrar.

Iba a cerrar la puerta pero ella lo impidió.

—No la cierres — Dijo rápidamente y me le quede mirando para recibir una razón para no hacerlo. — Si la cierras pensaran mal. 

Rodé los ojos ante lo exagerada pero se lo concedí.

—Y bien…

—Explícame todo y por favor no mientas — Me interrumpió.

—Explícame porque estas tu aquí y no Dylan, explícame cómo fue que yo hablaba con un chico y termino siendo otro y no es un chico común de 19 años sino una superestrella de otro continente — Musito con los labios fruncidos. — Eso quiero que me expliques.

—Cualquier otra persona daría lo que fuera por estar en tus zapatos — Ok. Ese comentario no fue muy acertado, pero me molestaba que me tachara de mentiroso, tal vez lo era pero no lo hice con mala intención. Mi plan no era… ya saben, enamorarme. Si se le podía decir así.

—Yo no soy como las otras personas y lo sabes — Grito Vanessa, sabía que estaba molesta pero lo que más me dolió era ver que ella lloraba. — Hagamos esto, olvidemos todo. Dylan nunca existió ni esto… lo que sea que tuvimos, solo dile a todos que yo era fan e hiciste un deseo o algo así a una fanática, iremos al homecoming pero solo eso, después cada quien a su lado.

Ella salió de la oficina sin decir nada más, dejándome completamente aturdido, ni siquiera me dejo explicarle nada…

***

El lugar estaba lleno, había personas por todas partes con playeras de color negro con rojo, me maree un poco al intentar buscar entre la gente a Vanessa. Ella creyó que no vendría porque nunca me dio un lugar o una hora de vernos, pero aquí estaba yo de estúpido nervioso por lo que estaba por hacer. Camine hacia la cabina de sonido y les dije mi plan, ellos gustosos me dieron un micrófono y camine hacia el campo donde sería el juego. Apenas pise la cancha y sentí todas las miradas sobre mí, esto era… diferente. Me posesione justamente a la mitad de esta y tome el micrófono con fuerza. Solo esperaba que esto funcionara.