13~¿tus hombres?.

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Exijo respuesta, ¿como es que ella sepa lo que mi marido ha hecho en los últimos años? y yo no.

La llegada de karina había hecho que mi mundo dependiera de un hilo, quiere a mi hija, me dice no se que, de lo que ha hecho mi esposo, cosas que no sabia.

—¿Alberto?—le suplicó que me explique.

—lisa yo no vine a ver peleas de parejas, vine hablar de mi hija y no a destapar secretos... Bueno no se.

La puerta se abre y guardamos silencio,  jess entra aprisa mientras Cristine camina más despacio detrás de ella.

—disculpen, pero se me olvido algo, Cristine quedate aquí.

Karina gira la mirada hacia mi hija.

—Cristine—pronunció con poco aire.

Me quede helada, todo mi mundo se caía poco a poco sobre mi, mi cabeza empezó a temblar y las lágrimas ya corrían por mis mejillas.

Ella voltea hacia nosotros y sus ojos están húmedos, ágilmente da la vuelta y camina hacia ella.

Antes de llegar a Cristine se detuvo y la observa, voltea a verme y yo asiento negativamente

—¡no!—mi voz es apenas un susurro, hace caso omiso y la vuelve a ver.

Camino de una zancada a Alberto y lo tomo del ante brazo, voltea a verme con un rostro con la misma expresión que tengo yo y no de felicidad exactamente, si no de preocupación y terror.

Alberto sólo pasa sus dedos por su cabello, sin saber que hacer, camina hacia karina, la toma fuertemente del brazo.

Karina se ve molesta por esa acción, mira a mi esposo con una mirada retadora y llena de rencor, se jalonea y logra zafarse de su agarre.

Karina se deja caer sobre sus rodillas frente a Cristine, con ambas manos toma la cara de mi niña.

—Cristine, mi niña hermosa.

Siento que ya nada puede salvarme y que a este punto esto no puede ser un sueño.

Karina no deja de llorar ni  acariciarla, ni sentirla, camino hacia ellas y me coloco frente a ellas.

—Cristine, amor podrías ir a la cocina hija mía.

Karina escuchó "hija mía" y juro que me quería matar.

—no cariño —intervino karina—espera tengo algo que decirte.—limpia sus lágrimas y coloca un mechón de cabello detrás de la oreja de Cristine.

Miro a Alberto y disimuladamente (giro la cabeza como el de el exorcista) le exijo  que haga algo.

—no—se da por vencido.

—Cristine por favor obedece —hablo aun tono más fuerte para llamar la atención de mi hija.

—hija mi amor —habla karina.

—yo no soy su hija —responde Cristine algo enojada —me quiero ir—trato de zafar sus manos de las de karina pero fue inútil.

—Cristine lo que te quiero decir es que yo soy....

La niña la ve temerosa y luego con la mirada trata de buscarnos.  Mi corazón esta a nada de dejar de latir.

—yo soy...—karina voltea hacia mi y rápidamente vuelve a la niña
Con lágrimas en los ojos y otras corriendo por sus mejillas termina la oración — Cristine yo soy.... Tu tía.

Cierro los ojos y me dejo caer al piso y comienzo a llorar desconsoladamente.

Karina me acaba de salvar la vida, tal vez no lo parezca pero eso ha hecho.

El amor de su vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora