33

557 36 1
                                    

Si alguna persona me preguntara si imaginaba que esto terminaría así, le hubiese dicho que no. Me hubiese reído en su cara mientras le decía que estaba loco.

Porque, seamos sinceros, todos nos hacemos la fantasía de que conoceremos a nuestro ídolo, pero jamás pensamos realmente que terminaremos exactamente de esa manera.

Sin embargo, allí me encontraba, tumbada en la cama de Ben Hardy luego de haber tenido el momento más íntimo que alguien podría experimentar. Refiriéndose a lo físico.

Y, mierda, no me arrepentía.

—Oye —murmuré. El tenía su cabeza recostada en mi pecho desnudo, mientras yo acariciaba su cabello. Las sábanas nos cubrían parcialmente, sin embargo, no eran completamente necesarias ahora que nos conocíamos completamente. Pero dado que había pasado un rato desde... nuestro momento, nuestros cuerpos ya se habían enfriado a causa del aire acondicionado.

Y el frío me llegaba hasta los putos huesos.

Un Ben somnoliento hizo un sonido parecido a un "¿mmm?" como respuesta.

—¿Entonces ya puedo decir que soy novia de Ben Jones? —pregunté, haciéndolo reír. Asintió y me abrazó un poco más.

—Así como yo ya puedo presumir que tengo como novia a la mejor chica del mundo.

Sonreí, y me dejé llevar por el sueño y el cansancio que traía por el largo vuelo.

***

Me desperté con la sábana hasta el cuello y alguien acariciando mi cabello. Abrí un poco los ojos y noté que ya había oscurecido.

Me volteé hacia Ben, quien estaba vestido y seguramente más peinado que yo. Lo abracé por la cintura y volví a cerrar los ojos, con intención de seguir descansando pero no de quedarme dormida.

—Ellie —dijo.

—¿Qué? —murmuré aún con los ojos cerrados y abrazada a él.

—Levantate. Quiero llevarte a cenar.

Me separé de él y me estiré. Me quedé unos segundos con los ojos abiertos mirando el techo y luego me levanté, sin soltar la sábana. 

Fui al baño y me duché rápidamente, el agua estaba tibia pero igualmente el frío, de alguna manera, se colaba.

Cuando volví al cuarto, encontré mi equipaje a un lado del armario, y saqué algo para vestirme. Supuse que Ben ya estaba listo así que me apresure y no me molesté en maquillarme, sólo me cepillé el cabello.

—Dios, en serio tengo una novia preciosa —dijo Ben cuando llegué a la sala, donde me esperaba sentado en el sofá.

Le sonreí, probablemente ruborizada. Él también me sonrió.

—Qué dices. Mi novio es aún más precioso —respondí.

you should love me; b.hardy | pausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora