Elizabeth miraba a Gelda buscar un libro en el estante, el libro que había decidido no leer hasta estar lista. Después de los sueños y pesadillas, pero en especial, la actitud de Meliodas; supo que debía buscar en todo lo que estuviera su alcance.
— Aquí está. — Murmuró Gelda mientras sacaba el libro que con anterioridad le había mostrado. Elizabeth lo miró con miedo, pues el rostro de la vampiro era muy serio. La joven de cabellos plateados tomó el libro con miedo. — Pase lo que pase, yo estaré aquí.
Elizabeth la miró con agradecimiento para luego enfocar su mirada en el libro. Ambas chicas tomaron asiento en el suelo, aprovechando que nadie venía casi a la biblioteca, no había porque estar escondiéndose de ser descubiertas.
— Bien... Es la hora. — Intentó Elizabeth relajarse y, sin más, abrió el libro para ver que la primera página era un símbolo muy familiar para ella, sorprendiéndola.
Gelda notó eso y la miró con curiosidad al ver que Elizabeth se tocaba la mejilla derecha. — ¿Está todo bien?
— No lo sé... — Murmuró confundida, ese símbolo era muy significativo para ella pero jamás supo de qué se trataba. — ¿Qué es ese dibujo?
— Es lo que representa... Representaba al clan de las diosas, es triple espiral. Nunca entendí su significado. — Dijo Gelda pensativa y algo nostálgica. — Actualmente, no hay o es casi nula los vestigios de ese clan.
Elizabeth asintió algo temerosa, cosa que no paso por desapercibido para Gelda. Quiso preguntar el porqué de su comportamiento pero supo que no era el momento.
— Ya que terminemos, te diré porque me llamó la atención este símbolo. Tal vez tú me puedas ayudar a comprender el porqué de su presencia. — Comentó Elizabeth al adivinar los pensamientos de Gelda, quien quedó confundida y atraída al saber el significado de sus palabras.
Elizabeth comenzó a hojear un par de hojas hasta que su piel palideció al ver una imagen junto a un par de textos en otra hoja. La humana miró sin creer lo que observaba para luego observar a Gelda, quien mantenía un rostro sereno.
La imagen plasmada era ella misma, o al menos era una mujer identifica a ella, con la diferencia del color y forma de cabellos. Éstos eran rubios y rizados. Elizabeth no podía creer lo que veía, entonces comenzó a leer el texto que acompañaba al dibujo.
— Elizabeth... Una humana cazadora... Ella murió atravesada por una gran estaca en su corazón. — Elizabeth murmuró mientras comenzaba a temblar, era similar a su segunda muerte.
— Sigue leyendo. — Dijo Gelda con impotencia ante el miedo de su amiga. Elizabeth supo que ella le incitaba a leer por una buena razón, la verdad.
Elizabeth encontró otro dibujo de otra chica similar a ella, similar a su tercera muerte. Y así, hoja tras hoja; una Elizabeth más con una muerte diferente. Era demasiado para ella, que arrojó el libro lejos. Gelda lo atrapó para evitar que se estropeara, mirando a su amiga colapsar, dejó el libro en su lugar.
—Gelda... ¿Qué significa esto? — Preguntó Elizabeth confundida y asustada, mientras sus lágrimas se hacían presentes. La vampiro no dijo nada y tomó asiento cerca de ella. La abrazó para tranquilizarla un poco.
Mientras tanto, Elizabeth intentaba tranquilizarse y buscar un sentido a sus sueños y a lo que acababa de ver en ese libro. — ¿Voy a morir...?
— No digas eso. No lo harás. — Negó Gelda con seriedad mientras intentaba encontrar algo lógico a esta situación.
— Pero Gelda, mis sueños, ese libro... — Se quebró Elizabeth en llanto. La vampiro pensó en las actitudes de los demonios, ahora tenía un poco más de sentido.
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No lo digas
FanfictionEn un mundo donde los demonios habían ganado la guerra hace 3000 años, queda liderado por el actual Rey Demonio, Meliodas. Elizabeth es una simple princesa con quien se compromete con este ser, no todo es lo que parece. - Pero por favor... No lo di...