06: Back to black.

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Los días siguientes no fueron algo lejos de lo normal. Las perdidas ocasionadas por el incendio fueron reemplazadas de inmediato a costa de quejas y regaños de Risotto.
Nadie se cuestionó la causa del succeso, pues la culpa fue directamente atribuida a Iluso por ser descuidado.

Por su parte, Giorno mantenía un perfil bajo haciendo lo que comunmente hacía, pero por dentro era un total caos al pensar en lo que vendría a continuación. Preparó todo con atención y cuidado, tomó cada repuesto de llave de las habitaciones desocupadas y por tres noches seguidas practicó el recorrido que tomaría. Estaba listo.

Se mantuvo alerta a cualquier comportamiento sospechoso que pudiera llevarlo hacia Trish, pero todos actuaban como si nada pasara. Incluso al espiar las llamadas de Doppio, nada parecía anormal. La voz de Ghiaccio, la mirada de Melone y la presencia de Formaggio, nada parecía haber cambiado. Pero aun así, había algo, Prosciutto no estaba cerca.
Le entregaron un traje negro para esa noche, uno demasiado sutil pero que lucía con grandeza. Su rostro neutral esta vez no se veía cansado y el maquillaje que le aplicaron hoy era demasiado fuerte, las sombras oscuras y tonos frios lo hacían lucir audaz.

Caminó lentamente, sintiendo el tacón de sus zapatos chocar con la alfombra, concentrandose solamente en esa sensación.
Lo primero que vió al llegar fué al intimidante hombre de cabello plateado, a su lado estaba Mista, quien le entregó un gesto de complicidad.

Se dio la vuelta y alejó un poco. Mista dejó solo a Abbachio para seguirlo. Luego de arreglar el trato, ambos entraron a la habitación por ultima vez.

—Son 10 habitaciones vacías, yo revisaré cinco y tu cinco, ¿de acuerdo?.— Mista asintió ante la indicación de Giorno.

Apresurados pero silenciosos, inspeccionaron cada cuarto vacío, corriendo de un lado a otro por los pasillos temiendo llamar la atención por el alboroto. Terminaron rápido, pero no encontraron nada mas que soledad, pues Trish no estaba en ese lugar.

Tomó a Giorno por el brazo, acercandolo a él para ocultarse tras la esquina de un pasillo. —No está aquí, ¿y si nos equivocamos de fecha?.—

—De ninguna manera, escucha...— Obligó a Mista a acomodarse, bajando su rostro para que Giorno le hablara al oído. —Hay algo raro desde temprano. Todo está muy normal, no logré escuchar nada extraño en las llamadas ni nadie mencionó algo, pero Prosciutto no está, definitivamente no está y él nunca se despega de Risotto.—

—Si esa es suficiente sospecha para ti, ¿Entonces qué planeas hacer?.—

—Solo puedo pensar en un lugar, pero si nos ven juntos será peligroso y no dejaré que nos pase algo a ambos...— Dijo mientras se alejaba, marcando el golpe de su filoso tacón que de alguna manera lo hacía sentir seguro. —Vuelve a la habitación, Mista.—

Corrió evitando que Mista pudiera seguirlo, corrió lo más rápido que pudo siguiendo el primer camino que memorizó, pues fué el camino que selló su destino en aquella enorme mansión.
Giorno recordaba perfectamente como las paredes eran más angostas, menos iluminadas y el ambiente mucho más frio. Sin miedo ni pena, alejó la cortina oscura y entró.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo al recordar el día que fué vendido a su primer cliente, ese lugar no le transmitía confianza.

—¿Hola?.— Le susurró a la completa oscuridad, tratando de volver más visible su voz. —¿Trish?, ¿estas aquí?.— No obtuvo respuesta. Avanzó un poco más al fondo, tratando de encontrar algo, pero era imposible ver pues todo estaba oscuro.

—Te llevaré con Mista, solamente acercate a mi voz y nos largaremos de este lugar, Trish.— Al terminar, sintió su brazo ser presionado con fuerza, inmediatamente corrió fuera de la habitación, sintiendo como el delgado cuerpo de Trish se aferraba a él.

Venus Doom 》Vento Aureo AU! [MisGio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora