07: Venus in furs.

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Los rayos del sol invadieron el cuarto, golpeando su rostro y dejando su dorada calidez sobre su piel. Tomó las suaves sábanas, llevandolas arriba para tapar su cara mientras escuchaba como cada cortina de la habitación se apartaba.

—¡Es hora de levantarse, Haruno!.— Melone decía animado. Al terminar su labor con las cortinas, se acercó a la cama de Giorno, picando con su dedo índice uno de sus hombros descubierto. —Vamos, vamos.—

—¡Buenos Días!.— La dulce voz de Doppio les hizo compañía. Cargaba una enorme caja, la cual depositó sobre una de las mesas.

Giorno le dió la espalda, cubiendose aun más con las colchas y cerrando sus ojos. Sentía como poco a poco su cuerpo se volvía ligero y las voces de Melone y Doppio discutiendo desaparecían, de pronto, un prolongado hundimiento sobre el colchón interrumpió su sueño nuevamente. Se levantó apurado al notar como Formaggio había saltado sobre su cama, sacudiendola toda y despertandolo. —Este colchón es mucho mejor que el mío.— Decía mientras se acomodaba a los pies de Giorno con las manos sobre su cabeza.

Sacó uno de sus pies de la sábana, golpeando la cabeza de Formaggio y con el otro golpeando su torso. —Fuera de aquí.— Pero el hombre no parecía querer moverse incluso si Giorno lo seguía golpeando con los pies.

—Amaneciste muy rudo, Haruno.— Ni siquiera se percató cuando Iluso entró al cuarto. Giorno alzó su rostro para mirarlo, a lo que Iluso pasó una de sus manos por sus rubios cabellos. —Tienes el pelo muy enredado hoy.— Le dijo acercando ambas manos intentando peinarlo.

—¿Por qué tanto alboroto?.— Ghiaccio entró recargandose en el marco de la puerta. Las fuertes voces de sus compañeros lo hicieron interrumpir su trabajo e ir a revisar.

—¡Ghiaccio!.— Melone se acercó a él, pasando uno de sus brazos sobre los hombros de Ghiaccio, forzandolo a avanzar a su lado. —Doppio y yo hablamos sobre que traje debería usar Haruno hoy.— Doppio sacó dos grandes listones de la caja que Giorno usaba a manera de corbata, uno era rojo y el otro negro de encaje. —¿Rojo o Negro?.— Preguntó inocente.

Ghiaccio frunció el ceño y se acomodó los lentes, tratando de ocultar su cara de enojo tras su mano por culpa del interrogatorio tan estúpido de Melone. Trató de apartar su brazo de él y comenzó una nueva discusión en el cuarto.
Giorno volteó a su costado cuando escuchó las represalias de Ghiaccio, a las cuales después se unió Iluso y Formaggio para completar la absurda discusión.

El rubio los observaba en silencio, preguntandose como había terminado de esa manera, con aquellos hombres peleando por algo tan simple como un traje. Se movió sobre la enorme cama, orillandose un poco para alcanzar a ver el increíble jardín por la ventana.

Habían pasado un año y medio desde que llegaron a Roma, con apenas la mitad del personal y los bolsillos casi vacíos. Algunos de los miembros estaban heridos por golpes o disparos, lo cual hacía más complicado el trabajo.

Risotto no tardó mucho en recibir ordenes para reinstalar el burdel, tenía el presupuesto suficiente para adquirir una propiedad a las afueras de Roma. La mansión era mucho más grande que la pasada, pero estaba destruída casi por completo, por esa razón era tan barata, pero aquello no le importó, pues Roma era un buen lugar para expandir su negocio.

El lugar era horrible, casi olvidado por Dios, a Giorno le traía recuerdos del edificio donde vivía con su madre. Tardaron una semana en remodelar el salon donde recibían a los invitados y el frente de la mansión, quizás no lucía de lo más elegante, pero lucía bien.
El primer día de trabajo fue difícil para todos, pues Prosciutto apenas tuvo tiempo y dinero para hacer pasar la voz sobre el nuevo burdel, eso y que solamente contaban con diez chicas además de Giorno.

Venus Doom 》Vento Aureo AU! [MisGio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora