Posterior a la reunión con el gran sacerdote en el Palacio del Rey del todo, las cosas surgirían con su respectivo orden, aún que con excepciones. Los Ángeles por orden de su padre, el gran sacerdote. Permanecieron en el Palacio. Gracias a esto, los dioses hablaban tranquilamente entre ellos.
—Es una desgracia lo sucedido en el Palacio del Rey del todo —se quejaba el kaio-shin del primer universo. Tomó un poco de su té.
—¿Qué pasará con el sexto y séptimo universo? Los dioses no existen más, no hay quien mantenga el balance , quizás sean eliminados.
—No lo creo, ese acontecimiento, seria la peor decisión que se tomará. Haría un desvalance, mayor al actual.
—¿Qué es lo que el futuro ha planeado para nosotros? —se preguntaba el Dios, mostraba tranquilidad al hablar, pero era más que evidente su preocupación.
—No se preocupen, el gran sacerdote ya solucionará ese problema —, de sorpresa se escucho la voz de su respectivo Ángel. Parecía haber algo diferente en él, no sabían con cierta seguridad lo que estaba sucediendo.
—¿Moriremos? —preguntaron los dioses con temor a la respuesta del Ángel.
—No, no por el momento, si me permiten —hizo una reverencia y se alejó a sus aposentos.
Entre los universos el pánico y temor a ser eliminado y no está vez por el rey de todo, si no por quien se encontraba junto a ellos era lo que hacía que la confianza fuera nula. Adiós a los bellos e inmemoriales momentos unidos. Decir adiós a la paz que Reino por millones de años.
Incontables aventuras y nada de eso fue significante para aquellos seres. Incertidumbre.
—Señor, ¿Por qué las maletas? —pregunto el Ángel del décimo primer universo.
—No es que no te quiera, pero no te quiero cerca de mi, es por mi bien —camino algunos pasos.
—Yo no soy igual a ellos.
—Lo sé, pero esas palabras no me aseguran nada — tomó sus cosas y poco a poco se alejó.
Más tarde, el Ángel miraba el hermoso paisaje que mostraba el jardín, esperando el regreso de su Dios. Pensando que era una broma lo que decía. Más tarde otro obsequio con una nota de su anónimo. No habría sentido alguno. Por primera vez miro las notas y pudo darse cuenta de una pequeña novedad. El papel era idéntico a un planeta no muy lejano. Decidió ir hasta aquel lugar, pero en ruinas lo encontró. Millones de pedazos pertenecientes al planeta, era lo que quedaba. Camino hacia atrás, chocó con alguien.
—¿Qué buscas? —pregunto en un tono algo frío.
—Se fue... —pensó lo que acababa de ver, pero supuso que su anónimo no había muerto— quizás no es el planeta indicado, las flores... si, son la respuesta. No son de aquí, el regalo, no pertenece al mismo planeta, todo es de distintos planetas.
—Al fin, lograste descubrir las pistas que no te dicen la verdad, no sabes nada de él ¿Por que lo buscas?.
—Sólo quiero agradecerle por sus regalos, pero mi corazón pertenece a otro.
—¿Tu dios te acompaña? —ella negó— regresamos al Palacio.
—Tengo que decirle... no quiero que se ilusione, apenas me di cuenta de lo que siento y gracias a las tonterías de nuestras hermanas —, se alejó un poco, cada vez que avanzaba. Había algo que le resultaba familiar. El dios, su Dios. Fue veloz y llegó al lugar. La escena no le dejaba mucho que pensar. Un grito y tratar de detener aquellas acciones, la sostuvo quien anteriormente se encontró junto a ella.
—¡Mojito, suelta mi mano, déjame detener esta atrocidad! —rogaba por que su hermano reaccionará.
—No debiste estar aquí. Primero tu anónimo, déjame decirte que cada planeta que visitó, fue destruido. Ahora, el acto de este payaso acabara.
—No te hizo nada, yo no te he hecho nada, eres mi hermano ¿Por qué lo haces?.
—Las reglas son las reglas, este juego es sólo eso. ¿Al final quien ganará? —seguía sosteniendo a su hermana cada vez con más fuerza. Mientras la tortura a la que fue sometido el Dios hizo su efecto.
El dios, trato de contener su enojo. Después al ver que no lograría salir de ahí, sonrió al ver que su amada lo busco y sintió fortuna por verla una última vez y murmuró con dificultad— Te amo —dio su último suspiro. El ángel dejó libre a su hermana.
—Está vez, no falle —mostró una sonrisa.
Marcarita se acercó al cadáver y lo abrazo intentando pensar que las cosas eran diferente, se imaginó a ella junto a su Dios. Un día normal para ambos.
—Tuviste el valor para asesinarlo, ahora haz lo mismo conmigo y liberarme de mi sufrimiento —inclinó la cabeza esperando su final.
—¡Basta! —grito Korn. Marcarita se levantó e intento no dejar salir más lágrimas.
—¡Hermano, Mojito es un psicópata debemos informarle a los otros!.
—¿A un no comprendes? —pregunto Mojito.
—Ese no era el trato.
—¿Trato?, no importa —miró nuevamente al dios— quizás aún podamos hacer algo, vamos.
—No estoy aquí para ayudarlo a él , tengo que llevarte ante el gran sacerdote, tu Dios ha muerto, por ende, no tienes nada que hacer aquí.
Marcarita fue llevada a la presencia del gran sacerdote. Más tarde el Ángel del segundo universo se enteró de lo sucedido.
—¿Por qué?.
—Ella estará bien, no debes preocuparte —, contestó el gran sacerdote .
—¿Volvera a ser la misma?.
—No te preocupes, cuando vuelvan tus hermanos serán los mismos de siempre, dormirán por un tiempo.
—¿Recordarán todo?.
El gran sacerdote suspiro y asintió.
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Besos de lujuria
Fanfiction"Bεsos dε lυjυrια" (completa) Uη jυεgo qυε αl ιηιcιo εs dινεrτιdo α los ojos dεl Rεγ dε τodo. Nαdα εs bυεηo ηι mαlo, sólo son αccιonεs. El dεsconτrol dε los sεrεs rεsρεταblεs cαυsα εl cαos. #Ángeles Publicada: aproximadamente 2018 Terminada: 22 juli...