Una obsesión con la limpieza

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Disclaimer: Snk pertenece a Hajime Isayama

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Demasiado alboroto en la habitación de las reclutas femeninas. Hanji no podía leer tranquilamente mientras las chicas corrían de un lado a otro pasando continuamente por su litera. Era demasiado temprano por la mañana. Usualmente le dejaban leer tranquilamente toda la noche sin importarles la luz de su candil encendida durante horas. Pero esa mañana todas estaban especialmente intranquilas.

Supiró con desgana y decidió bajar de su litera para observar que estaba sucediendo en su propia habitación. Sus pies tocaron el frío suelo completamente desnudos. Le extrañó observar que sus compañeras de habitación permanecían completamente uniformadas. Aquel día no había entrenamiento tan temprano, así que todo ello no tenía el menor sentido. Interceptó a una chica de cabello oscuro mientras corría de un lado a otro.

- Louise, ¿qué ocurre? ¿Hemos sido  atacados o algo así?

- Hanji, vístete rápido y ordena tu zona. El comandante está haciendo inspecciones sorpresa en los barracones. Y ha ido al pabellón femenido B y han caído todas –la chica observó la litera de su compañera completamente desordenada e inundada de libros – ¡Ordena tu pocilga o acabarás corriendo hasta el anochecer!

- ¿El comandante Shadis va a venir? -comentó algo nerviosa y sudorosa. Comenzó a rebuscar en el baúl de sus pertenencias algún libro en específico - ¿Crees que me dejará leerle las anotaciones que hice sobre el último libro que encontré sobre la investigación cromosómica de los sapos pulga? He encontrado algunos datos que resulta que-

- ¡Hanji! - recriminó la chica - ¡El comandante está a punto de llegar recoge tus cosas o seremos todas castigadas!

Unos fuertes toques en el pasillo indicaron la entrada del oficial. La compañera de Hanji le lanzó una mirada desesperada. Si veían el desorden de su cama, todas tendrían que entrenar hasta horas inesperadas. Las puertas se abrieron y todas procedieron a colocarse frente a sus literas. Shadis iba acompañado de dos hombres que ella conocía bien. Un hombre muy alto y callado que parecía estar aspirando el aroma de su cuarto. Mike Zakarius, le parecía recordar.

Otro hombre algo más bajo pero también muy alto con cabello rubio. Sabía que había ascendido rápido. Siempre le había resultado muy inteligente y había podido participar con su escuadrón en alguna misión. Erwin Smith. Alguien que había sido muy popular en el gobierno desde que entrase en el equipo de reconocimiento. Si era sincera, debía reconocer de que alguna vez le gustaría poder debatir con él sus teorías. Pero en ese momento ella solo era una recluta más. Alguien sin importancia.

- ¿Nombre? - oyó a su comandante preguntar a una chica de cabello claro.

- Nanaba – musitó la mujer.

- Muy bien, proceda a abrir su arcón.

La chica obedeció y comenzó a mostrar sus pertenencias sin reparo. Había estado también en combate con ella. A veces le parecía excesivamente protocolar. Pero era muy buena en combate y muy empática. Tras la última batalla ambas habían ayudado al traslado de los heridos.

Su comandante acompañado por sus allegados comenzó a examinar las pertenencias de todas sus compañeras. Una por una. Comenzó a sentirse más nerviosa cuando notaba que se acercaba a su litera.

Se detuvo frente a ella observandola vestida solamente con su pijama y completamente despeinada, al contrario que sus compañeras que se habían uniformado mucho antes  que cualquiera.

Decisiones y arrepentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora