Snk pertenece a Hajime Isayama.
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El tintineo de algún cristal al ser bruñido le despertaba de su ensueño. Si cabeceaba en sueños podía eliminar ese ruido. Pero unas finas pisadas que se arrastraban por el suelo le devolvían a ese estado ausente, incapaz de descansar. Aquellos pasos se trasladaron al otro costado de la habitación, provocando que una extraña penumbra acariciase sus párpados.
Una sombra que se proyectaba a través de la ventana, procurando que el sol del amanecer no entorpeciese su descanso. Pero era demasiado tarde. No sabía cuantas horas había estado inconsciente, pero sus pestañas se negaban a permanecer más tiempo selladas. Sus ojos se abrieron con cuidado observando su figura. Algo pequeña y delgada. Más delgada de lo que la recordaba. Tal vez ella no había sido la única en desfallecer. Y por la delgadez que observaba en aquel cuerpo ella había permanecido inconsciente más de un par de horas.
Las manos de aquel hombre corrieron con cuidado la cortina, devolviendo aquella habitación a una leve oscuridad, solamente interrumpida por un pequeño retazo de luz que entraba en la pequeña abertura. Giró su cabeza hacia el lado contrario, un pequeño tubo que emergía de su brazo y se unía a una pequeña bolsa transparente. Demasiado familiarizada con aquella imagen. Su mano libre ascendió hasta su sien, intentando arrebatar los mechones de su frente que provocaban aquel ligero sudor. Pero su camino fue interrumpido por un estrecho vendaje.
Suspiró en voz baja. Apenas recordaba nada más allá de aquella droga que mermaba su cuerpo. Una extraña sensación. Como una pesadilla que le enviaba imágenes de sí misma encerrada en una caja, ahogándose. Mientras miles de imágenes recorrían su mente. Sin ser consciente de cuán importantes eran todas ellas.
Su rostro se giró de nuevo hacia el hombre que parecía absorto en la explanada que quedaba junto a su ventana. Tal vez vigilando el entrenamiento de su escuadrón desde aquella posición. Se incorporó levemente mientras arrastraba sus adormecidos pies por las enredadas sábanas que se obstinaban en cubrirla. Apoyó su cabeza sobre sus rodillas mientras dejaba que aquella sensación tintineante desapareciera de su mente.
Las comisuras de sus labios se elevaban perezosamente mientras observaba a uno de los protagonistas de aquellas agónicos recuerdos que habían sobrevolado su imaginación mientras le retenían en el limbo eterno. Recordando el primer tacto directo con su cuerpo. La cálida y suave sensación de sus labios. Su mano cuando la estrechaba, la confianza que sentía al tener su piel en contacto con la suya.
El hombre pareció satisfecho con la visión a través del cristal, se giró levemente hacia ella como sino hubiera percibido su presencia. Instintos apagados debido al agotamiento físico y mental. Su vista palideció mientras observabaa aquella mujer que había decidido despertar tras tantos días de letargo. Parpadeó intentando desvanecer al fantasma de su anhelo que se posaba sobre su cuerpo mientras ella sonreía cariñosamente.
- Buenos días, Levi.
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- ¿Qué hay de aquella granja que Hanji investigaba hace meses? - Erwin caminaba con paso ágil a través del corredor mientras sus pisadas le devolvían unsonido envolvente – Nanaba presentó un informe algo ambiguo.
- No estamos seguros. Si tú das el permiso, realizaremos una infiltración. Pertenece a la familia Reiss, tal como Hanji había escrito en su ataúd. Pero podría ser una posesión más. Tal vez no directamente relacionada. Hasta hace varios años fue ocupada por una prostituta retirada y su hija. Pero ambas fueron asesinadas hace años. Así que no parece que haya sido ocupada desde entonces.
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Decisiones y arrepentimientos
RomanceLevi vuelve agotado tras perder a Farlan e Isabel. Intentando comprender cuál debe ser su razón para luchar en ese momento. Sin comprender cómo, aquella chica que irrumpió en su vida para demostrarle su admiración por sus habilidades, vuelve a irrum...