Kim Namjoon

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- Señor, en la sala de juntas están... ¡oh cielos! - la secretaria de aquel lugar dejo caer todos los documentos que traía en sus manos al ver tal escena.

Kim Namjoon escuchaba música clásica mientras que en la pantalla de su computador una película erótica se reproducía, la escena pornográfica mostraba el momento exacto de la penetración en la pareja, no había jadeos ni gemidos escandalosos como en la mayoría de los vídeos pornográficos que inundaban Internet.

En sus manos sostenía su pene completamente erecto mientras bebía un poco de vino, levanto la vista sin detener sus acciones. Las caricias que se proporcionaba eran fuertes y certeras, se podía ver brillar en la punta un poco de líquido pre seminal, las venas de su miembro se marcaban gracias a la presión ejercida.

Namjoon disfrutaba de la atención que el mismo se proporcionaba. Aun cuando no era comparable con estar dentro de alguien o ver a una pareja en vivo dándose placer mutuamente, la sensación era demasiado agradable para él.

- Lo... lo siento señor - la secretaria recogió los papeles del piso evitando centrarse en su jefe quien seguía masajeando su miembro.

Ella rompió la regla de oro creyendo que se trataba de una tontería.

Nunca entrar a la oficina si se escuchaba música clásica de fondo.

Claro estaba que esa regla no había sido impuesta por el jefe, a él poco le importaba que alguien entrara y lo viera dándose amor propio o compartiendo caricias con alguien si su humor era agradable.

La regla fue impuesta por alguna de las tantas secretarias que habían trabajado para él anteriormente, las mismas que habían renunciado luego de no soportar ver con sus propios ojos la verdad de las personas.

Namjoon la miro detenidamente mientras ella recogía los papeles del piso, se había arrodillado y se apoyaba sobre sus manos tratando de avanzar en su labor, mas su nerviosismo le hacia entorpecer cada movimiento.

- ¿Sientes el qué? - hablo Namjoon con calma.

La secretaria levanto la vista y miro directamente a los ojos del hombre.

Entonces Namjoon lo vio.

Sus ojos miraban detenida y discretamente su cuerpo, buscaban aquella parte de su anatomía que llenaba de morbo su imaginación. Se fingía avergonzada pero la lujuria en su mirar la delataba.

Ella lo deseaba aun bajo las sombras.

- El haber entrado sin avisar. Yo no sabia que estaba sucediendo - dijo en voz baja mientras que sus mejillas adquirían un tenue rubor que trataba de mostrar vergüenza.

Y eso lo molestaba.

- Es mentira - hablo Namjoon poniéndose de pie sin dejar de acariciar su erección. Había una energía en la situación que lo ponía mas duro, eso acompañado de los gemidos de aquella película, la música clásica y el vino, que ahora derramaba sobre su miembro, hacia que quisiera llegar a la liberación prontamente - sabias lo que estaba sucediendo cuando escuchaste la música, te lo dijeron antes pero tu curiosidad morbosa te hizo entrar y averiguar lo que podías obtener. Fingir vergüenza y esperar algún tipo de invitación era algo que ya tenias planeado - detuvo sus palabras al sentir la liberación en su mano, miro fijamente el semen que escurría entre sus dedos para después llevarlo a su boca y provocar aún mas a la mujer - sin embargo dudabas. No lo sientes porque sabias que estaba masturbándome, y esperabas poder ser parte de ello.

La chica desvió la mirada al saberse descubierta.

- Pero eso no va a suceder. No incluyo a personas que solo quieren experimentar, las que tienen deseos escondidos y después se lamentaran y meterán en un cajón que esconderán en lo mas profundo de su memoria categorizandolo como un desliz.

Namjoon apago su computador y tomo sus cosas para salir de su oficina, la mujer no se movió de su lugar luego de escuchar las palabras de su jefe. Antes de salir de la oficina miro a aquella chica y sonrió.

- Diles a quienes me esperan que hoy no firmare nada - tomo su barbilla y dejo una lamida sobre sus labios pasando el sabor de su semen a la mujer - y estas despedida.

Namjoon salió del edificio sintiéndose cansado y aburrido. Él deseaba poder vivir su gusto sexual con alguien como él, quien no quisiera experimentar para después arrepentirse.

El sexo no era un error.

El placer no era un error.

Los que se negaban eran quienes estaban errados, se negaban a si mismos.

Rumbo a su auto piso un papel y lo tomo con curiosidad al ver las letras llamativas que resultaban sobre aquella propaganda.

Dionysus, te harán llegar.

Le sonaba sin sentido pero decidió que era su lugar.

Dionysus - TaeGi x BTS. #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora