Park Jimin y Jeon Jungkook.

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Las miradas que la gente les dirigía poco les importaban, ellos estaba tranquilos, eran felices y nadie podía quitarles eso.

Dentro de aquella colorida cafetería, la pareja resaltaba por su imagen, Jimin, un pequeño chico vestido con ropa pegada de las piernas y holgada del torso en tonos pasteles, incluyendo su cabello, con una sonrisa tierna y una imagen inocente se encontraba sentado sobre las piernas de Jungkook, un sujeto alto y con músculos marcados, vestido con pantalón de cuero negro, playera pegada a su cuerpo, chaqueta negra de cuero, botas militares, cadenas, pinchos y porte amenazante, el mas alto significaba peligro para cualquiera que lo viera.

Jimin comía un postre de fresas con crema sin mucho cuidado, más de una vez termino con sus comisuras manchadas de aquel chantilly, Jungkook lamia suciamente cuando eso sucedía, procurando mantener el rostro de su amado limpio. Él no era afecto a las cosas dulces, no le gustaban pero comía cada que Jimin se lo pedía.

- ¿Te gusta? - pregunto Jimin mientras Jungkook masticaba la fresa que el más bajo le había dado.

- Sabe mejor cuando viene de ti - respondió el más alto apretando su trasero con fuerza, sutil y evidente, tomo con fuerza el culo del pequeño y lo froto sobre su entrepierna que comenzaba a despertar cada vez mas ansiosa que antes.

La imaginación de Jimin viajo tanto y tan lejos imaginando varios escenarios donde las fresas y su cuerpo se complementaban par satisfacer a su gran novio.

- Quiero una malteada de vainilla - pidió el más bajo mientras sus traviesos dedos se perdían por debajo de su suéter y buscaban a tientas el botón de aquel pantalón para poder tomar entre sus dedos aquel duro miembro. Mientras llegaba a su objetivo se removía sobre las piernas del más alto y con la mano libre llamaba a una mesera para que le atendiera - ¿me puedes traer una manteada de vainilla? - pregunto Jimin en voz baja, como si se sintiera avergonzado.

- Claro - la chica, aún cuando la situación era evidente, no tardo en comerse al más alto con la mirada - ¿tu no quieres nada más, guapo? Puedo darte lo que desees - aquel coqueteo descarado por parte de la mesera, quien se arremangaba la falda con la intensión de mostrar sus piernas solo logro molestar a Jimin, quién fue el único en notarlo ya que su novio se mantenía concentrado en el masaje que los pequeños y suaves dedos del pequeño le daban a su miembro.

- Agh ~ - un gemido fuerte salio de los labios de Jungkook y la humedad caliente comenzó a mojar el pantalón del chico sentado sobre él, Jungkook no necesitaba mucho más que a Jimin y lo que él quisiera.

Echo su cabeza hacía atrás dejando su cuello expuesto sintiendo aquella aura que Jimin despedía cuando estaba molesto. Le gustaba.

- Cualquier cosa que imagines ofrecerle, créeme perra, soy mil veces mejor que tu - sentencio Jimin con la voz molesta y elevada, la chica abrió los ojos por la sorpresa y sintió escalofríos cuando el chico más bajo se giro hasta quedar frente a su pareja y mordió con fuerza la manzana de adán que subía y bajaba al ritmo de su agitada respiración. Los gemidos de satisfacción inundaron el lugar, el movimiento descarado de las caderas de ambos personajes dejan en claro cual era su próximo destino y muchos se sintieron incómodos al respecto

Para nadie paso desapercibido el miembro flácido y brillante que colgaba del pantalón del mas alto cuando este, siendo arrastrado por el más pequeño, se levanto para dirigirse al baño del lugar.

- Quiero mi malteada cuando vuelva y que nadie nos moleste zorra.

Una vez dentro del baño se colgó del cuello de su pareja y mordió sus labios con saña, odiaba que le coquetearan a su chico. Todo era más fácil si la gente simplemente se acercara y le dijera cuales eran sus intenciones, así no había de que preocuparse.

Porque no jugaban a ser inocentes o a ser infieles, a pasar por encima de una pareja establecida sino que dejaban claro que tan interesados estaban y lo que estaban dispuestos a ofrecer.

Todo transparente.

A Jimin no le molestaba la idea de compartir a su pareja y Jungkook no tenia problema con hacer lo mismo con Jimin, o ambos participar en orgías y eventos sexuales de cualquier tipo.

- Date vuelta - ordeno el más bajo y arranco los pantalones de su pareja una vez este hubo hecho lo pedido.

Paso la lengua por entre sus nalgas y sonrió al sentir el cuerpo más grande temblar.

- Lo haremos rápido Jungkookie, estoy molesto, - dijo cuando el reflejo de ambos hizo contacto con sus ojos en el espejo, el peli negro no protesto, sino que tembló emocionado ante aquello.

La tierna imagen de Jimin le veía fascinado, tener sexo con su macho era algo que disfrutaba demasiado, ver el rostro de Jungkook contraerse cuando lo tenia enterrado hasta el fondo en el era tan sensual.

Jimin, al levantar la vista pudo contemplar sobre el espejo unas hermosas letras brillantes y sonrió.

- Kook, Jin me hablo de un lugar, se llama Dionysus. - dijo mientras se enterraba más en el culo ajeno.

- ¿Dionysus? ¿Como el dios griego? - voz de Jungkook apenas era reconocible, estaba tan excitado, jadeaba como si hubiera corrido una gran carrera y aún más.

- Exactamente.

- No quiero imaginarme que tipo de lugar es.

- Por favor Kookie, deberíamos buscarlo - dijo mientras llegaba a la erección del más alto y comenzaba a masajearla con la fuerza que permitían sus pequeños dedos buscando la liberación pronta de él y gozar del estimulo que la presión de su culo tendría sobre su pene.

- ¿Jin no puede pasarte la dirección? - soltó al tiempo en que se pene explotaba y derramaba semen manchando el piso del lugar.

- Claro que puede pero, según sus palabras, no es fácil dar con él, debes ser elegido para lograrlo. - contesto Jimin montando su propio orgasmo.

Ambos respiraban con dificultad, satisfechos y felices.

- Hagamoslo, busquemos ese lugar - sentencio Jungkook mientras se arrodillaba acomodar la ropa de su pareja y dejaba besos sobre el miembro de Jimin.

Dionysus - TaeGi x BTS. #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora