Eran como las siete y cincuenta cuando me relaje, ya no estaba tan hinchada y el moretón había desaparecido un poco.
Ahora si estaba lista para hablar con Josh, pero no por celular.
Después de tomar una ducha me puse un lindo vestido blanco de casa, agarre unas zapatillas y peine mi cabello. Salí de mi casa con las manos sudorosas.
Delante de la puerta de mi vecino dudé, iba a darme la vuelta pero esta se abrió.
-¿Hola?-dijo la hermana pequeña de Josh.
-Ah... soy Lizzy, la vecina.
-Lo sé.
-Quería, ah, me preguntaba si Josh se encontraba en casa.
-¿Se conocen?
Asentí.
-Sí, nosotros, estudiamos juntos.
-Ya veo-me miró como si no estuviera convencida-, puedes pasar, estoy a punto de ir a P&P, no hay nadie más en casa, si quieres, pasa y esperalo, su habitación es en la segunda planta, la segunda puerta.
Me hizo entrar y se fue.
Jugue con mis manos mientras miraba el lugar y tenía un debate mental sobre si debía o no subir. Al fin decidí hacerlo.
Subí las escaleras rogando que no haya sido una pésima idea, estaba emocionada, era la primera vez que estaba aquí, obviamente.
La segunda puerta estaba medio abierta, escuché música proviniendo de ahí.
Medio toque la puerta y se abrió, entré dubitativa. Escuche le regadera una vez adentro, se estaba bañando. Mi estomago se volvió loco con tan solo imaginar a Josh tomando una ducha. La habitación estaba algo desordenada, había una cama, dos nocheros, un enorme closet de pared y un computador de mesa.
Volví a escuchar música, provenía del celular de Josh que se encontraba en la pequeña mesita junto a la cama, era una llamada entrante, en realidad 12, de la misma persona; Katy Sis.
Escuche la puerta abrirse detrás de mí y gire espantada, volví a girar de inmediato al ver a Josh con tan solo una toalla alrededor de su torso.
-Dios... Lo siento, tu hermana me dejo pasar, no debí haber subido, puedo volver en otro momento si...
Sentí sus fríos brazos rodearme por la espalda haciéndome callar enseguida, mi corazón comenzó a bombear sangre exageradamente, como si estuviera corriendo una maratón.
-Liz...
Me mantuve en silencio cuando puso su barbilla en mi hombro, estaba muriendo por dentro.
No sé cuánto tiempo estuvimos así. Fue cuando el celular volvió a sonar que reaccione. Me aleje un poco, pero él se negó, solamente dejo que me alejara para girarme y volverme a pegar a él, sentía mi cara muy caliente.
-Lo siento mucho.
Susurró provocando que mis cabellos se movieran.
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Antes de su muerte
Short StoryTuve un sueño, él estaba muerto, y lo perdí para siempre, aún cuando nunca lo tuve Todos los derechos están reservados.