9. Hurtando el protagonismo

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Estaba caminando a una distancia prudente de Josh y Jane.

Caminaban por la calle agarrados de la mano. Jane reía a cada rato. Luego él se puso delante de ella. No podía escuchar lo que estaban hablando. Ella río y se subió en su espalda.

Ella estaba abrazandolo.

Pararon en un pequeño parque y ella bajo de su espalda. Tomaron asiento en unos columpios. Saque mi cámara y tome una fotografía.

Estaba cerca, pero no lo suficiente para que me notarán.

-Estoy muy agradecido por haberte conocido, Jane.

Ella sonrió de lado y le dio un golpecito en el hombro.

-Pues obvio. Soy la mejor amiga del mundo.

Sentí el amargo de sus palabras en mi boca, sabía que ella no quería decir eso.

-Te amo.

Ella lo miro y se puso de pie. Le brindó la mano y él la tomó. 

-Yo te amo más.

-Mentirosa-dijo sonriendo y tocando su nariz con su dedo índice.

-No estoy mintiendo.

Su rostro se puso serio mientras él seguía sonriendo. 

-Sabes que yo te amo más.

-¿Josh?

-Dime.

-¿me amas de la misma forma en la que yo lo hago?

La sonrisa de Josh desapareció. 

-Jane...

-Sólo dime que no para que por fin pueda superarte. Dímelo mirándome a los ojos.

-Jane...-se acercó a ella y puso su cabello detrás de su oreja.

Empecé a llorar viéndolos en medio de la noche, sentí mi corazón romperse a pedazos.

Desperté con lágrimas en los ojos.

Había sido un sueño, o tal vez un recuerdo de lo que paso antes, ya no estaba segura de nada.

Me puse de pie y camine hacia el baño, me dolía el corazón a pesar de que lo que vi fue parte de un sueño.

Era jueves por la tarde, Josh seguramente estaba en el conservatorio. Caí en cuenta que desde que volví al pasado deje de espiarlo y seguirlo a todas partes, seguramente era porque ahora tenía un espacio en su vida.

Después de tomar una ducha entre a mi closet.

-¿Debería quitarlas?

Nadie respondió mi pregunta, ni yo podía hacerlo. Tampoco me creía capaz de arrancar esa pequeña parte de mi vida, mi pequeño secreto.

Eran como las ocho de la noche. Mi celular sonó con una llamada de Josh.

-Hola-dije al descolgar

-Ey, ¿cómo estás?

-Bien, ¿tú?

-No me encuentro muy bien que digamos, ¿podemos ir a P&P?

Sabía que no estaba bien desde esta mañana en la escuela, era el aniversario de la muerte de su padre.

-Por supuesto, ¿llegó a tu casa?

-Está bien, estoy afuera de la tuya.

Sonreí y salí del closet, me puse zapatos y baje. 

Abrí la puerta y colgué el teléfono. 

Antes de su muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora