12. Demente

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Josh y yo estábamos en una heladería. Era nuestro primer mes de novios. El tiempo pasó realmente rápido, y aun así seguía sin creer que tenía espacio en su vida.

-¿Cómo estuve?

-Por supuesto que muy bien-dije sonriendo-, haces todo bien.

-¿Todo?

Su expresión era perversa y traviesa.

-Absolutamente todo.

-Mmm, ¿quieres que hagamos algo después?

Me reí y le lancé un poquito de galleta.

-Lastimosamente, no puedo.

Él rodó los ojos.

-Voy a llorar.

Me levanté de mi asiento y le di un corto beso.

-Voy a recompensarte.

-Me gusta como suena eso.

Salimos abrazados, él tenía su brazo sobre mi hombro y yo agarraba su cintura.

-¿A donde irás en vacaciones?-pregunté curiosa.

-Tal vez vaya de viaje con mi familia a Mexico.

-Uh, México.

Él río.

-La familia de Jane también irá.

Lo mire mientras caminábamos.

-Okay.

-Sabes que hemos sido amigos toda la vida, eso no va a cambiar. Sólo somos amigos.

-Si tú lo dices.

-No estés celosa.

-¿Porqué estaría celosa? Mi chico va a ir de vacaciones con una chica que esta perdidamente enamorada de él, ¿que podría pasar?

-Me gusta como suena 'mi chico' suena posesivo, ¿no quieres darme unas nalgadas?

Me reí y le di un golpe.

-No me hagas reír. 

-Te prometo que no va a pasar nada-dijo besando mi cabeza.

-Está bien, yo confío en ti.

-Nos íbamos a ir el lunes, pero al parecer hay una tormenta y no es seguro viajar.

La tranquilidad que Josh me trasmite desapareció.

Tuve mareo y sentí que mi vista se nublaba.

-Liz, ¿Liz estás bien?

Quería decirle que sí, pero mi vista se oscureció por completo y perdí la movilidad.

Abrí los ojos muy lentamente, la luz molesto mis ojos y dirigí la mano a mi cara para cubrirme, tenía algo en la mano, eran unas esposas.

-¿Ella fue?-escuche un susurro.

-Es una asesina.

Intente mirar a mi alrededor. No tenía idea de lo que pasaba.

Josh apareció delante de mí.

-Hola.

-Josh, ¿estás bien?

-Estoy muerto-dijo sonriendo-, igual que tú.

Puso una almohada en mi cara y empezó a asfixiarme, intente patalear y alejarlo de mi, pero era imposible.

Recupere el aliento cuando abrí los ojos, puse mi mano en mi corazón e intente respirar tranquilamente.

Antes de su muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora