capítulo 8

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Pov Narradora

Hinata. - Naruto-kun.... - se veía distraída y algo nerviosa - lo ciento. - lo dijo en un tono entre cortado.

Naruto.-¿Porque te disculpas?, no hay nada que perdonar. - trató de tranquilisarla.

Hinata. - Si lo hay, tu cumple años es en unas semanas y no podré estar ahí, lo ciento.

Mentira

Naruto.- Hinata tranquila no pasa nada. - Dio su mejor sonrisa para calmarla - y ¿porque no estarás? - preguntó con inocencia.

Hinata. - Iré de viaje con mi padre - dijo al borde del llanto - me iré mañana, es un viaje familiar, yo no quería ir pero me obligó - y se puso a derramar unas cuantas lágrimas y el rubio con simpatía la abrazó intentando calmar el casi llanto de Hinata.

¿Por qué?

El rubio se sorprendió pero no dijo nada, sólo la tranquilizó para luego ocupar sus mentes en entrenar y jugar, ya llegada la noche irse al departamento del ribio a conversar un rato hasta que llegará la hora de despedirnos.

Naruto.- Hinata traeme algo de tu viaje si? - dijo estando en la puerta - pásala bien, no te quiero preocupada. - dijo dándole su mejor sonrisa de despedida.

Ella sólo dio un si y se fue, no pensó que pasaría lo siguiente.

Después de ese día el rubio la vio en la Academia pero no sólo ese dia sino que los tres días más que asistió.

Intento hablar con Hinata en varias oportunidades pero ella lo evitaba, intento hasta la mínima oportunidad y lo logró hablo con ella pero su respuesta no era esperada.

-Ya no quiero estar cerca tuyo- Dijo la Hyuga como siempre estaba nerviosa y cabizbaja, tan pronto terminó de decir esas palabras abandonó el lugar donde se encontraban. Y así fue el último día, el rubio sólo esperada que le dijera que se atraso el viaje y no esa notícia.

Justo ahora podemos ver al rubio en un campo de entrenamiento abandonado practicando Taijutsu con el Tercer Hokage.

Después de lo dicho por la Hyuga y con la inseguridad burbujeando en su interior no tubo el valor para volver, no por ahora, ya había pasado una semana y en esta misma se ocupó más en mejorar sus habilidades.

En un inicio pidió a su abuelito unos cuantos libros (si se le puede decir cuantos a más de una docena), lo cual el viejo Hokage no dio objeción y con una sonrisa de abuelo orgulloso le otorgó más de lo pedido por el rubio, diciendo que unos cuantos más no hace mucha diferencia.

Y la alimentación jugó un gran papel, con el moreno revisando libros de cocina y tratando de no incendiar su hogar en el proceso.

También como todo principiante no se llevó bien con los sabores, siendo escasas veces en la que atinada. Con los suministros o despensa hubo mínimos riesgos de escasez , siendo una transformación la única salida para comprar algo decente.

Por otro lado el último Uchiha de la aldea tenia un mar de preguntas sin ser respondidas, cada minuto que pasaba se sumaba una más y eso sólo lograba un dolor severo de cabeza.

Se estaba obsesionado con saber que esconde ese rubio, a intentando seguirlo pero lo pierde a último segundo, también el verlo a él y a la Hyuga juntos formaba más y más dolor de cabeza.

Aparte que en la última semana no lo a visto, se sentía un poco incómodo sin el rubio era como si algo faltará, el ambiente era demasiado tranquilo y aburrido para su gusto.

También hablando poco más de la familia Namikaze, esa familia de cuatro, eran felices en todo el sentido de la palabra sin preocupaciones teniendo a sus dos hijos en alta estima, inflados de orgullo con los halagos de ellos mismos y de los aldeanos.

Tanto felicitaron su poco progreso que no se dan cuenta que sólo están a nivel de civil con poco o nada de entrenamiento. (En fin la hipocresía)

Y los encontramos en el patio trasero de su vivienda, los cuatro en poses de batalla mal afinadas de los dos menores, pero no podemos juzgarlos ¿No es así? Son niños después de todo, de no ser porque los de su mismo año ya dominan las poses básicas.

Minato.- bien hijo aquí terminamos el entrenamiento, buen avance pronto serás tan fuerte como tu padre - dijo con mucho orgullo.

Menma.- lo sé papá, seré más fuerte que tú - dijo el rubio pequeño con una sonrisa petulante.

Natzumi.- yo llegaré primero a ser más fuerte que papá - dijo la pequeña pelirroja al lado de el pequeño rubio con la misma sonrisa petulante.

Menma.- sigue soñando, yo lo lograré primero porque soy la cabeza del clan - exclamó con enojo y burla en su voz.

Kushina.- hijos no peleen, los dos lograrán ser fuertes juntos y de eso nos encargamos tu papá y yo, ahora vayan a bañarse que iremos de paseo - dijo la pelirroja mayor.

Minato.- crecen rápido, parece que fue ayer cuando los cargue en mis brazos, eran tan pequeños - dijo el rubio mayor con nostalgia.

Kushina.- si, aunque me hubiera gustado que Menma tuviera el nombre del héroe shinobi del libro de Jiraiya-sensei. ¿Te imaginas? Llamarlo Naruto, se oye hermoso - dijo mirando al cielo soñadora.

Minato.- ¿Cómo no hacerlo? Si estaba planeado ponerle así. Pero nos lo ganaron - sonrió con decepción.

Kushina.- quisiera conocer al niño que tiene ese nombre - miró a su esposo rubio.

Minato.- el tercero dijo que era huérfano, debe estar en un orfanato de la aldea, lo buscaré si lo deseas - ofreció con una sonrisa de labios.

Kushina. - pensándolo bien no, está bien sólo era por curiosidad - sacudió su cabeza en negación y sonreír a su pareja.

Minato.- nuestros hijo son fuertes, no me sorprendería si uno de ellos llega a ser el novato del año - cambio de conversación para luego observar el cielo.

Kushina.- tienes razón, es producto del entrenamiento que le damos, somos buenos padres - no pudo evitar sonreír ampliamente mostrando sus dientes en el proceso.

Después de esa conversación se dispusieron a salir, pasaron una tarde como siempre, sin saber que por culpa de esa flexibilidad que tienen por sus hijos ellos no progresan y también no saben que tienen.....




UNA HIJA MAS.

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