Matcha con leche de Soya

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A veces sin pensarlo, podemos encontrar personas y experiencias que realmente jamás estábamos buscando…
Eran las dos de la tarde y por fin se habían terminado las clases de ese día, para ser sincera estaba pasando por un muy mal momento y lo que menos pensaba era en ponerle cuidado a la escuela. Llevaba algunas semanas un poco triste, francamente no sé en qué momento mi vida se volvió de color gris, pocas eran las veces en que podía distinguir algún color.
Me coloqué los audífonos y alisté mis cosas para salir del salón, escuché a lo lejos a mis amigos planeando salir al cine, pero fingí no escuchar, camine a la puerta y me despedí a lo lejos de ellos, me repitieron de que fuera con ellos pero les dije que no. No me apetecía ir al cine, irme a encerrar en una sala para ver una película no era un plan que quisiera hacer. Salí de mi facultad y me comencé a dirigir a la estación del metro, estaba por llegar cuando de repente vi que un tipo le llegó por atrás a una chica, él la tomó por atrás y la chica empezó a gritar.

-No!, No!, No!, No me hagas nada, por favor!- Empezó a decir la chica.
-Por favor, escúchame, déjame hablar, no te enojes- Dijo el tipo con un tono nervioso.
-Ayuda! Ayuda!, Me quiere hacer daño, No lo conozco!- Gritaba la chica.
-Hey!, suéltala, déjala en paz!- Le dije por atrás.
Me adelanté a ellos hasta que los tuve de frente y mirando al tipo a los ojos le dije:
- Suéltala, no quiere ir contigo-
-Es mi novia y nos peleamos y ella no quiere hablar- Me contestó el tipo, con rapidez y nerviosismo en su voz.
-No, él no es mi novio, ni siquiera lo conozco- En automático contestó la chica.
Me acerque mucho más a ellos. Fue cuando muchas cosas se me vinieron a la cabeza.
Desde días antes circulaba por redes sociales, muchas denuncias de chicas que eran abordadas por sujetos e intentaban llevárselas a la fuerza en carros.
-Entonces, déjala en paz!, sino la sueltas usare el gas pimienta que llevo en aquí. Le grite de manera brusca y me toque el bolsillo de mi pantalón.
De repente el tipo la soltó y se echó a correr cuando pasó un carro sin placas, se subió y se fueron.
En automático la chica corrió hacia mi y me abrazo.
-Gracias!, Gracias!- Me comenzó a decir la chica-, mientras rompía en lágrimas y llanto.
-Estas bien?, no te hizo algo?, quieres que llame a la policía?, necesitas algo?- Le hice muchas preguntas, pero realmente me había preocupado.
-Es..toy…bi…bi…en- Del llanto no podía pronunciar lo que quería decirme.
-Vámonos de aquí, puede que regresen y sea más de un tipo- Le dije, acariciando su cabeza, ella me seguía abrazando y no quería soltarme.
La chica asintió con la cabeza y empezamos a caminar.
-Ven, dame tu mochila, yo la cargo-. Le dije, quitándole la mochila del hombro y la comencé a cargar.
No sabía qué hacer con ella, no la quería dejar sola. Se me ocurrió llevarla a la cafetería que se encontraba en el camino.
-Te parece si te invito un café, para que te relajes un poco y estamos seguras?- Le pregunté, con el tono más tierno que encontré, sabía que estaba muy alterada y no quería dejarla así.
-Si, esta bien- Me contestó pero antes tuvo que respirar profundo, para poder hacerlo.
La tome de la mano y la guie, para entrar a la cafetería. Habían un gabinete desocupado y nos acomodamos ahí. Me senté junto a ella.
-Hola, chicas buenas tardes, qué desean ordenar?- Nos preguntó de manera amable el mesero, pero nos miró con curiosidad, por qué la chica no dejaba de llorar.
-Para mi un matcha con leche de Soya…- Le contesté, pero realicé una pequeña pausa para pedir por ella, la verdad no sabía si tomaba algo, pero creí que lo mejor era pedirle un té para que se relajara un poco.
-…Y para ella, tienes algún té relajante?- Le pregunté al mesero.
-Tengo una infusión tila y valeriana- Me contestó el mesero.
-Si ese, esta bien, por favor- Le contesté y amablemente le sonreí.
-Claro que sí, te confirmo: un matcha con leche de soya y una infusión de Tila y Valeriana- Me dijo el mesero amablemente.
-Si, está bien- Le contesté.
-En un momento se los traigo- Agarró las cartas y se retiró.
La chica me abrazo y reposó su cabeza sobre mi hombro, no dejaba de llorar.
-Oye!, tranquila, no te va a pasar nada, estamos bien acá, ya pasó- Le dije en un tono muy amable y tranquilo, ya que quería que se calmara.
Ella solo se limitó a mover su cabeza afirmando lo que le decía.
-Cómo te llamas?- Le pregunté.
-Yo me llamo Valentina- Le dije al ver que no me podía contestar.

Nebulosa de Colores " JULIANTINA" (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora