Cap. 3 -. Tocando las estrellas

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La textura dulce y suave de sus labios aún parecen acariciar mi boca a pesar de los años, me preguntó ¿Cuándo podré ser capaz de verla a los ojos y confesarle cuanto le amo?, 20 años y aún me siento como aquel niño de diez que descubrió una serie de sentimientos dentro de sí que aunque por mucho tiempo me confundieron hoy me doy cuenta que cada día crecen más y mas sin mesura, sin demora...

Sigo aquí, cerca suyo... Viendo cómo vienen y van una serie de novios estúpidos que lo único que hacen es lastimar su corazón, no eh tenido el valor para decirle lo que eh callado por más de diez años, ella siempre me pregunta ¿Porque jamás eh tenido una novia? Y yo... Bueno... siempre le contesto de la misma forma... Porque mi corazón ya no me pertenece... Y aunque parece que ella no lo entiende yo sé que muy dentro suyo sabe que es lo que quiero decir.

Esta noche después de mucho tiempo de citas canceladas y llamadas rechazadas escucho sonar mi móvil, corro como de costumbre y contesto, es ella... Escucho su voz entrecortada llamándome con triztesa e intuyo nuevamente lo que ah sucedido, me duele saber que posiblemente algún tonto rompió nuevamente su corazón.

Salgo de casa con la intención de acompañarla y repentinamente comienzo a sentir rabia conmigo mismo, por no tener el valor de decir la verdad, por dejarla a merced de pelmasos estúpidos que solo la usan, por estar siempre para secar sus lágrimas pero no poder hacer nada para que ella sepa que aquí existe alguien que la ama con todo su ser, subo los escalones llegando hasta su habitación, escucho el sollozar de sus lágrimas y siento como mi corazón se encoje de tristeza, mis ojos arden por el demandar de mis lágrimas que con ímpetu desean salir de ellos, subo el dorso de mi mano y limpio una gota rebelde que no obedece a mi cerebro y se deja venir humedeciendo mis mejillas, abro poco a poco la puerta y la veo sentada en la alfombra encorvada abrazando sus rodillas en completa oscuridad.

Camino hasta ella y sin decir nada me siento a su lado y la abrazo comprendiendo que está vez es diferente, sus lágrimas ya no son de tristeza si no de coraje, de impotencia, se acurruca en mis brazos escondiendo su rostro en mi pecho, quiero decir algo pero en este momento no sé qué podría decir que la ayudara a sentirse mejor.

Su llanto es amargo, sus lágrimas humedeciendo mi chaqueta y sus manos tiemblan al contacto con las mías, los rayos de luz entran sigilosamente por los pliegues de las cortinas dejándome ver sus ojos inchados, su nariz roja y maquillaje totalmente corrido.

—. Ya no llores pequeña... —pido dejando un beso sobre su cabeza —tus ojos son demaciado bellos como para derramar lagrimas, tu rostro es demaciado perfecto para tornarse rosa por el llanto...

Serena levanta su cara y se acomoda a mi lado, sin comprender bien lo que ah pasado intuyo que no todo ah salido como ella esperaba pero... Espero paciente a que sea ella quien lo confiese.

—. ¿Porque nadie me ama? —pregunta sorpresivamente dejando caerse sobre mis hombros.

—. ¿Quien te dijo que nadie te ama? —pregunto girando mi cuerpo frente a ella subiendo su rostro con mis manos para verla a los ojos.

—. Dime quién... —pregunta acariciando mis nudillos.

—. Yo... Yo te amo... —murmuro apenas audible.

—. Ella me mira y sonríe, me abraza y deposita un beso en mi mejilla. —lo se... Sé que me amas y yo a ti Darién... Eres mi mejor amigo.

Sé que no ah comprendido lo que quiero decirle, ella cree que es un amor de amigos, la sola idea de poder perderla me obliga a callar, pienso que debo dejarla en paz, pienso que tal vez ella no sienta lo mismo que yo y eso... Eso me duele. Así que solo me quedo ahí... sentado a su lado sosteniendo en mis manos las suyas dejando pasar el tiempo, abrazándola a mi cuerpo, demostrándole que nada es tan malo si estamos juntos.

Las noches pasan, mis padres salen de casa y hoy me eh quedado solo, me acuesto temprano intentando conciliar el sueño, de pronto cuando estoy ya apunto de hacerlo escucho unos pasos trastabillando por los escalones, me pongo cuidadosamente de pie sin hacer ningún ruido, tomo el bate de béisbol cerca de mi cama y abro la puerta sigilosamente, noto que alguien entra en mi habitación y me quedo perplejo al darme cuenta que es ella... Está habría, de nuevo...

La miro buscarme y me acerco, me mira y sin más me besa, me besa tan apasionadamente, tan fuerte, tan bello, tan sexi que me deja sin aliento y no comprendo lo que sucede.

Se quita la blusa con dificultad, pero intento impedir que llegue hasta el final sosteniendo sus manos pidiéndole que pare, ella baja su mirada y de repente se suelta a llorar, me siento confundido pero la abrazo, ella rompe mi agarré de una forma tosca y eso me sorprende.

—. ¡Ni siquiera me miraste! —grita a mi cara.

—. ¿Porque dices eso? —pregunto tratando de acercarme a ella.

—. Porque quería que me vieras, que me quisieras... Sabes... por tu culpa no eh podido ser feliz...

—. Sin entender más pregunto. —¿Por mi culpa?

—. !Siiiiii¡ Porque te eh querido siempre y tú solo me ves como una amiga, porque te eh amado siempre y tú jamás te has fijado en mi... —suelta sin más en un mar de llanto.

Siento que mi corazón late tan apresurado, sin decir nada me acerco a ella, tomo su rostro entre mis manos y lloro... Lloro porque mi sueño es ella y se encuentra aquí de pie frente a mi... Podiendome que la ame, entonces la beso y la abrazo con fuerza...

—. Te eh amado desde siempre, te eh amado cada día de mi vida en silencio por temor a perderte, por temor a no tenerte, porque prefiero tenerte en mi vida cómo amiga a no tenerte como nada...

Ella me mira, llora en mi pecho y de repente como siempre... Cae en mis brazos como la bella durmiente... Sonrió divertido, la recuesto sobre mi cama y le pongo nuevamente su blusa, me recuesto a su lado abrazado a su cintura, sintiendo su corazón latir y su respiración relajada... Amándola como siempre, sabiendo que tal vez ella no se acuerde de esto por la mañana... Pero feliz por saber que ella también me ama... Me ama en silencio...

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora