Cap. 7 -. Estás aquí...

1K 112 7
                                    

—. ¿Y que esperabas? —se pregunto una Serena afligida callendo de nariz sobre su antigua cama, era obvio que después de tantos años al fin haya podido dejarla en el pasado ¿y que podía hacer? Nada... Solo resignarse y partir lejos de aquel lugar, bueno a su departamento pero al menos no tendría esa temible vista que realmente le aquejaba cada parte de su ser.

Después de chismorrear y esperar a que yo no pudiera verla salio de casa sigilosamente e intento subir a su auto pero para su mala suerte las malditas llaves no aparecían por ningún lado, sus manos sudaban y sus piernas parecían gelatinas temblorosas. por un momento quizo entrar de nuevo a casa pero no quizo parecer una loca ante sus padres, además Mina y su estúpido novio no tardaban en llegar así que deseaba salir de ahí lo antes posible.

—. Hola... —escucho una voz ronca que llamaba su atención, en el fondo ya sabía de quién se trataba y aunque mi voz era como bálsamo para su alma no podía ni siquiera mirar hacia atrás.

—. Se armo de valor y respiro profundo tratando de controlar sus emociones. —hola... —dijo con la mirada baja.

—. No sabía si venir a saludarte, pero... Somos amigos a pesar de todo así que... Bueno aqui me tienes. —dije sonriendo mientras la rodeaba con mis brazos y me hacía alucinar como hace años no lo hacía.

Cerré los ojos sintiendo como ella también me rodeo con sus brazos, aspire su dulce aroma dejandolo entrar hasta lo más profundo de mi ser, mis ojos estaban cerrados soñando, imaginando que alguna vez en el pasado llegué a tenerla así, me alegré al tenerla aquí conmigo pero me sentí miserable por todo lo que había pasado antes, quería alejarme de este sentimiento y cuando menos lo espere aquí estoy nuevamente parado frente a ella sosteniendo su cuerpo entre mis manos, abrí los ojos y me separé abruptamente de ella intentando aparentar tranquilidad pero por dentro podía sentir que mi corazón latía a mil por hora.

—. Hola Darién... Qué gusto verte de nuevo... —dijo apenas audible buscando algo en su bolso.

—. No esperaba verte aquí... Mi madre me dijo que ya no vives con tus padres. —comente para aliviar un poco la tensión entre los dos.

—. Emm... Si. Hace un tiempo me mudé, ahora vivo en el centro mientras estudio la universidad... —dijo sonriendo.

—. Eso también lo sé... Qué alegría me da escucharte decir eso... —murmuré casi en un suspiro.

—. Sabes todo... Parece que tú y tu madre hablan mucho de mi. —comento mientras me dedicaba una dulce sonrisa.

Me sentí intensamente nervioso así que para disimular inventé un par de cosas que estoy seguro no fueron de su agrado y que además se que le lastimaron.

—. Bueno... No solo de ti, pregunto por todos, no por ti en especial... Ella lo comento en una plática es todo... —me sentí miserable al tener que mentirle de esa forma y aún más al ver como su rostro se entristeció por mis palabras.

—. Oh. Ya veo. Bueno... Creo que debo irme Darién, es tarde y estoy cansada. Nos vemos luego. —dijo abriendo la puerta de su auto sin mirarme de nuevo.

No pude decir nada, creo que la heri demaciado así que solo guarde silencio y me aparte del camino. pero su auto no encendía, ella me miraba de reojo angustiada con ganas tal vez de salir corriendo de ahí, así que me acerque y me asome por la ventanilla.

—. ¿Qué sucede? —pregunte nervioso.

—. Nada, no te preocupes. Todo está bien. —dijo sin siquiera mirar en mi dirección.

—. ¿No enciende? —pregunte nuevamente.

Serena bajo del auto y subió la ventanilla poniendo el seguro no sin antes tomar sus cosas y sin decirme nada más camino a grandes zancadas hasta la orilla de la banqueta, me acerque nuevamente a ella muy a mi pesar, no podía alejarme y no lo entendía, quería irme y dejarla sola pero algo dentro de mi me lo impedía, quería protegerla, quería acompañarle aún si ella no me hablaba.

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora