Cap. 1 -. Tan solo unos niños

1.4K 134 11
                                    

Esta es una pequeña historia de tan solo 10 capítulos espero que les guste tanto como a mí me gustó escribirla para ustedes.

Ella vivía frente a mi casa, yo podía apreciarla desde mi ventana todo el tiempo, éramos los mejores amigos y siempre habíamos sido inseparables, desde que nacimos supongo fuimos ligados a estar juntos. La primera vez que sentí algo que parecían ser un montón de mariposas en mi estómago fue en mi cumpleaños número diez. mientras esperaba sentado al borde de los escalones a que ella apareciera note que mis manos sudorosas temblaban sin motivo, podía ver a los demás niños correr de un lado a otro pero yo solo quería que ella cruzará el umbral de la puerta.

La verdad es que Serena y yo siempre habíamos estado juntos, ella era mi mejor amiga en todo el mundo y no porque fuese niña quería decir que era débil... No, ella no... era una chica valiente, divertida y audaz, era unica... podíamos jugar baloncesto y siempre me ganaba a encestar, trepabamos los enormes árboles que colindaban con mi casa, constantemente organizaba pijamadas y el tiempo se nos iba viendo películas de terror que más que miedo solo nos causaban risa por los efectos tan tontos, ella era especial para mí y jamás había pensado en ella como nada más que mi compañera de aventuras, nos gustaban las mismas cosas, los emparedados de queso derretido, la soda de cola y la pizza sin piña, los días a su lado eran cálidos y divertidos, jamás me cansaba de las ocurrencias que por desgracia la mayoría de las veces terminaban metiendonos en problemas pero era más entretenido que quedarme en casa y estudiar.

Aquella tarde de abril escuché sonar el timbre de la puerta y rápidamente me puse de pie, mi madre se asomó y abrió, entonces la ví, como un ángel en rosa, una visión maravillosa y dulce con un vestido de arandelas que por la expresión en su rostro no era para nada de su agrado y es que ella siempre había preferido los pantalones y tenis pues así podíamos jugar y tenía la movilidad que ella deseaba pero hoy... Era diferente, supongo que su madre la habrá obligado a vestirse de esa manera pues constantemente arremetía contra su estilo tan descuidado según ella y eso siempre me había parecido muy mal porque Serena era así, una niña simple y divertida sin sentido de la moda y con gustos poco afeminados y para mí siempre se veía hermosa.

Ella se asomó detrás de su madre y de inmediato le sonreí como para indicarle que todo estaba bien, mi madre la hizo pasar y yo me acerque casi de inmediato para tomar su mano y obligarla a entrar de lleno, me abrazo tímidamente y me entrego una caja envuelta en papel de regalo, los niños de la fiesta seguian corriendo de un lado a otro sin importar los gritos que salían de sus bocas, dejamos el obsequio sobre la mesa de la estancia donde estaban los demás y la conduje hasta el roble detrás de mi casa donde nos sentamos sobre las raíces gruesas del mismo con un plato lleno de pastel y dos vasos de refresco de cola, ella seguía sin decir nada y eso no me gustaba, adoraba escucharle hablar, sonreír y brincar por todos lados.

Mi madre muchas veces me dijo que ella me gustaba y todas esas veces me molestaba, yo la quería como mi amiga, mi mejor amiga en realidad pero este día todo parecía diferente, podía verla a travez de un nuevo mundo, a travez de unos ojos que ya no podían ignorar el rugir acelerado de mi corazón cada vez que la tenía cerca, tal vez mamá tenía razón y ella en realidad me gustaba, pero... ¿Cómo decirle? No podría, que tal si la pierdo, ¿que tal si a ella lo le agradan mis sentimientos?, No... Es mejor callar.

-. Estás muy callada... ¿Qué tienes? -pregunte rompiendo el silencio entre los dos.

-. Me siento tan tonta con este vestido, parezco una niña... -resonga haciendo una mueca de desagrado con su boca.

-. Pero eres una niña... Y además... Te vez muy bonita -susurre bajando la mirada para que ella no pudiera notar mi semblante color carmesí descompuesto por mi confesión.

Serena solo sonríe, algo timida, algo alegre, algo convencida de que tal vez lo que eh dicho sea verdad, se acerca a mi y deja reposar su cabeza sobre mi hombro como lo ah hecho siempre mientras admiramos el atardecer que llega, la fiesta se ve divertida pero yo... Prefiero estar con ella.

Mis manos tiemblan al contacto con las suyas, realmente lo voy a hacer... Volteo la mirada y está misma se clava en la suya, el brillo de sus ojos tan singular capta mi atención, siento temblar mis labios pero ya no puedo controlarlo, su aroma es tan bello, tan dulce y entonces sin pensarlo un minuto más me armo de valor y pego mis labios a los suyos robándole lo que se... es su primer beso, el tiempo parece detenerse a nuestro alrededor y las chispas invaden mi cabeza, me separo y puedo ver que su rostro es un completo lío, se que está confundida y yo aún más pero aún así quiero contar las estrellas con ella a mi lado.

No es tan difícil saber cuando has entregado tu corazón, pues todo tu ser late por dentro, aprendes a sonreír, comienzas a ver el mundo de otra manera, saltas de felicidad con tan solo mencionar su nombre, ella era eso para mí, desde siempre fue lo más bello que alguna vez pude mirar y aunque hoy fue como un sueño lo que viví quiero que se quede aquí para siempre.

-. Acabo de darte tu primer beso... -dije sonriendo.

-. Me robaste mi primer beso, pero te perdono porque eres mi mejor amigo... -dijo dando un pequeño golpesito en mi brazo.

-. Hace muchos años te lo advertí... Te dije que yo te daría tu primer beso... -dije sonriendo.

Aquel día jugamos olvidando todo lo que había sucedido pero cada vez que la miraba podía recordar aquel sentimiento que sentí al tocar sus labios por primera vez.

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora