Le encantaba el espacio. Era enorme, vacío y a la vez lleno. Negro y colorido, blanco y morado. Cada estrella contaba una historia y le recordaba a Natasha que era una sola mota de polvo en la alfombra más grande jamás existida.
Natasha entró de forma sorpresiva al salón principal de los Vengadores, abrazando a un Thor que la tiró al suelo.
-¡Hey!- exclamó, todos los Vengadores restantes la miraron asombrados. Banner (Hulk) se cayó de rodillas, su mano chamuscada en un cabestrillo.
Thor se levantó, agarrándola del cuello y estampándola contra una pared cercana. La espalda de Natasha crujió de forma desagradable.
-¡Impostora!- gritó, Natasha cogió la muñeca de Thor, apretándola con sus dedos corazón e índice. Un simple apretón.
Y el dios del Trueno salió volando, las manos de Natasha relucieron con marcas de relámpagos naranjas.
Todos se levantaron, apuntándole con todas las armas que tuvieran a mano. Clint, sin embargo, no se había movido. Se levantó, caminando tranquilo hacia ella.
Natasha miró a Clint, con los ojos llenos de lágrimas. Estaba bien, estaba vivo. Se abalanzó hacia él y le besó la mejilla, con las lágrimas cayendo de sus ojos. Clint esperó unos segundos y la abrazó de vuelta, temblando en los brazos de Natasha.
-Pienso que sí que es ella, rubiales- dijo Sam, con una sonrisa y uniéndose al abrazo. Natasha se sentía querida como nunca se sintió en mucho tiempo. Abrazando a su familia.
Sin embargo, faltaban dos miembros principales de su pequeña familia.
-¿Dónde están Steve y Tony?- preguntó, Sam miró a Bucky, mordiéndose el labio inferior.
-Tony murió- dijo una voz femenina y Natasha se giró a mirar a Pepper que llevaba su típico traje de ejecutiva. Un maletín en su mano y la otra mano, una niña pequeña.
El vacío del pecho de Natasha aumentó. Mucho más grande que el propio universo. Wanda le apoyó una mano en su hombro. Natasha se giró ante el toque y vio los ojos de Wanda, rojo brillantes.
-Eres realmente poderosa ahora, Nat- esas palabras no la consolaron. Entonces su mano viajó a la mejilla de la rusa y la acarició suavemente.- Él está bien.
La pelirroja con puntas rubias se acercó a la peli naranja de nombre de especia. Se agachó a la mirada de la niña y le dio una suave sonrisa, leve, sentía como si un vacío se llenara poco a poco.
-Se merece el descanso- subió los ojos hasta la presidenta de empresas Stark. Las lágrimas se agolparon en sus ojos y asintió.- Puede descansar ahora.