O6. No.

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Pepper apareció en la estancia, sus ojos zafiro aguados por unas cuantas lágrimas. Wanda se giró a ella, Natasha ya sabía que ella aparecería. Desde que Steve había vuelto a ser el de 2012, las noticias de que Natasha podía curar sólo se habían multiplicado.

Natasha parpadeó varias veces. Sentía como si esto fuera un déjà vu. Como si su mente supiera lo que pasaría, como si planeara todo queriendo controlarlo y...

Arrasar.

-Natasha, ¿puedo hablar contigo un momento?- Natasha asintió, levantándose del sofá en el que Steve la abrazaba, sintiéndose vacía y fría una vez más.

Caminaron en silencio, los tacones de la de pelo naranja resonaron en el suelo de baldosas grises. Natasha simplemente respiró, concentrándose en la mente de Pepper. Sus manos se movieron solas y entró en ella con facilidad.

"tonytonytonytonyTONYtonytonytonytony"

-Pepper. Tengo que pararte aquí- la agarró del brazo, mirando sus ojos azules de forma fija.- No puedo traer a Tony de vuelta- la empresaria abrió la boca, cogiendo mucho aire, y luego volviéndola a cerrar.

Nada le había costado tanto a la espía antes. Tony había sido su mejor amigo muchísimo antes que Steve, después de Clint. La había acogido con cariño, bromas y sin rencor. Incluso se habían acostado juntos unas cuantas veces. Los dos se sorprendían de la influencia que tenía el uno sobre el otro y Natasha le informó sobre todo lo que tenía que saber sobre la Habitación Roja para derrotar al soldado de invierno y a HYDRA. Siempre que había problema de morir en una misión, ambos buscaban al otro con la mirada y cuando la encontraban se sentían terriblemente aliviados.

-P-Pero... rejuveneciste a Steve. L-Le diste una segunda oportunidad- Natasha se enfrentó contra la mujer, acariciando su mejilla de forma suave.- ¿Por qué?

-Ni siquiera sé como lo hice. La gema del Alma necesita sacrificios. Dándole la juventud a Steve renuncié a la mía propia- cogió la mano de la presidenta de Stark Industries y se la apoyó en el pechó. Ella abrió los ojos aterrorizada.

-Tu corazón no late- le dio una sonrisa lastimera, dolida, rota.- Oh, Natasha ¿estás bien?

-No lo sé. Son demasiadas cosas- suspiró. Últimamente parecía una tetera de té, suspirando todo el rato. Abrió los ojos y miró a la empresaria que por primera vez se dio cuenta que tenían un suave color naranja. Sin embargo, cuando parpadeó, ese color naranja desapareció como un puño cuando abres la mano.- ¿Por qué yo y no Gamora? ¿Por qué ahora y no en la batalla?- un ligero carraspeo se oyó detrás de ellas.

Se giraron. Un bellísimo Stephen Strange les dio una sonrisa increíble. A Natasha le recorrió otro escalofrío y supo porqué. La piedra verde en el pecho del hombre refulgía como si tuviera vida.

-Creo que yo puedo contestarte a eso.

Soulless.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora