-¿En serio?- le preguntó Richie viendola a sus hermosos ojos dulces cuando le grito eso, a lo que la chica sólo asintió.
-¿No lo dices sólo para que no lo mate o si?- dijo pensando que le engañaba, -Este bosque se está incendiando... podemos discutirlo estando a salvo, pero por favor... ¡Sacanos de aquí a todos!
Su pierna había sido fracturada por Alex momentos atrás, así que no pudo ser tan rápido, sacó primeramente a Marina, luego volvió por Angie y por último... Alex. "¡¿QUÉ HACES?! SE SUPONE QUE DEBES MATARLO" escucho Richie en su cabeza, cargó al lobo y salió de aquel bosque ignorando las instruccines de Astaroth.
"ESTO ES INAUDITO, ¡¡ME TRAICIONAS!! ESTO TE COSTARÁ MUY CARO" fue lo último que Astaroth le dijo antes de salir de su cabeza, y todo ese odio que estaba reteniendo para salvar a sus amigos... desapareció de igual manera, Richie volvió a ser el de antes, y Marina lo notó, parecía que todo había vuelto a la normalidad, pero justo después de un suspiro de alivio las heridas de Alex brillaron en un intenso color rojo, y Alex despertó con un quejido de dolor, en una posición fetal haciendo presión sobre sus heridas.
Rápidamente Richie y Marina llevaron al lobo y a Angie a casa de Marina para atenderlos, mientras Richie limpiaba un pequeño golpe que Angie se había dado Marina colocaba alcohol en las heridas de Alex, al contacto con el alcohol Alex libero un quejido, aún convertido en bestia y sin poder hablar.
-Ay que nena- le dijo Marina y continuó limpiando las heridas, -¿Estas bien? En serio lamento lo sucedido, se los compensaré- le decía Richie a Angie, -Ja... me alegra que hayas vuelto- le decía Angie con una voz apenas audible mientras sostenía una bolsa de hielo en su frente y Richie atendía un golpe de su abdomen.
Luego de que la sala se llenó de un ambiente tranquilo Sabacio aparecío, parecía triste, y su bastón lo sostenía en la mano como una espada o un bastón -Lo siento, Astaroth se volvió más fuerte que antes, es la primera vez que sucede esto...- Alex miraba confundido a Sabacio, sin notar que aún era un lobo, -Tenía que suceder aún así, de otra forma Richie seguiría bajo las órdenes de ese demonio- Richie se sentía muy apenado por lo que hizo, y sólo bajo la mirada.
-Alex... Astaroth puso una maldición sobre ti... lo siento pero no podrás volver a tu forma humana por tu voluntad... tendrás que permanecer así hasta que emcuentre la forma- Alex entonces se dio cuenta que aún no era humano, y que si lo intentaba sólo sentía dolor en sus heridas, bajó sus orejas muy triste, pensando que se quedaría así para siempre.
-Me encargaré de que todo sea lo más normal posible pronto, lo prometo- le dijo Sabacio antes de desaparecer.
-No te preocupes Alex... les diremos a Laura y Alan de lo ocurrido para que nos apoyen- le dijo Richie. -Si quieres puedes quedarte conmigo- le dijo Angie con la idea de que podrían divertirse de forma normal, pero Alex sólo ocultó su cara en sus brazos, aún así la idea de sus amigos se puso manos a la obra.
Luego de que Richie se vendó la pierna corrió a casa de Alex a darle el aviso a Laura, mientras Angie llevó a Alex discretamente por las calles oscuras hasta su casa, entraron a su habitación y Alex se acostó en el suelo y se dispuso a dormir, Angie veía al lobo dormir de una forma muy triste y se acostó en su cama igual.
Mientras tanto Richie volvió a casa de Marina quien sólo estaba sentada en su sillón y al ver a Richie se levantó, -¿No tienes algo que explicarme?- preguntó Richie nervioso, a lo que Marina respondió tomandolo de la mano y besando su mejilla.
-No supe cuándo me lo dirías, y se lo conté a Alex, así como tú a Angie- le dijo juntando su otra mano tambien, -¿Lo sabías?- dijo Richie sonrojándose, a lo que Marina asintió.
-Mira, no esperaba que fueras capaz de eso que ocurrió hace un minuto- Richie lagrimeó en ese momento, abrazó a Marina frotando su cara en su hombro, -Lo siento, ¡Lo siento mucho!- comenzó a sollozar, Marina solo lo abrazó, -no fue tu culpa, debí decirtelo- dijo Marina poniendo más fuerza en aquel abrazo.
Al momento de despedirse Richie ni siquiera uso sus poderes, sino que camino por la calle con la luz de los postes iluminando su camino, que no era necesario pero le daba una sensación... vivaz.
Cuando se sintió seguron de que todo estaría bien su corazón comenzó a latir con fuerza, cada sensación y cada recuerdo de Marina que paso por su cabeza le hizo olvidar lo sucedido ese día, tenía ganas de gritar cuánto amaba a aquella persona.
Esa noche, mientras Alex dormía tuvo una pesadilla que le hizo rasguñar el suelo de la habitación de su amiga, despertándola vio a aquel lobo rasguñando el piso, volviendo a su cambio de color oscuro, gruñendo bestialmente, quería acercarse a él y calmarlo pero temía por su vida, ¿Qué estaba soñando ese lobo que lo estaba volviendo loco?
Mientras tanto Sabacio buscaba dónde conseguir material para que Alex pudiese continuar con su vida ordinaria, caminó por una cueva oscura y recogió una piedra roja -Esto servirá- se dijo a sí mismo cuando una sombra pasó detrás suya... -Astaroth...¿Qué le hiciste a mi guardián?- dijo Sabació girando y apuntándole al demonio con su bastón, -No era mi intención lastimarlo... bueno en parte... pero principalmente a ese traidor- le dijo Astaroth con furia.
-Sabes que tenía que suceder... yo tengo la capacidad de un profeta, cosa que tú no puedes- le dijo Sabacio sonriendo con malicia, -Esto terminará mal para ti, de una u otra forma- dijo antes de desaparecer.
-Tenía que suceder si querían recuperar a su amigo... vamos bien, es un buen progreso- se dijo Sabació suspirando, algo desesperado porque terminase de una vez por todas con Astaroth.
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Viviendo como una bestia
WerewolfCuando te sientes destrozado por dentro, y ni siquiera tu propia familia te apoyó... ¿deseaste desaparecer? ¿o que pasara algo que cambiara tu vida? Eso sucedió con Alex, un estudiante que hizo un pacto que lo marco para siempre... ¿De qué hablo? si...