El nuevo enemigo y la nueva amiga.

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Para cuando Marina y Angie habían llegado aquel sujeto estaba luchando contra el hombre lobo mientras Richie trataba de recuperar el aliento, inmediatamente Angie se dispuso a usar su poder para luchar cuando vio a Marina, -¿Qué estas esperando? debemos ayudarles- Marina no tuvo de donde excusarse, -perdí mi espada, aún no la encuentro- dijo.

Mientras tanto el extraño enemigo jugando sucio golpeó en el abdomen a Alex y luego lo lanzó por los aires con la espada, Alex se levantó de inmediato pero le costó trabajo respirar, ese tipo tenía mucha fuerza, pero no sabía de dónde surgía.

Marina observó detenidamente al sujeto, -E-Esa es...- notó su espada empuñada por el enemigo, -Astaroth deió enviarlo, debemos descubrir quién es y quitarle esa espada- dijo Richie apartandose de la pelea momentáneamente, limpiándose algo de sangre que emanaba de su boca, -ese sujeto pelea duro...- dijo en un tono burlón, y luego volvió a pelear.

-Ya mostramos nuestro poder... es hora de irnos- dijo Astaroth en la cabeza del paladín negro, haciendo que este se detuviera, alzara la capa que llevaba y desapareciera por arte de magia, -Alex, rastréalo- ordenó Marina, pero Alex por más que intentó no encontró algun rastro del extraño, pero claramente estaba preocupado, algo había sucedido que lo había abrumado.

-Se fue... demonios, claramente venía por nosotros- dijo Angie, -pero... entonces... ¿volverá?- preguntó Richie casi de inmediato, -Es muy probable... mientras tanto preocupémonos de otra cosa- continuó, -¿Qué cosa?- entonces Marina se puso frente a ambos y los regañó: -¡¿Cómo le van a explicar a Sayonara acerca de su secreto?!-.

Minutos después...

Sayo se encontraba con Ales, Richie, Angie y Marina en la habitación de Alex, -Una limpiada de vez en cuando- comentó Sayo viendo la cama desarreglada y unos rasguños en la pared, -créeme, sólo uso el lugar para dormir y cuando necesito estar solo- dijo Alex cruzándo los brazos, -Ahora, te vamos a confesar algo...-

Los cuatro le contaron a Sayonara lo que había ocurrido con ellos en la segunda mitad del año y lo que se acercaba, -créeme, será mejor que te mantengas lejos...- le dijo Angie, a lo que Sayo se rehusó, -Ya entré en esto y los voy a ayudar- los cuatro miraron a su amiga por unos segundos, se miraron a sí mismos y asintiéndose unos a otros miraron a Sayo: -No- fue su respuesta.

Sayo entonces decidida dijo: -bueno, sería una lástima delatarlos en la escuela- entones se dirigió a la entrada, -No te atreverías- dijo Marina, Sayo simplemente se dirigió a la puerta y antes de irse dejó salir la palabra "pruebame" de sus labios y se fue, dejando desconcertados a los cuatro presentes.

-Bien de momento olvidemos eso, debemos estar más preocupados por el sujeto oscuro de allá afuera- dijo Angie.

-Tienes razón, tal vez sea tiempo de confesarles a nuestros padres qué y quiénes somos, al menos de los que no tienen ni idea- respondió Alex.

-Si... aunque no se cómo se lo tome mi madre- Marina se rascó la cabeza diciendo eso, ya que su madre no tardaba en llegar a casa y debía volver.

-Tendrás que decirle, cuentale esta noche para que podamos llegar sin nervios a que nos descubran el día siguiente- le pidió Richie, esperando lo mejor.

-Bueno, entonces las veremos después, Angie, Marina- dijo Alex despidiendose, las féminas se despidieron como siempre ybse fueron, pero apenas dejaron la puerta un extraño aroma se apoderó del olfato del hombre lobo.

-Bien, entonces llevarás a tu madre a caminar y le contarás todo, desde lo que hemos hecho hasta el viaje en el tiempo y los acontesimientos de ayer...- le comentaba Angie a Marina mientras caminaban.

-No lo sé, mi mamá lo podría tomar de diversas formas, además no tengo mi espada como para probar que no miento...-

-Tú solo haslo como te dije, estoy segura de que algo sucedera que te respalde y que no te haga parecer como loca, nos vemos-

Dicho esto Angie cambió de dirección en la esquina de una calle para dirigirse a casa mientras Marina se dirigía a la suya.

Para cuando llegó apenas se sentó en el sillón cuando su mamá llegó, -Hola hija, rápido ayudame a hacer la comida- ordenó aquella mujer apresurada, pero Marina la detuvo, -Mamá, espera... debemos hablar de algo serio, ¿Podríamos salir a caminar?- su madre se vio extrañada pero accedió imaginandobque seria algun problema personal. Sin más salieron a caminar y Marina con algo de dificultad le confesó todo, su madre veía curiosa el hecho de venir de sangre noble y mágica, pero al no haber sabido nada en toda su vida hasta el momento le costó trabajo creerle a su hija.

-...y ayer un sujeto nos atacó, le confesamos a Sayo más o menos, los padrastros de Alex lo saben y ahora tu, sólo faltan los padres de Angie y Richie- terminó Marina.

-Me es difícil creerte hija, si es así ¿Dónde está tu espada?- cuestionó.

-Te dije que la perdí, no la he visto en ya buen rato, sabía que no me creerías pero ya estas advertida- dijo Marina seria.

Antes de que pudiera responder algo más su madre pasaron por unos arbustos del parque, los cuales se movieron captando su atención, miraron fijamente y con extremo cuidado, de estas plantas surgio una sombra grande que causó temor en ambas mujeres, pero en eso la madre de Marina le dió un puñetazo en la cara a aquella sombra.

-¡Auch!- chilló Alex transformado en bestia sobándose la quijada, al momento que la mamá de Marina vio a Alex ante la luz casi grita si no fue porque su hija le cubrió la boca.

-¡¿Qué hacen aquí?!- preguntó con algo de histeria, al momento llegó Richie con supervelocidad y al ver a Marina dijo:

-Alex percibió el aroma del paladín negro y salimos a rastrearlo

Marina suspiró con frustración y en una seña de que hablaría con ellos más tarde miró a su mamá, -¿Ahora me crees?-preguntó arqueando una ceja.

Viviendo como una bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora