Capítulo 4:

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Ocho meses antes:

De: _____.

Para: Niall.

Asunto: …

¿Qué tal si hacemos algo?

De: Niall.

Para: ____.

Asunto: …

Estoy ocupado, suerte en los exámenes.

Capítulo 4:

Finnicky se fue cuando terminamos la tarea, dejó la carpeta conmigo y yo la guarde en mi mochila para mañana entregársela al profesor McPhee.

Chase entró por la puerta con algunas compras.

Joder.

—Vamos a comer y ver películas—me avisó.

Lo mire, dura y fría.

—Tengo que hacer mejores cosas—espeté.

Me devolvió la mirada.

—Lo lamento, ¿sí? Lamento haberte golpeado pero míralo como cuando nos arañábamos de pequeños…—.

Lo interrumpí.

—¡El pasado no me importa! ¡No me gusta! —.

Se acercó y me abrazó.

—Yo lo sé, yo lo sé—susurro.

Lloré.

—Ya te perdoné una vez—chillé.

Recordarlo me dañaba. Demasiado.

—Veamos películas y olvidemos de eso—propuso.

Asentí y nos sentamos en el sofá.

“El retrato de Dorian Gray”

La quise ver porque de ese libro se hicimos la tarea Finnicky y yo.

Aunque básicamente buscamos el resumen en internet y lo pegamos en Word. Fácil.

Pienso, de hecho, siempre he pensado que lo fácil es mejor.

Chase puso con el control “play” y bebimos de las latas de Coca-colas de cada uno.

Me fije en el reloj de arriba del televisor: 2:16.

Chasquee mis dedos, nerviosa, moví mis piernas, nerviosa, arregle mi cabello, nerviosa. Carajo estaba nerviosa.

—Oye…—tartamudee.

Pauso el televisor y me miro.

—¿Hum? —murmuro.

—Me tengo que ir—avisé levantándome.

—¿Qué? No se ha acabado—dijo, decepcionado.

Lo mire, sintiéndome un poco culpable.

—Espera—dije.

Corrí hacia el teléfono y busqué en la agenda el número de Nina.

La llamé.

—¿Sí? Señora Fischer—descolgó.

Su voz sonaba tranquila y tuve la cierta certeza de qué estaba aburrida.

—Soy yo—le avisé.

Bufó.

—Ugh, tú—.

Nuestra relación no era tan buena.

—Sí, ugh yo—espeté y añadí—, oye si quieres a tu idiota de novio ven a mí casa, ¿sí?

Y sin más colgué.

—Me voy—grité corriendo hacia las escaleras.

No me duche ya qué me había duchado hace media hora y bueno, eran ya las tres e iba a llegar tarde.

Me cambié con una camiseta vieja y unos jeans desgastado con unos Converses.

Arregle mi cabello castaño claro y baje corriendo las escaleras. Casi me caigo.

El timbre sonó.

Abrí la puerta y Nina estaba parada con su bolso en mano.

—Está en el sofá—le avisé.

Me dirigí hacia mi auto chatarra y miré el rayón.

Hice una escena, chillé, bufé más animal que humano y gruñí.

Me trepe con los dientes apretados y conduje hasta la cafetería. Llegué después de unos minutos.

Me baje y habían chicos del equipo de fútbol y animadoras coqueteándoles.

—Hey, _____—saludó un camarero que extrañamente conocía mi nombre.

Vi que en su camiseta del trabajo llevaba una pequeña placa con el nombre “Jeff”

—Hey… Jeff—dije con el ceño fruncido.

Camine hasta encontrar a Niall en una de las mesas mirando hacia la ventana. Me emocione y luego puse mi cara más seria posible. Rodé en el asiento.

—¿Qué quieres? —le espeté.

Me miro y sonrío.

—De qué hiciste cuando nos separamos—dijo.

Una camarera con la misma placa que Jeff pero con su nombre “Kelly” nos atendió.

—Un cappuccino—pedí.

Ella anoto y miro a Niall.

—Uno también—pidió él.

Ella se retiró mientras anotaba algo más en su pequeña y roja libreta.

—Y qué decías…—lo animé a seguir.

Me miro de nuevo, pienso que fue una mirada coqueta y demasiados flashbacks por mi cabeza los cuales hicieron que quisiera llorar pero mi rostro siguió siendo duro y frío, como siempre.

Abrió la boca pero Kelly vino con nuestro pedidos y los deposito en la mesa.

—Aquí está—dijo acomodando cada cappuccino al frente de nosotros.

Estos tenían una cinta con el nombre de la cafetería ahí. Me fije que había una nota en la caja.

“Se necesita ayudante”

—Tendré que trabajar aquí—murmuré para mí misma pero Niall escuchó.

—¿Qué? —dijo, confundido.

—Nada—.

Di un sorbo.

—Sigue—lo incité de nuevo.

Aclaró su garganta.

—¿Qué hiciste cuando nos separamos? —dijo, otra vez.

Reí por lo bajo y tomé nuevo sorbo de mi cappuccino, quemándome la garganta.

—Experimentar—balbucee.

Me miro completamente confundido.

—¿Qué? No balbucees—pidió.

Lo miré divertida.

—Experimentar—repetí asegurándome a mí misma que eso hice—Experimentar sin ti.

Best friends <3 <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora