Habíamos salido a cenar porque Melody había sido aceptada en Oxford y se iba a mudar, Thomas se iba a cambiar de Universidad a Harvard con una beca, Darwin en la Universidad de Miami y yo… Miro el sobre de aceptación en Manchester. Había cambiado a Stanford, lo había dejado, iba a Manchester esperando recuperar algo de lo perdido. Perdonaría a Niall y volveríamos a juntarnos todos después de una reconciliación amistosa con Finnicky. Mamá se había puesto como loca, me había gritado y papá tuvo que tranquilizarla pero entiendo, los padres quieren lo mejor para sus hijos.
Travis había salido a una fiesta con Agus.
Melody estaba alistando sus maletas.
Darwin deprimido por tener que terminar con una chica a la cual quería sólo por ir a la Universidad de sus sueños.
Tenía que ser yo la deprimida y lo estaba un poco, y con un nudo en la garganta que me era imposible tragar.
Cassie ya no era más novia de Darwin, lloro, pataleo y al final se quedó dormido.
Iba a perdonar a Niall y volveríamos a estar juntos pero lo haré mañana, en la fiesta de una chica llamada Alexis Paige, me enteré de que iba así que voy yo también para hablar.
Manejo el auto de Travis que pedí prestado de él o bueno, eso creo.
Tarareo la música de la radio y no prendo el aire, sólo bajo el vidrio de las ventanas para que entre, el viento enreda mi cabello castaño.
Estoy nerviosa, ha pasado una semana más, claro está y Niall ya ha dejado de llamarme y enviarme mensajes. ¡Ya es un mes de nuestra ruptura!
Felicidades, _____. Me digo.
Giro los ojos, pero lo perdonaré mañana, mañana será especial. Me golpeo, sí. Pero todos merecen una segunda oportunidad además de que yo fui quien ocasiono la ira dentro de él. No había llamado a Chase para decirle, pero luego lo haría.
¡Le diría incluso cómo está su ex novia! Pienso. No, no debería.
¿Era Nina o Tina? Ya ni recuerdo.
Espero que sea Nina porque me gusta más.
Sin darme cuenta ya estaba fuera de la ciudad, los árboles estaban por montones, era verde oscuro porque es de noche. Siento como alguien choca su auto por detrás. ¡Mierda! Frunzo el ceño para luego lentamente mirar hacia atrás. Un auto negro pegado al mío. ¿Pero qué le pasa? ¿Está borracho?
—¡Hey! ¡Espacio, imbécil! —le grito.
Pero eso lo hace pegarse más haciéndome sobresaltar. Miro por el retrovisor pero no veo nada por la oscuridad. Mierda, me quiere robar o algo peor.
Travis me matará. Espero que no haya sacado la placa.
—¡¿Estás idiota?! ¡Mantén espacio! —le grito.
Sigue pegado a mí, no se ha movido ni un poco. Estoy nerviosa y siento que puedo chocarme con algún árbol además de que no hay nadie más por aquí como para pedir ayuda.
Siento como me choca la parte de atrás. Realmente Travis me matará.
—¡Eh! ¡Mantén espacio! —grito.
Por favor. Por favor. Por favor.
Pito fuerte para que se dé cuenta. Tal vez está muy borracho. Aprieto el volante con mis dedos, tal vez aquí el auto se vuelca y muero.
Sin pensarlo llegó a un pequeño pueblo en el que está oscuro, no hay nadie por las calles. ¿Cómo se me ocurrió salir a las doce? Quiero gritar un montón de obscenidades pero me contengo.
Miro por el retrovisor. Sigue pegado.
Pito nuevamente pero no hace nada para alejarse. Me choca más fuerte.
Tocó lentamente mi cuello que se golpeó fuerte para luego sentir la sangre en mi boca. ¡Maldita sea!
—¡Chico, en serio! ¡Mantén la distancia! —le grito.
Llego a un callejón con aquel auto negro detrás de mí y sólo pienso en que Travis me matará cuando vea la parte trasera del auto.
“Sí es que salgo con vida” dice mi mente.
Me estremezco cuando llegamos al final del callejón. Sólo hay una pared de ladrillos al frente. No hay salida, da su último y muy fuerte choque por la parte trasera que me hace golpear mi rostro con el volante.
Esto no puede estar pasando, me digo.
Tanteo buscando mi celular, él o ella sigue en el auto esperando el mejor momento para salir.
Llamó a Travis: no contesta, llamó a Melody: tampoco. Llamo a casi todos pero nadie contesta. Niall.
Su número sale ahí. Estoy a punto de aplastar para llamar pero la cara de Thomas me sale en toda la pantalla.
—Gracias a dios—murmuro.
Le echo una rápida mirada al auto pero nadie se ha movido. ¿Y este qué? ¿Se murió?
“Me haría un gran favor”
—¿____? No hay nadie en casa así que salí a buscarte porque es tarde, nadie me contesta excepto tú así que gracias por no ignorarme. Supongo que mis hermanos están en una fiesta. ¿Dijiste que salías, cierto? Estoy ya saliendo de la ciudad. ¿Dónde estás?
—¡Thomas! —casi grito—. Ayúdame por favor, tengo a alguien pegado a atrás, no sé quién es, creo que está borracho.
—¿Dónde estás? —.
—No lo sé, es un pueblo pequeño fuera de la ciudad—contesto.
—Sé exactamente donde estás—dice antes de colgar.
Después de varios minutos, veo como un chico o señor vestido de negro, capuchas y sacos, sale del auto negro.
¿Por qué no te moriste?
Avanza lentamente mientras mi corazón está cada vez más helado.
No.
Pongo el seguro a todas las puertas y subo las ventanillas.
Veo su sonrisa mientras él va sacando un martillo de su saco negro.
Dios, no.
Me pasó a los asientos de atrás y ya estoy por llorar.
Revienta todos los vidrios, mi rostro se rasguña y sobre todo mis manos. Abre la puerta.
Sangre.
De repente un sollozo fuerte sale de mi boca.
Escucho su risa, parece lejana pero está cerca.
Me hala del cabello. Gimo.
El sonido de las patrullas se escucha cerca. Suspiro llorando.
—¿Así que quieres jugar, niñita? —su voz suena rasposa.
Siento un golpe en la mejilla que me hace recordar a Niall pero este es mucho más fuerte.
—Llamaste a la policía, mocosa—me regaña—, no tendrías que haber hecho eso.
Lloro.
Siento otro golpe en la mejilla derecha y lloro más por el dolor, mi cabello no me deja ver su rostro completo.
—Hermosa hasta llorando—susurra con voz melancólica para luego volver a estallar su palma en mi mejilla.
Los policías lo agarran por detrás y yo salgo con todas mis fuerzas del auto para ver a Thomas parado, acomoda sus lentes y pasa sus manos por su cabello casi rubio, corro a abrazarlo.
—¿Estás bien? —pregunta.
Me aprieto más a él.
—Sí—sollozo.
“Mentira”