Travis me invito a jugar con él a su habitación, me pareció extraño. ¿Jugar? ¿Por qué? Yo no juego sus cosas, tal vez si lo pruebo y me gusta, me volvería adicta, como ellos.
Toque la puerta.
—Pasa—se escuchó su voz.
Entre y cerré la puerta sin hacer ruido, alce mis brazos y los baje rápido.
—Entonces…—dije para que él prosiga.
Pero él estaba con su celular andando, vestido con un bóxer y una camisa holgada.
—Oh—dijo al darse cuenta que estaba allí pero antes de que él hable la voz de mamá se escuchó por toda la casa.
—Ya, tienen que ir a sus respectivas preparatorias, Universidades, lo que sea—.
Eran las 6:00 de la mañana.
—Bien, nos vamos juntos al colegio—dijo y añadió: —Para hablar y no nos vamos en tu chatarra, nos vamos en mi Porsche.
Bufé y asentí con la cabeza.
Me duche en mi habitación y me cambie con un buzo holgado gris, unos jeans negros y unos converse.
Arreglé un poco mis cosas porque todavía quedaba tiempo, me sobresalte cuando tocaron mi puerta.
—¿Hum? —pregunté.
Travis carraspeo.
—Vamos—ordenó.
Abrí la puerta y salí perseguida por él.
>>Mamá iba a llevar a Sarah y Nora a su escuela, luego dejaría a Harvey en kínder y papá llevaría a Thomas y Melody a su Universidad, Chase se iba en su Mustang a su Universidad también hasta que acabé el semestre para que vuelve a Stanford, ¿Y Darwin?
—¡Darwin! —gritó Travis y así supe que él iba con nosotros.
—Voy a hacer una fiesta, este viernes, o sea pasado mañana, Shannon y Gabe—mis padres—, se irán mañana, los escuché hablar hoy en su habitación, tú madre habla mientras gimen, mis novias jamás pudieron hacer eso.
Le pegué con mi mano.
—Eres un idiota—gruñí.
Río, iba a hablar pero Darwin se le adelanto.
—No hagas más fiestas—pidió—tus amigas son, ugh las odio, siempre son superficiales, te acuertas cuando una intento violarme en nuestra antigua casa, cierto?
Se quejó todo el camino.
—Darwin, pienso que deberías disfrutar—le dijo Travis.
Él gruño.
—No, me quedaré en mi cuarto—dijo.
Travis río.
<<Lo siento>> le dije moviendo los labios a Darwin.
Él solo asintió.
—La haremos pero sólo si no hay demasiadas personas—lo regañe.
—De eso no te preocupes—negó con la cabeza.
Todos nos vieron bajar del porsche de Travis, nadie los conocía ya que eran nuevos, Travis le sonreía a todas las chicas que se le acercaban y Darwin las espantaba porque según él eran unas idiotas que sólo te querían por el dinero.
A mí, bah, a mí sólo unos chicos pero los ignore, sólo por un porsche, un auto, se te acercaban todos.
Los tres caminamos hacia la dirección de la preparatoria.