Capítulo 5

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El primero en entrar al cuarto he sido yo, Wolfram está tardando demasiado. Sentado en la cama con mi pijama azul puesta balanceo los pies distraídamente, el frío del aire provocado por el movimiento me hace cosquillas en la piel desnuda, ¿Por qué será que no puedo dormir con calcetines?

Un suave click me hace voltear inmediatamente a la puerta, por fin mi compañero de alcoba ha entrado. Sin decir una palabra cierra la puerta tras de sí con extremada cautela. Mantiene la mirada baja, las hebras doradas le cubren los ojos por lo que no puedo ver qué clase de expresión tiene.

Intrigado observo su andar por la habitación. Llega hasta el único buró del cuarto y deposita algo sobre él, segundos después me doy cuenta que se trata de un sobre. El inquietante palpitar de mi corazón aparece escandaloso, lo ha alterado el hecho de ver que aquel envoltorio está abierto por lo que su contenido ha sido revelado. Lo más seguro es que debe tratarse de otra carta enviada por von Radford.

— ¿Recuerdas — dice de pronto provocándome un sobresalto involuntario— que mencioné que debíamos hablar de algo? — pregunta despacio. Ya que no me está mirando no puedo asentir, así que respondo con un leve trastabillo en el tono

— s...sí— Con suma delicadeza acaricia el borde del sobre. Dejando escapar un suspiro aparta su mano de él y por fin sus orbes son sólo para mí. 

—se trata de Lord Radford— sin éxito trata de ocultar la inseguridad que se cuela entre sus palabras. Se encuentra tan indeciso que en este momento el carácter Bielefeld es una burla para el tema— él… Lord Radford estará en el castillo dentro de tres días

— ya veo, que raro, Gunter no me ha dicho nada— pronto sus ansias me contagian. Sé lo que va a decir, estoy consciente del rumbo que va a tomar esta conversación, pero no tengo nada planeado para responder, sino lo supiera quizá podría improvisar, pero no puede ser porque estoy enterado de todo, porque hoy más que nunca se me ha presentado como un hecho que alguien pretende al ex príncipe.

— le pedí que no lo hiciera— aclara

— entiendo— respondo con tal seriedad que se crea un incómodo silencio a nuestro alrededor.

— Yuuri, cuando era muy pequeño estuve frecuentado a Lord Radford— bajo la mirada, estoy dispuesto a escucharlo, pero no de frente, simplemente no podría— él se encontraba gravemente enfermo de niño, al parecer tratar conmigo le hacía sentir bien

— ¿ah sí? — pregunto con un tono que intenta demostrar diversión— no por nada te apodan el ángel del amor— no sé ni cómo es que hago para reír, cuando en realidad por dentro tengo una tormenta.

— después de un tiempo decidió retomar su tratamiento— a pesar de mi pequeña broma, su tono serio no cambia— pero antes de partir me hizo una proposición— al saber que no está hablando del bulbo de una planta* mis manos se contraen por una fracción de segundo. Aprieto los labios sin saber muy bien qué hacer ¿Debería responder o esperar a que siga hablando? — su visita será para arreglar ese asunto — el nuevo modo que emplea Wolfram para hablar me estremece de pies a cabeza.

Contrario a mi voluntad alzo la mirada. Justo ahora me gustaría decirle no llores, pero no puedo porque a pesar que su voz se ha quebrado, por sus orbes no tintinea una sola gota.
Una vez más el silencio es el intermediario que habla por mí. He desviado la mirada nuevamente, pero esto no es impedimento para ver cómo aquella blanca mano que finge descansar firme al costado del ex príncipe, tiembla sin discreción alguna.

— ya veo— respondo al fin. Necesito decir algo, no podemos alargar este asunto durante períodos que nos harán poner peor— ahora entiendo por qué estaba tan emocionado cuando te vio— sonrío nervioso— así que una proposición, sí, sí, debió haber esperado por mucho para poder al fin hablarlo. Bueno, debemos preparar todo para recibirlo, sería bueno que estuvieran Cheri sama y Conrad, estoy seguro que ellos debieron estar presentes cuando todo pasó— el parloteo incesante que empiezo a soltar sólo rectifica una de mis peores manías: Cuando no sé qué hacer comienzo a decir cosas sin sentido.

Mi Miedo Más GrandeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora