Capítulo 8

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—en ese caso— su mano yendo directo a mí me hace cerrar los ojos, en medio de la oscuridad siento su tibio tacto —es hora que despiertes— ante sus palabras no hay tiempo de nada más. Como si el suelo se hubiese abierto a mis pies comienzo un viaje entre tinieblas mientras siento mi cuerpo cayendo dentro de un profundo pozo negro, no veo más que oscuridad a mi alrededor.

Así continúa un largo viaje, poco a poco la sensación de caer va desapareciendo. Estoy flotando en un mar con diminutas partículas blancas que se van juntando lentamente en el centro de aquel sitio de sombras. Cada vez estoy más y más cerca de ellas, sólo hace falta un poco para alcanzarlas, sólo un poco. A pesar que no quiero dejar esta hermosa constelación de sombras y destellos, estiro la mano y la realidad me llega como lo blando de una cama.

….

Intento abrir los ojos, pero los parpados me pesan, siento que he estado un largo rato sumido en un profundo sueño.

—esto será más que suficiente Heka, Excelencia— se trata de Gisela, pero ¿Qué hace ella aquí? Estaba hablando con Wolfram en su habitación —afortunadamente la máquina no generó un daño mayor, todo está bien ahora— el silencio que hace la médico me permite escuchar el canto de las aves —Ya casi es la hora de comer, lo traeré aquí ¿de acuerdo? — por cortesía intento contestar, pero no puedo moverme ni hablar, parece que apenas rastros de mi conciencia están regresando.

Ante el período de silencio que continúa sus pasos son lo único que resuena en la habitación. Ahora recuerdo todo, los fragmentos de conciencia dispersos han regresado a mí; La máquina, Wolfram, Shinou, Murata intentando detenerlo, está todo claro. Fue un sueño, un simple y fastidioso sueño, uno que me hizo ver tantas cosas que en todos estos años había decidido ignorar por simple temor a dar el siguiente paso. 

El cierre de la puerta indica el encierro en nuestro mundo, sé que Wolf está a mi lado debido a que Gisela le llamó excelencia. Me cuesta un poco formular alguna pregunta, me gustaría saber sus motivos, pero también hay algo que me impide saberlo, quizá es miedo; Miedo a que ahora esté pensando en la visión, a que se haya dado cuenta de lo que en algún momento sentí, porque ahora muchas cosas han cambiado.

Tomando en cuenta los motivos de Wolfram…quizá fue porque se hartó de esperar, de dar todo a cambio de nada (la sinceridad duele) de estar en un constante estado de incertidumbre, fue por eso que decidió recurrir a la máquina. Más que estar molesto por lo que hizo me encuentro reflexionando y aún no llego a una respuesta…me pregunto si esta vez podré hacerlo. Por ahora realmente me gustaría saber por qué lo hizo.

—¿Quisiste ver nuestro futuro, Wolfram? El futuro es algo que…—  ¿Que podemos construir? Sí, pero también es una oportunidad para ir contemplando lo que pueda suceder, lo que no me gustaría que pasara.

Mirando el techo de la cama no puedo dejar de pensar en todo lo que vi, fueron tantas cosas que aún no logro asimilarlas bien, me cuesta recordar esas escenas y no sentir la misma opresión en mi pecho.

—lo que quería ver…

— ¿oh? — por un momento llegué a pensar que se encontraba dormido.

—lo que quería ver no era nuestro futuro, era tu futuro

— ¿eh? — ¿Mi futuro?

—Nada ha cambiado, no hay necesidad de ver nuestro futuro— lo sé, soy consciente de ello y créeme que duele serlo, pero eso no puede ser para siempre, podría deshacerse en cualquier momento.

Me reincorporo para poder sentarme y observarlo, si algo no sabe ocultar el ex príncipe son los sentimientos a través de ese par de lagos tan cambiantes como la vida misma.

Mi Miedo Más GrandeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora