Mi Miedo Más Grande

Capítulo 4

— ¿Qué sucede Yuuri? — la pregunta se aplica a la perfección a las dos situaciones, lo que me hace encoger más en mí.

— n-no pasa nada, le estaba diciendo a Gunter que estoy completamente bien, ¿ven? — hago algunos estiramientos— uno, dos, respira, uno, dos, respira ¡todo perfecto! — con las manos en la cintura, mostrando una risa falsa les doy la espalda— oh sí, estoy lleno de energía ajajaja, es tan bueno ser joven

— ¡oh Heka! Me da tanto gusto verlo bien, mis preocupaciones han sido en vano, me alegra ser consciente de ello— de reojo lo veo limpiándose las lágrimas con un pañuelo, al menos engañé a uno, pero el segundo no parece muy convencido. El ex príncipe no me presta más atención y ahora sí se dirige a mi tutor.

— Gunter ¿Ya hiciste lo que te pedí? — claramente veo cómo el escalofrío que azota al de pelo lila le recorre la columna vertebral, parece que se ha metido en problemas con su excelencia.

— e-e-en este mismo momento voy a redactar una disculpa para-

— no escribas nada— lo corta con tono frío— sólo regresala y ya— sin más que agregar da la vuelta para marcharse de la habitación y perderse entre la serie de pasillos. Volteo por completo sólo para encontrar al consejero real con la mirada baja, dejando escapar un breve suspiro.

Miro inquieto la puerta, ante la ausencia del ex príncipe no puedo hacer más que sostenerme el pecho, aquellas pulsaciones incómodas siguen ahí, taladrando mis tímpanos con cada impulso, los latidos resuenan fuertes dentro de mi cabeza ¿Qué significa lo que estoy sintiendo?

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Tres noches después el ex príncipe se encuentra despierto a mitad de madrugada, lo cual es un comportamiento anormal para cualquier amante del sueño, sin embargo, sus motivos para estarlo son válidos. Se encuentra inquieto, estos días pasados ha notado cómo la conducta del Maou ha cambiado con él.

Aquellas miradas evasivas y ese rechazo constante a quedarse solos lo han puesto a pensar más que nunca. ¿Qué sucede con el Maou? ¿Por qué de un momento a otro se comporta tan extraño? No recuerda ninguna pelea entre ellos o haberlo ofendido sin querer, es más, ni siquiera lo ha llamado novato, aunque últimamente lo merezca, pero no ha sido así.

Un leve suspiro de su prometido le hace mirar con más ahínco ese rostro apacible que no demuestra más que lo tranquilo que se encuentra soñando. Por un momento le pasa la idea de darle un buen tirón de pelo y reclamarle que por su culpa no puede dormir, lo haría en verdad, pero no tiene mucho ánimo de ello, no cuando no puede dejar de pensar en la nueva carta que le ha llegado.

...La carta ha regresado a mí, ahora comprendo lo molesto que está conmigo, sé que no quiere tratar con quien lo ha ofendido de tal manera, pero le suplico sepa mis motivos.

Cuando nos encontramos por primera vez fue en la mansión Radford, en aquel entonces era usted tan joven que al verlo quedé encantado. No es normal ver de pronto a tal muñequito, recuerdo lo apenado que me sentí, pues yo, doblándole la edad, no creía tener derecho a maravillarme con usted, mucho menos cuando supe que se trataba del hijo de la Maou...aun así, pensé que no estaba mal dejarme llevar por lo que sentía, después de todo, quizá sería la última vez que podría disfrutar de su presencia.

Los problemas comenzaron en mi cumpleaños número 23, un grave padecimiento empezó a afectarme, cientos de doctores me frecuentaban mas ninguno daba un diagnóstico certero, no obstante, todos coincidieron en lo mismo, el tiempo se iba agotando para mí. Recuerdo lo devastado que quedó mi tío, debe saber Lord Bielefeld que mis padres fallecieron, por lo que fue Lord Radford quien me cuidó desde pequeño, por eso le pesó tanto la noticia.