c u a t r o*

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[...]

"Lo sé, y éstas joyas fueron hechas para encajar solamente en mí, oh, y por supuesto que fueron muy costosas, como mi vestimenta, hecha por el mejor costurero de toda la región, aunque claro, no se vería tan bien en cualquier cuerpo. Hay que admitir que poseo una buena anatomía." Jin apoyaba su barbilla sobre su mano, aburrido y hastiado, había estado escuchando como la princesa hablaba de todo aquello que poseía, como todo lo que tenía era muy costoso, era ostentoso y perfectamente idílico.

Y si bien SeokJin tenía cosas igual o más valiosas, solo le gustaba tenerlo, lo único que gozaba de alardear era su posición como príncipe del reino más poderoso y el control que esto le otorgaba, no de aquello material que con una sola buena llama de fuego podía consumirse hasta las cenizas, exactamente como lo haría cualquier cosa de menos valor.

Miró a su hermano y sin hablar, articuló con sus labios la palabra "a b u r r i d a", Taehyung sonrió mientras asentía, y hacia muecas cómicas que obligaban a Jin a cubrir su boca para no estallar en una gran carcajada, sin importar lo cercanas que estabas en resto de personas de él, o si no había sido del todo sutil.

La reina lo miró con enojo mientras en silencio le ordenaba comportarse, el príncipe solo desvió sus pupilas con insolencia y siguió su sigiloso juego junto a su hermano, durante la comida, la cena y el resto de la estancia en el castillo de su futura 'esposa', pequeñas travesuras debajo de la mesa, susurros casi inaudibles que los hacían reír internamente.

[...]

Durante la mañana llegó el momento para que la princesa se retirara, no hubo demasiado escándalo o despedidas, mucho menos de su parte, poco tenía realmente para decirle además de "ya vete", así de poco respetuoso como suena. De inmediato, Jin corrió y se vistió con una gran saco para poder salir hacia el reino de su amigo.

"No irás a ningún sitio, SeokJin, no solo, no esta vez." sentenció YoungMi, justo antes de poder cruzar hacia las afueras de su hogar y el nombrado exhaló con frustración. No quería que ninguno de los feos guardias lo acompañara, siempre lo miraban de una manera indescriptible, un poco de enojo y envidia, quizá fastidio ¿Cómo podría descifrarlo? 

Quería ir solo y poder hablar con el joven rey de la familia Min.

"No, madre, me niego totalmente y no podrás cambiar mi convicción." respondió con enojo, cruzando sus brazos frente a su pecho y retando a su progenitora solamente con su mirada.

"Si no podré cambiarla, no pondrás un solo pie fuera de este castillo."

Jin nuevamente se frustró, no confiaba en nadie. Odiaba a las cocineras, a los sirvientes, a los guardias y todos los que habitaban el castillo además de él, excepto a su hermano, claro, demasiado sosos como para soportar su presencia, tan callados que lo molestaba o queriendo dar opiniones que él no pidió.  Aunque NamJoon...

"¿NamJoon puede ir conmigo?" preguntó emocionado, era quien menos le desagradaba de todos, y quién estaba seguro de que obedecería si le ordenaba no hablar de lo que llegase a escuchar.

Ella pareció pensarlo demasiado. "¿Tu nuevo sirviente? Está bien...vuelve antes del anochecer." Jin estuvo a punto de comenzar a dar saltitos de felicidad, sin embargo se limitó a sonreír y a alejarse velozmente de allí en busca de Namjoon. No demoró mucho, simplemente tomó al alto muchacho casi sin previo aviso y lo arrastró hasta afuera, pareció haberlo conmocionado, sin embargo, poco le importó  y cuando menos lo notó, ya estaban camino al reino "Min".

❝Príncipe❞ #1 [NAMJIN] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora