Renascense » Ziam Mayne

Capítulo: 4

POV Zayn:

Había pasado una semana desde que eso sucedió. Solté un gruñido frustrado, debido a mis emociones y mis sentimientos, en verdad dolía, así que me concentre en descargarme con cada objeto que se cruzaba por mi camino, las sillas de mi habitación volaban por doquier y se quebraban en pedazos al impactar contra la pared, mis viejos bocetos de dibujo estaban regados por el piso y la mayoría de mis prendas se encontraban por toda la habitación. Me serví un poco de Whisky en un vaso y me lo tomé de golpe decidido a olvidar lo que nuevamente había hecho por esa rabia, esa furia, por ese dolor que me causaba la perdida de mi padre y todo el daño que el mismo me causo.

- ¿No crees que es muy temprano para tomar? - Escuché una voz femenina detrás de mi y rodee los ojos al reconocerla, era mi mejor amiga, pero me encontraba demasiado fastidiado y sin ganas de hablar.

- ¿No crees que deberías tocar antes de entrar? - se colocó frente a mi recargándose en la orilla de mi escritorio y me miró a los ojos.

- Te esta sucediendo otra vez, ¿cierto? - acarició mi mejilla y me aleje rápidamente sin responder.

Me alcanzó en la puerta ya que yo estaba tambaleándome debido a la cantidad de alcohol que había consumido, interponiéndose entre mi liberación y yo.

- No lo harás de nuevo, Zayn, no puedes pasarte la vida culpándote y descargándote con cualquier chico que se cruce en tu camino. - bramó. - Se que es difícil, amor, pero debe de haber otra forma, ¿por qué no tocas el piano un rato?

Solté un suspiro y bese su frente.

- Eso no va a ayudarme ahora Nadia. - mi voz estaba quebrada y sin ganas de ser escuchada. - Sólo dejame ir... - colocó su dedo índice en mis labios y los acarició lentamente.

- Dejame ayudarte... - murmuró extremadamente cerca de mis labios y la miré a los ojos.

- Sabes que no me gustan las chicas Nadia... Y-Yo no puedo hacerlo. - repliqué sin alejarme, aunque deseaba hacerlo, era como si no pudiera controlar mis propias acciones.

- Sólo dejate llevar... - murmuró antes de juntar sus labios con los míos, me quede unos segundos inmóvil y después le correspondí inconscientemente.

Lleve instintivamente las manos a su cintura y la acorrale contra la pared llevando los besos a su cuello, mientras ella desabrochaba mis pantalones y acariciaba mi entrepierna como si de una experta se tratase, despertando en mi una desesperación inmensa y inexplicable. Gruñí cuando rompió mi camisa retirándola con una notable desesperación mientras yo retiraba la suya y desabrochaba su sujetador, lleve una mano hacia su muslo subiendo su falda llegando así poco a poco a su sexo, me sorprendí al notar que no traía ropa interior pero no detuve mi trayecto acariciando esa zona tan sensible, tome uno de sus pezones con la boca y lo lamí y mordí poniéndolo duro e hice lo mismo con su gemelo haciéndola soltar un par de jadeos, que se convirtieron en gemidos cuando inserte un dedo con delicadeza dentro de su feminidad y después dos, acaricie su clítoris con delicadeza y con movimientos circulares.

- Z-Zayn... - gimió mi nombre y repetí esa acción durante un par de minutos más, sonreí cuando su cuerpo reflejaba que estaba a punto de llegar al orgasmo, se mordía el labio y cerraba los ojos con delicadeza, ella soltó un quejido cuando me detuve y no pude evitar reír. - Dios, ¿por qué paras?

Abrió los ojos y arqueó una ceja, mientras yo me mordía el labio, tenía una mirada que obviamente nunca había visto en ella, se quitó la falda, me empujó hacia el sofá y bajo mis pantalones junto con mis bóxers de un tirón, debo admitirlo si fuera hetero me hubiera vuelto loco al verla así, pero los hombres tenían algo, que me encantaba, tal vez era el deseo que provocaban en mi o la violencia que muchas veces podíamos usar, tal vez era la fuerza y la lucha por someterse ante el otro, no lo sé.