Deku

Capítulo seis: Ahora

—¿Listo?— Shigaraki miró a Izuku con impaciencia.

—¡Todo listo! Ya estamos conectados a los micrófonos y las cámaras. Sólo hay que esperar el momento indicado.— Respondió el chico tranquilamente.

—¿Y eso cuándo se supone que será?— Gruñó el otro.

—Lo sabremos cuando llegue.— Izuku no se inmutó, ignorando por completo el chasquido de lengua y gesto de desagrado de Shigaraki.— Sé paciente.

—No me gusta ser paciente.—

—Lo sé.— Dijo con una sonrisa. No lo provoques. Izuku ignoró a su cabeza y miró el monitor que tenía enfrente. En él podía ver lo que estaba sucediendo en el festival deportivo de la UA. Era la tercera prueba y los estudiantes se enfrentaban uno a uno en la arena. Cuando finalmente quedaron los dos finalistas el rostro de Izuku fue invadido por una macabra sonrisa.— Ahora.

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—¡¡Finalmente es la última batalla del festival deportivo de la UA!!— El grito de Present Mic resonó por el estadio.— ¡Del curso de héroes: ¡Todoroki Shoto!, versus, igualmente del curso de héroes: ¡Eijiro Kirishima!— El público exclamó en emoción y, justo en el momento en que la euforia estaba al máximo, una nube morada apareció exactamente arriba del escenario.

—Qué mier...— Katsuki, que miraba desde un lugar recóndito de las gradas, se quitó la capucha que escondía su rostro y corrió hasta el barandal más cercano a la plataforma justo para ver al mismo humanoide con el cerebro expuesto que los había atacado en la USJ caer en el centro del cuadrilátero rompiendo el suelo mientras el humo morado de donde había salido desaparecía.

Durante un segundo completo de conmoción nadie se movió, creando un silencio absoluto en el lugar. Los primeros en reaccionar fueron los maestros, levantándose de forma veloz de sus lugares dispuestos a responder cuando una voz en los altavoces los paralizó una vez más.

—Yo no me movería si fuera ustedes.— Un escalofrío recorrió todos y cada uno de los cuerpos que se encontraban ahí.

—Prometemos que sólo queremos hablar.— Dijo otra voz, más dulce, con una leve risita.

—Eh... Sí. Como pueden imaginárselo nosotros somos la liga de villanos.— La primera voz empezó a hablar una vez más.— Si han seguido las noticias podrán ver que nosotros no estamos jugando, y que tenemos la voluntad y las herramientas para lograr nuestro objetivo.

—¡¡Pero queremos más gente fuerte!!— Gritó la segunda voz.— Queremos gente que siga una mentalidad como la nuestra, un objetivo como el nuestro...

—¡¡Corten esa transmisión ahora!!— En el centro de control se había desatado el caos. Las pantallas gigantes mostraban el escenario con todos los espectadores inmóviles. Algunos héroes profesionales ya habían tomado la iniciativa y empezaban a romper una a una las bocinas del lugar.

—Es por eso que queremos presentarles a una persona que probablemente conocen muy bien...

—¡No podemos! ¡Todos nuestros controles están bloqueados!

—¡Encuentren la forma, debemos sacarlos del aire ahora mismo!

—¡¡EL ASESINO DE HÉROES, STAIN!!— Tanto los héroes profesionales como el centro de control, los únicos que estaban en movimiento se paralizaron por completo, incapaces de apartar la mirada de la imagen que acababa de aparecer en las pantallas. El ya presentado villano aparecía en el centro de la toma.

—No puedo creer que me hayas convencido de hacer esto, chico.— Empezó a hablar.— Pero puedes ser muy persuasivo.— Hizo una pequeña pausa.— Esta sociedad está podrida. Corrompida por el sistema de falsos héroes que la rige. Muchos hemos intentando cambiar esto de forma pacífica y fallado en el intento... y muchos estamos cansados de la impotencia, de la ineptitud de esta sociedad que se sostiene en un sólo héroe para mantenerse en pie. A veces, es necesario destruir algo para poder reconstruirlo de manera correcta.