La mirada del prospecto a productor se paseaba una y otra vez con escrutinio sobre una hoja de papel llena de borrones. Mordió su labio y dio un sorbo a su taza de té. No cabía duda que se había adaptado a las costumbres inglesas.
-Llevas mucho rato escribiendo. ¿Qué es?
-Una canción - Contestó llanamente. Como para no perder la concentración.
-¿Ah, sí? No sabía que componías.
-Yo tampoco. - Tomó su guitarra y ejecutó unas cuantas notas, hecho esto siguió haciendo anotaciones en un blog.
Supongo que no quieres interrupciones. - Rió divertida al ver a Bonnie ignorarla. No le molestaba, en realidad le parecía inspirador, por lo que decidió simplemente observarlo entre algunas frases de su lectura.
-Me hablaron de un método para obtener el grado de las dos especializaciones. -La chica hizo su libro a un lado y le miró atentamente. Bonnie también dejó lo que estaba haciendo.
-Suena muy bien. Cuéntame.
-Si logro que esa banda a la que asesoro grabe un disco y gane algo de notoriedad los obtendré.- Lilly lo miró un tanto incrédula. Nunca había escuchado que algo así fuera siquiera posible o existiera algún precedente de que se hubiese realizado.
-Cielos, Bonnie. Suena muy bien. ¿Cómo vas con ese tema?
-Pues... -El de cabello violáceo tomó su libreta con ambas manos y pasó varias hojas entre sus dedos. -Ya llevamos grabadas unas tres canciones de la primera sesión y yo tengo aquí otras tres. Por lo general se producen entre diez y doce tracks por disco.
-No pierdes el tiempo, ¿Eh?- Solo sonrió en respuesta.-
-Una vez que empecé no pude parar. Deberías probar, es muy terapéutico.
-Voy a considerarlo.
Allí la chica comprendió la manera en que la institución alentaba el crecimiento de Bonnie, el decano siempre vio algo especial en él, y ella comprendía que había un gran talento para la música en ese chico que en apariencia era apático y demasiado joven para lograr nada.
Nadie lo conocía como ella y estaba orgullosa de hacerlo, de verle crecer y que cuando estuviese en la cima apreciar todo el esfuerzo que hubo detrás. Era un chico inspirador y sin duda extraordinario.
Simuló volver a su lectura, sin embargo estaría allí para ayudarlo por si sentía que las letras no eran suficientemente poéticas.
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Créditos TW: @JEriCri
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El atardecer bañaba el balcón de aquella elegante pero moderna oficina de diseño minimalista. Bon se encontraba sentado frente al escritorio de Sebastian Müller, con quien tenía un considerable tiempo de trabajar. Sentía un gran aprecio y agradecimiento por ese hombre que llegó a su vida y la de Owynn en el momento indicado.
