Capítulo 12

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Estaba en mi casa al fin era de tarde ya había salido de clases, no tuve que pedirle a nadie que me trajera ya que había venido en mi moto.

Trate de evitar todo el día, el resto que quedo de clases ya que me moleste bastante con este jodido Rodrigo. Que le estaba pasando creyéndose el idiota.

Porque habría hecho eso, y le dijo a Marcus que éramos algo.

Lo bueno es que era fin de semanas, al fin un descanso de todos esos problemas de escuela y compañeros que quería evitar como Rodrigo.

Era tarde, y tenía planeado salir talvez iría al bar pero lo más probable es que Cameron estuviera también ahí tirando dinero y poniéndole en la tanga a Marcus, eso me causaba risa, no tenía por qué ocultarme de él.

No hacía nada malo solamente éramos amigos, como con cualquier otro chico, como él y yo.

Ya era de noche, seguía lloviendo un poco menos que en la mañana.

Me había puesto mi chaqueta de cuero y una camisa negra debajo de resaca, tenía la intensión de verme bien para ver a Marcus y nadie más, el me caía bien y no podía negarlo.

Mason me había hablado horas antes para preguntarme que haría, me dijo que iría al cine con Madison que la había invitado y ella seguro le dijo que si por que, por alguna razón iría, ya que no le gusta ir solo.

Me alegre por el que estuviera tomando su ruptura tan bien y no se la pasara llorando y lamentándose comiendo helado por esa malvada chica.

Me miraba al espejo contantemente, quería dar una buena impresión, me veía en el espejo y me mordía el labio tratando de convencerme si le gustaría a Marcus lo que llevaba puesto.

Quería un poco de acción y divertirme en el bar donde trabajaba. Tal vez tuviera suerte y entraría pero en caso que no me dejaran entrar el me rescataría para que tuviera acceso a entrar.

Lo bueno de que Marcus ya me había dado la dirección del bar donde trabajaba por SMS, tome mi celular y baje las escaleras.

Puse una nota en la nevera por si mi mama la veía le había dicho que iría a estudiar con mason y volvería muy noche.

Salí de la casa, y me dirigí al garaje donde saque mi moto, y cerré la puerta del garaje, encendí la moto y me subí, me puse el casco y arranque conduciendo, directo a mi destino.

Por alguna razón sentía algo de frio, la llovizna me mojaba la nuca y la ropa, cerré subiendo el cierre de la chaqueta abrigándome poco.

El lugar donde trabajaba Marcus, quedaba del otro lado de la ciudad, en los barros bajos. Donde lograrían estar todos los bares de mala muerte, y las apuestas y prostitutas y toda la perdición.

Me daba lástima que tuviera que entrar en ese mundo y que Marcus viviera esto. Lo bueno que era temporal no siempre tendría esa vida.

Al llegar a la calle que me había dado Marcus, encontré un callejón escondido. Se veían muchos carros estacionados en las avenidas principales, y se veía mucha gente salir y venir de ese callejón. Estacione mi moto y le puse cadena de seguro un enrejado, me quite el casco y me peine el cabello moviendo la cabeza para ajustar el flequillo de lado que lucía bien. Después camine apresurado, con mis manos dentro de los bolsillos de la chaqueta

Miraba muchos hombres, normalmente eran algunos, pero mientras más me acercaba al final del corredor del pasillo me encontré en una esquina doblando a la derecha, un letrero rojo en grandes de neón en una marquesina colgada a una pared, que decía Яouge cerise que significaba , según por mi mal francés “Cereza Roja”. Había un dibujo en la pared de un chico muy musculoso era blanco, chico adulto promedio rubio de ojos azules muy coqueto con una cereza en la mano chupando la punta. Era muy atrevido, era obvio que simbolizaba bien con el lugar.

«Me enamore de un prostituto»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora