Capítulo 26

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Era miércoles, por la mañana y estaba en clases, el día estaba soleado y supuse que era un bonito día para salir a pasear con Marcus, el ya estaría en su trabajo.

Esta mañana le hable para darle los buenos días, creo que lo había despertado por que se le escuchaba en su voz algo apagada y dormilona. Yo entraba a las 8 a clase y el a esa hora seguía dormido ya que descansaba por la mañana para tener fuerza para mantenerse en las noches en el trabajo del bar donde era stripper.

Me dijo por teléfono que iba a verme saliendo de la escuela unas 2  o 3 horas para estar conmigo y poder hacer algo juntos.

Revise el teléfono y no tenía ninguna llamada, estaba algo distraído en clase de matemáticas avanzadas, mientras el profesor daba la clase, mientras me despertó de mi sueño. Para preguntarme algo sobre la clase. ―Joven Breidan, está poniendo atención?.

Yo voltee, tenía la vista clavada afuera de la escuela, por la ventana veía los árboles y los pájaros volar, cuando le conteste tartamudo― P, p pues algo. Lo siento.

El profesor me regaño, frunció el ceño y hablo en un tono más estricto preguntándome sobre una ecuación que tenía en la pizarra blanca. ―Resuelva la ecuación por favor.

En el pizarrón se apreciaba las siguientes formulas

      ECUACIÓN       SOLUCIONES

1        x·(x - 1) = 0      x = 0 , x = 1

2        x2 - 2x = 0        x = 0 , x = 2

3        x2 - 4·x = 0       x = 0, x = 4

4        4·x2 - 16 = 0

Yo me acerque, tratando de visualizar desde mi asientos muy lejos los números y letras que estaban en la pizarra, y me puse a pensar un poco.

―La respuesta de la Cuatro es: x = 2, x = -2

El profesor se puso a resolverla en su mente, después volteo a mí y murmuro― Bien joven Breidan, ponga más atención la próxima vez que no se la pasare.

Se me daban bien los cálculos de matemáticas avanzadas, no era por presumir, pero mi mama era contadora y sabía mucho de números que me enseño mucho de niño.

Tomaba el lápiz con los dedos, y lo movía golpeteando la butaca donde estaba sentado, mirando por la ventana la gente que estaba afuera y se veía que disfrutaban el día soleado. Deseaba estar afuera y ser libre como ellos y que la clase se acabara de una vez por todas.

Por favor, Jesús que se acabe esta tortura – pensé dentro de mi mente.

Al cabo de unos 10 minutos el timbre de la hora de salida sonó, retumbando dentro de mis oídos, aturdiéndome un poco. Estaba algo sensible así que me tape los oídos, la gente se comenzó a levantar mientras salía del aula y el profesor hablaba en voz alta dejando la tarea que era el repaso de los ejercicios de la clase para poder repasar mañana sin dificultad y preguntarnos. Mientras borraba la pizarra, yo tome mi mochila me la puse en la espalda tomándola de la correa, mientras mason llegaba de los últimos lugares hasta donde estaba yo acercándose y palmeándome la espalda.

―Vamos viejo, tenemos que irnos a menos que quieras más clases de Mate.

Yo torcí la boca  en forma de negación y suspire y me hice espacio entre las butacas de los otros compañeros mientras salía hacia los pasillos viendo la gran multitud de las personas.

Voltee a ver si venia mason detrás de mí pero alcance a ver que se detuvo a atarse las correas de sus zapatos, cuando se levantó y camino deprisa para alcanzarme suspirando― Jodida clase odio los números jakey.

«Me enamore de un prostituto»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora