Epílogo

4.9K 251 23
                                    

Noviembre, 02

HOY EN LA ACTUALIDAD:

Era el día de descanso de mi perfecto novio, y había salido a comprar la comida a un nuevo restaurante que había abierto a unas cuantas calles cerca, el departamento nunca se había visto tan decorado con buen gusto, cuadros pintados por el mismo chico francés que amaba, estaba recuperando su carrera  y sus tiempos libres pintaba para embellecer nuestra pequeña morada, teníamos todo tan hogareño.

Estaba sentado en la esquina de la cama, frente a mi había un cuadro de mi persona, que me había pintado mi chico desnudo y lo había colgado para recordarme todos los días que tan bello era, a mi normalmente me daba algo de vergüenza verlo, no se le veía el rostro quien era pero él decía que era yo.

Marcus malgastaba el dinero como siempre en regalos y más regalos, siempre que salía a algún lado traía algo consigo para mí, me preguntaba que traería hoy “flores” ya tenía 3 días comprando flores, la casa olía penetrante a orquídeas y a rosas, la hacía ver más bonita por su puesto.

Estaba algo cansado. Ya iba a regresar a clases de nuevo y quería ver a mis amigos.

Tendría que estar preparado para estos últimos meses de fin de año que eran los más fuertes para pasar de año.

Había tantas cosas, extrañaba a mi madre, la veía los fines de semana, también Mason no tenía muchas noticias sobre él y su novia.

Me levante de la cama para acomodar la ropa de mi novio, en las gavetas de la ropa y doblarla.

Amaba olfatear su ropa y su olor impregnado en la tela.

Una noche en la que vino muy cansado y solamente llego a casa y se acostó sin quitarse la ropa.

Normalmente cuando llegaba se bañaba y tardaba horas en la ducha y siempre lavaba su ropa no dejaba que la lavara por él.

Pues esa misma noche que había llegado tarde, me di cuenta que tenía creo que era lápiz labial en el cuello de su camisa y me acerque a oler su ropa y la fragancia era dulce y femenina.

No quise ponerme paranoico, esa misma noche y empezar una escena de celos. Pero no es porque desconfiara de mi novio, aunque últimamente olfateaba toda su ropa y la inspeccionaba por si no traía rastros de pintura labial u olores que no fuera el de su perfume.

El siempre creía que lavaba bien su ropa pero si dejaba algún rastro me enteraría.

No quería perderlo teníamos ya bastante tiempo de salir juntos como pareja y lo amaba con todo mi corazón.

Él era mío y solo mío.

Termine de acomodar los cajones de las gavetas de su ropa para meter el pantalón que tenía en las manos cuando mire una tarjeta en el suelo que había provenido del pantalón, seguro se debió salir.

Me incline a levantarla y era una tarjeta de presentación de un prostíbulo de aquí mismo en la ciudad de Florida, Tallahassee.

Me está engañando? Por qué lo haría si le entregue mi amor. No sabía que pensar, tal vez estaba mal interpretando todo.

Rompí la tarjeta y oculte mis lágrimas, guardando su pantalón.

No puedo pensar en nada mas, quiero averiguar que está pasando y no me quedare tranquilo hasta destapar todas las mentiras.

«Me enamore de un prostituto»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora