Trato

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Pov Poché

Después de salir del consultorio de Juan me sentí aliviada, el hablar de lo que ha sido uno de los peores días de mi vida, con alguien que no conozco fue sin duda una experiencia nueva, pero me ayudó mucho. Solo espero que esto de verdad me haga bien.

Fui al super a comprar un par de cosas que necesitaba, cuando lo vi, el chico que llamó a la ambulancia por mí, me sonrió con tristeza y yo le hice un ademán con la cabeza para que se acercara, y así lo hizo, debía agradecerle, porque aunque mi mujer no sobrevivió, él definitivamente hizo más por ayudarme que solo llamar a la ambulancia.

Flashback

Cuando mi mujer dejó de respirar me abracé fuertemente a ella, deseando que esto fuera una pesadilla, yo ya no hacía más que llorar desconsoladamente pidiéndole al cielo y a mi mami que me llevaran con ella, no sé como vivir sin ella, sin el amor de mi vida. De repente escuché aquella voz tan familiar y eso me trajo de vuelta a la realidad.

-Es por aquí, en ese auto azul.- le oí decir.

- Señorita, ¿se encuentra bien?.- otra voz masculina habló.- Señorita.- dijo nuevamente al no obtener respuesta.

-Solo tengo unos rasguños, nada de que preocuparse, pero mi mujer.- sollocé.- ella falleció.- sin saber por qué, los ojos de aquel chico se llenaron de lágrimas.

A mi mujer la declararon muerta en el sitio, cómo era de esperarse, los chicos de la ambulancia curaron mis heridas, al menos las que podían verse; porque la herida en mi corazón no podría curarla nadie. De pronto vi como aquel chico rubio se me acercó.

-Lamento mucho lo de tu esposa.- dijo,  y yo no pude evitar que salieran lágrimas de mis ojos.- Soy Juan Pablo Martínez-Zurita, pero puedes llamarme solo Zurita. Vi todo lo que sucedió y quería decirte que si piensas demandar al tipo ese, yo puedo servir de testigo.- dijo amablemente.

-Gracias, pero ahora no tengo cabeza para pensar en eso, debo llamar a mis amigos, a mi papá, a los papás de mi mujer, debo...- no pude continuar, rompí en llanto, y él me abrazó, era un completo extraño, pero estaba apoyándome en el peor momento de mi vida, y lo agradecía.

Esa tarde, Juan Pablo Zurita me dejó su tarjeta y aunque quise llamarlo no me atreví, hacerlo era aceptar que mi esposa, el amor de mi vida se ha ido para siempre, y aún no estaba lista para eso.

De vuelta al presente.

Zurita se acercó y yo le sonreí, no me salían las palabras para agradecerle, así que esperé que ese gesto fuera suficiente, no mencionó ni una vez el tema de la demanda, y lo agradecí internamente, aún no estaba lista para hablar de algo así. Hicimos nuestras compras uno al lado del otro, intercambiamos un par de palabras, y nuestros números; él no estaba tratando de ligarme ni nada, sólo quería asegurarse de que me encontraba bien, y yo accedí, quizás podamos llegar a ser grandes amigos.

Pov Calle

Luego de hablar con Ronn Jehvar y Dama, estuve dando un paseo por el lugar, la verdad sí lucía increíble pero estaba impaciente por saber que hacía ahí. Pude escuchar murmullos cada vez que yo pasaba cerca de alguien, decían algo sobre una chica congelada, y sobre Ronn teniendo dificultad en tomar una decisión; no entendía nada, pero se me hacía difícil imaginar a esa imponente figura encapuchada teniendo dificultades en algo, no sé si era una especie de mago o qué, pero presentía que tenía un poder especial.

El resto de la tarde la pasé en mi habitación, viendo como Dama iba y venía, aún no entendía si me estaba volviendo loca o qué, pero aquella mujer me recordaba tanto a mi esposa. Luego de la cena, en la cual estuve rodeada de quienes residían en el lugar; volví a mi habitación y me dispuse a dormir, mañana voy a entender todo, me dije; estaba nerviosa, pero al mismo tiempo emocionada.

100 Años (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora