En tus brazos

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Pov Calle

Después de visitar a mi mujer en casa de Laura Villa, Dama y yo regresamos a nuestra habitación. Ella, como era costumbre, me sirvió un vaso de agua y se sentó junto a mí en mi cama. Me tendió el vaso y me preguntó cómo me sentía, tomando un sorbo de agua de su propio vaso.

- Es difícil, ¿sabes?.- ella asintió.- Siempre juré protegerla y ver qué dar la vida por ella causó esto, me hace sentir impotente.- ella apretó mi mano cariñosamente.

- Te entiendo Calle, no ha de ser fácil, pero confío en ti, y en que tu amor por Poché es lo suficientemente poderoso para lograr cumplir tu misión y borrar eso.- yo asentí decidida y Dama me sonrió.

Antes de poder decir nada más, un sonido se escuchó en nuestra habitación. Pude notar que ese sonido provenía de un brazalete en la muñeca de Dama, nunca antes lo había visto. Ella se alejó por unos minutos, al parecer ese brazalete anunciaba que Dama estaba recibiendo una llamada, pero ¿de quién?.

Dama se acercó a mí y me miró a los ojos, no supe bien descifrar su mirada hasta que se acercó a mi mochila y sacó el cinturón y la bolsa de diamantes, me los entregó y dijo:

- Calle, era Ronn Jehvar.- refiriéndose a quien la llamó.- Saca el diamante verde, es hora de tu primer viaje a los sueños de Poché.- yo sonreí.

Tomé el cinturón y saqué el diamante, como ella me indicó. Los coloqué en su lugar y me preparé para ver a mi pequeña peliazul. Miré a Dama y ella me sonrió, antes de emprender juntas el viaje.

Sueño de Poché.

Dama y yo fuimos transportadas a un lugar bastante tenebroso, el cielo se veía totalmente negro; yo la miré y ella me explicó que probablemente se trataba de una pesadilla, no la culparía en realidad.

También me explicó que Poché solo me vería a mí y me recordó que no puedo decirle nada de lo que estaba ocurriendo, yo asentí antes de caminar por aquel tenebroso lugar.

Después de caminar algún rato, la vi, estaba en lo que parecía ser un cementerio, me coloqué detrás de ella y pude verla arrodillada frente a mi lápida.

- ¿Por qué tuviste que abandonarme mi amor?.- le oí decir.

- Aquí estoy.- le dije, ella volteó, y antes de poder reaccionar, ella envolvió sus brazos en mi cuello- extrañé tanto esa sensación.

Poché lloraba incontrolablemente mientras apoyaba su cabeza en mi hombro, yo acariciaba su espalda.

- Sé que este es un sueño, y al despertar no te veré, pero tengo que hacer esto.- y antes de decir más, me besó, podía sentir el sabor salado de sus lágrimas en mis labios, pero no me importó.

Nos besamos por unos segundos más antes de sentir como algo nos alejaba. Una criatura extraña con tentáculos había sujetado a Poché de la cintura y la estaba alejando de mí.

Escuché gritar a Poché y fui tras la criatura, era mucho más grande que yo, pero no me rendiría, no viajé al sueño de Poché solo para perderla de nuevo.

- Tú sólo me haces daño.- escuché decir a mi mujer.

En ese momento pude ver que la criatura había tomado una forma humana, estaba de espaldas a mí pero pude ver que era un hombre de baja estatura y cabello castaño.

Al acercarme vi que se trataba de Kevin, la rabia se apoderó de mi cuerpo. En ese momento apareció Dama con una botella de cerveza vacía, me la entregó y yo me acerqué aún más y golpeé a Kevin con ella, haciéndolo caer.

Tomé a Poché de la mano y corrí en dirección opuesta a donde estaba Kevin, de repente el color negro del cielo desapareció y el lugar tenebroso se transformó en un hermoso parque con columpios y muchos árboles.

En ese momento Poché corrió, llevándome con ella, ninguna de las dos dijo nada. Nos sentamos bajo la sombra de un árbol, yo recosté mi espalda al árbol, mientras que Poché se sentaba en medio de mis piernas. De la nada, la escuché llorar.

- Perdóname frutita.- la escuché decir.

- ¿Pero que dices?.- le pregunté atrayéndola hacia mí, atrapando sus labios en un beso necesitado.

- No debí casarme, te traicioné y la vida me castigó por eso.- la abracé más fuerte, pues sabía a que se refería.

- No digas eso amor, lo que Kevin te hizo no fue tu culpa, él es un enfermo, tu no merecías eso.

- ¿Lo sabes todo? ¿Lo viste?.- me preguntó y yo me tensé, no sabía que tanto tenía permitido decir.

Volteé a mirar a Dama, quién nos miraba de cerca,aún sin invadir nuestra privacidad; y ella asintió.

- Sí gordi, lo vi todo, lamento no haber podido salvarte.- dije agachando mi cabeza, ella tomó mi rostro y lo levantó, juntando nuestro labios en un beso dulce.

Después de ese momento, Poché y yo estuvimos jugando como dos niñas en los columpios, riendo y pasando tiempo de calidad juntas, como lo hacíamos antes.

Todo se sentía como antes, hasta que Poché dijo algo que me hizo volver a la realidad. ¿Sabes? No entiendo porque Kevin hizo lo que hizo él nunca fue agresivo, ni fue malo.- fueron sus palabras. Yo sólo la abracé, mientras la guiaba de vuelta al árbol, antes de que continuara.

- Me contó que una vez, hace muchos años chocó un auto por ir conduciendo ebrio, no supo nada de las víctimas hasta que su familia escuchó lo que pasó y le dijo que había muerto alguien, desde ese día dejó el alcohol.

Cuando Poché dijo eso, solo la abracé más fuerte. Podía sentir su aroma, por más increíble que eso pareciera.

Estaba tan concentrada en el amor de mi vida que olvidé que todo era un sueño y que debía regresar, no fue hasta que Dama, con una mirada compasiva; me lo recordó.

- Gorda, me tengo que ir, volveré a visitar tus sueños pronto.- le dije y ella asintió, dándome un último beso.

La abracé fuerte y me levanté de mi lugar, le di un beso en su frente y me dirigí hasta donde me esperaba Dama. Suspiré y luego coloqué el diamante verde en mi cinturón para volver a nuestra habitación. Volteé a mirar a mi chiquita una vez más y le lancé un beso, ella sonrió y Dama y yo fuimos sacadas de su sueño.

100 Años (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora