POV Lauren
La noche llegó, mi abuelo estaba triste, mañana hablaría con los socios sobre mi apartamiento temporario de la empresa. "¿Hay forma de que cambies de parecer?" me dijo, lo miré y le dije que no. Me besó en la frente y se fue a dormir, mi nana dejó de llorar pero estaba triste, Mani me llamó, trataba de convencerme que no me fuera pero fue imposible. Fabiola también llamó, pedía explicaciones, sólo le dije que volvería, pero que no me esperase pues no sabía por cuánto tiempo me ausentaría de la ciudad.
Al parecer era noticia mi alejamiento de la empresa, mañana iría a hablar con los socios, les tenía que dar una explicación, por otro lado, sería el último día donde la vería a Camila. Tenía que acostumbrarme a la idea de no volver a verla, ella rondaba por mi cabeza a cada instante, tal vez con el tiempo las imágenes que poblaban mi mente desaparecerían.
A la mañana siguiente fui temprano a la empresa, debía acomodar mis cosas y dejar todo los negocios a mi cargo en manos de mi abuelo, Joy era mi preocupación, tal vez ahora si sería la secretaria de Camila.
Joy llegó después de unos minutos y me dijo:
-Lauren, ¿es verdad que te vas de la empresa? - su tono de voz era de preocupación.
-Sólo será por un tiempo, no te preocupes Joy.
-¿Qué será de mí?
-De eso me ocuparé yo, tal vez te asigne como secretaria de camila, al fin y al cabo se llevan bien ¿no? Por eso no te preocupes, no te dejaré sin trabajo.- Le sonreí, ella era una excelente secretaria.
-La extrañaré muchísimo, nada será igual sin usted...
Me abrazó, estaba a punto de llorar, lo noté en sus ojos. Ally entró en la oficina y tenía una cara de perros.
Joy salió y ally fue la que me abrazó esta vez. Con tanto cariño no daban ganas de irme, pero no podía quedarme.
En los pasillos de la empresa el rumor se esparció, todos me miraban y no creían que me iría.
Alejandro entró y él también intentó hacerme entrar en razón.
-Lauren , una vez te dije que podías contar conmigo y con mi esposa para lo que sea, ¿lo sabes verdad?
-Claro que si Alejandro.
-¿Hay algo que podamos hacer por ti ahora? Ayudaste a mi hija y estoy en deuda contigo. No quiero que te vayas, Gustavo me comentó que no pretendes desistir de tu decisión, pero tal vez yo pueda hacer algo, él está triste...
-Lo sé Alejandro, pero realmente no puedo, ahora todo parece trágico pero con el tiempo esto pasará, quien sabe, tal vez en unos meses vuelva, sólo necesito despejarme un poco.
-Te entiendo hija, y ya sabes, puedes contar conmigo, mi esposa te manda saludos, desea verte antes que te vayas.
-Gracias, trataré de verla antes de irme.
Alejandro me veía como su hija, mi abuelo me decía así "hija" pero escuchar esa palabra de unos labios que no eran los de mi abuelo sonaba raro, me recordaba a mi papá, lo necesitaba, de seguro si estuviera aquí me habría dado un sermón y estaría calladita trabajando sin hacer algún berrinche.
Camila llegó a la empresa, su novio la acompañaba como siempre, él me miró y me saludó con tristeza, hasta él estaba triste.
Cerré las persianas de mi oficina, era hora de guardar todas mis cosas, tenía años en esta oficina, todos pensaban que en un futuro volvería, era lo que les hacía creer pero realmente no deseaba hacerlo, me iría a viajar un poco y quizás me montaría una empresa yo misma en algún lugar, algo pequeño, esos eran mis planes.
Estaba concentrada en mis pensamientos cuando camila entró en la oficina, no se anunció, abrió la puerta y le dijo a joy "Que nadie se atreva a molestarnos" cerró la puerta y me miró fijamente, su mirada me dio algo de miedo.
El tono de su voz fue serio, me recordó a la camila que se enfrentó con los ingleses en aquella oportunidad. Se sentó frente a mí, respiró profundamente y con el semblante cubierto de seriedad me preguntó "¿Es verdad? ¿Te vas?" la miré y quise insultarla, mi boca se abrió pero ningún insulto salió, no me atrevía a insultarla, bajé mi mirada y dije:
-Sí, así es camila.
-¿Por qué?- me miraba, dio un paso más hacia mi, estaba peligrosamente muy cerca.
-No te interesa el por qué, alégrate, ya no nos veremos más.
-¿Es por todo lo que pasó entre nosotras?
-No diré nada más...
-Está bien, entonces me escucharás, eres una inconsciente, una egoísta, ¿cómo te atreves a dañar a tanta gente? -mi mirada se centró en ella, mi ceño se frunció pero no dije nada, la escuchaba solamente- tu nana me llamó hace unos minutos, no deja de llorar, está preocupada por ti porque no sabe lo que te pasa, tu abuelo por poco y se derrumba frente a mi padre y a mí, Ally está triste, inclusive shawn, ¿no te das cuenta? Decides irte de un día para otro, y todo ¿por qué? ¿Un capricho?
-¡No te permitiré que hables sobre lo que estoy sintiendo, no tienes la mínima idea por lo que estoy pasando! - la apunté con mi dedo.
-No me importas tú, me importan esas personas a las que les estás haciendo daño, deja que te ayuden, habla con tu nana, por lo menos dile algo que la tranquilice. Haz con tu vida lo que desees pero ten en cuenta como tus decisiones afectan a los que te quieren y te aprecian, además, no puedes dejar a tu abuelo solo con la empresa, eres tú la que mantiene todo en orden, piénsalo.
-La decisión está tomada, tú no me harás cambiar de opinión. Y confío que la empresa no se irá a pique si me voy, podrán seguir sin mí.
-¿No planeas volver verdad?
No le contesté, no me atrevía a decir "volveré en un tiempo", no podía mentirle, me dolió el hecho de que dijera que no le importaba lo que yo sentía, pero eso me dio la valentía para decirle: "¡Claro que volveré! En un tiempo, pero volveré". Ella me miró fijo, me analizó y ¡demonios! Sabía que mentía.
-Eso es mentira, planeas no volver más... pensé que eras una mujer valiente, me equivoqué, eres una cobarde.
-Ya estuvo bueno ¿no? Yo respeté tu decisión de no decirme que te pasó en Inglaterra, las cosas no salieron? bien pero asumí la responsabilidad de mis actos y no insistí, te pido que ahora tú respetes mi decisión.
No le gustó lo que le dije pero sabía que tenía razón, "Nadie desea que te vayas, no lo hagas, tómate el tiempo que desees para arreglar tus conflictos, pero no nos abandones". Dijo eso con un tono suave, fue como la última carta del juego, ya no había nada más que decir, por lo menos de su parte, pero yo si tenía una duda: "Creí que no te importaba lo que me pasa, ahora dices que no los abandone, te incluyes en eso, no entiendo". Ella me miró y con total seguridad dijo: "Si me interesa cómo te sientes, pero tú no me dejas ayudarte, prefieres alejarte y eso lo respeto, pero estás dañando a muchas personas con esa decisión, si te vas, sabré que a ti ellos no te importan..."
No pude decir nada más, ella salió de mi oficina. Miré mis cosas, no podía irme, debía enfrentar mis conflictos, o sea, debía enfrentarla a ella, soportar esto que sentía y controlarlo para que no se transformara en algo crónico.
Mi nana, pobre, de la desesperación recurrió a camila para que me hiciera entrar en razón, ella estaba en lo cierto, no podía causarles daño a las personas que quería, no debía abandonar a mi abuelo.
Después de la charla con camila , medité un poco las cosas, tenía que hablar con mi abuelo.
Fui a su oficina y él estaba preocupado, Alejandro estaba con él y lucía igual de preocupado que mi abuelo.
-¿Pasa algo? -dije.
-Todos se enteraron de tu apartamiento temporario, presiento que nos atacaran... los socios están como locos hija, quieren hacer modificaciones si te vas... -dijo mi abuelo.
-Alejandro , déjame un momento a solas con mi abuelo por favor.
Alejandro salió, en unos minutos todos los socios estarían en la sala de conferencias dispuestos a exigir las dichosas modificaciones ni bien yo me alejara, por más que eran empresarios que con mi abuelo elegimos, la mayoría eran ambiciosos y deseaban ascender en la empresa, querían ser los líderes, pero ese lugar lo ocupaban mi abuelo y yo, si me voy alguien querrá ocupar mi lugar y la lucha por llegar ahí sería tremendamente sangrienta.
-¿Tienes miedo abuelo?
-No lo sé Lauren...
-¿Dónde quedó ese hombre fuerte que me decía que nadie ni nada puede con un Jáuregui ?
-Pues a ti te ganó el desamor, y a mí la tristeza, no sé qué haré sin ti en la empresa, eres mi cerebro hija, mi corazón...
-Abuelo... - lo abracé.
-Pero basta de sentimentalismos, confío en que volverás, mientras tanto lucharé contra esas fieras...
-¡Ese es el Gustavo Jáuregui que conozco! Pero no estarás en la lucha solo.
Me acerqué a él y lo volví a abrazar, él se dejó envolver por mis brazos como un niño pequeño, ¿cómo se me pasó por la cabeza dejarlo solo? Él siempre estuvo conmigo, fue un pilar indestructible ante las diferentes cosas que nos pasaron, siempre afrontamos las cosas juntos, él y yo, "los latinos", "los temibles Jáuregui"... no iba a dejarlo así, camila tenía razón, estaba siendo egoísta, pero podía cambiar eso. "Esos no podrán con nosotros abuelo, lucharé a tu lado, al diablo el maldito desamor, no te dejaré solo, vamos a patear traseros..." él me miró y sonrió, me abrazó muy fuerte, yo me reía y él sólo dijo: "Te amo hija" nos fundimos en un abrazo, él debía ser la razón por la cual seguir luchando, dejando de lado cualquier malestar inclusive si eso me mataba por dentro de a poco.
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Un Amor Verdadero
RomanceTodos piensan que el amor es entre un hombre y una mujer, ¿Por qué sólo quedarnos con ese pensamiento? El amor es algo que nace en el momento menos indicado, con la persona menos pensada, nos enamoramos de la persona que jamás creímos, puede ser qu...