Celos

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POV LAUREN

Al despertar noté como ella estaba plácidamente relajada en mis brazos, besé su frente y comencé a dejar besos por todo su rostro haciéndola despertar, ella se quejó al principio pero luego reía ante cada caricia que le proporcionaba.

-Me encanta despertar a tu lado lern... -dijo ella.
-Lo podríamos hacer más seguido si deseas.
-Podríamos, podríamos...

Dijo eso último levantándose y cambiándose bajo mi atenta mirada, estaba algo ruborizada e intimidada por la forma en la que la veía. Se acercó a la cama y me dejó un leve beso en los labios "Vamos a desayunar" dijo y se sentó a esperar que me cambiara. Así lo hice, ella lanzó unas miradas de reojo a medida que la ropa se acomodaba en mi cuerpo, sonreí ante eso, era terriblemente adorable y me derretía por dentro.
Cuando vio que estaba lista ella quiso salir de la habitación pero la abracé por la espalda, mis pechos rozaban su espalda y sentí como ella se tensaba, mis manos se posicionaron en sus pechos y ella gimió, la apreté contra mi pecho y dejé besos en su hombro. Ella se dio la vuelta y me besó en los labios con efusividad, con desenfreno, no importaba que mi abuelo estuviera abajo desayunando charlando amenamente con mi nana, en realidad no importaba nada, sólo el roce de nuestros labios y su agitada respiración, prueba fiel de nuestro amor.

Su frente descansó en la mía por unos instantes, su respiración de a poco se normalizó, me miró fijamente y levemente dijo: "Nunca sentí algo así, es la primera vez". Lo dijo con tanta seguridad que no dude un instante en creerlo. Sólo la besé y nos dirigimos a la cocina a desayunar, sentía lo mismo que ella, además, nunca estuve con una mujer así, era la primera vez para mí también.

Mi nana sonrió al vernos juntas, nos preparó el desayuno con mucho esmero consintiéndonos, mi abuelo nos acompañó y los tres nos dirigimos a la empresa, teníamos un largo día por delante.

Camz no fue a sus ensayos, en lugar de eso estuvimos trabajando reunidas con mi abuelo, por momentos me costaba concentrarme pues estaba embelesada por su belleza, mi abuelo hablaba y hablaba, nos mostraba gráficos, contratos firmados y muchas cuentas, una carpeta tras otra, remarcaba lo más importante "¿Entiendes hija cómo es?" me decía mirándome por encima de sus anteojos, yo a todo decía sí, pero miraba a mi alrededor y mis ojos se centraban en la sonrisa de mi bella chica, por momentos me sentía incómoda, un leve rubor invadía mi cuerpo al imaginar que la besaba allí en frente de mi abuelo.
"Lauren, ¿estás escuchándome?" decía la voz ronca de ese hombre, asentí y miraba mis apuntes, no sé qué es lo que estaba anotando, "Lo importante Lauren es..." y no escuchaba nada más. ¡Dios esto era un martirio!

"Abuelo, necesito un descanso" dije alrededor de las cuatro de la tarde, estuvimos trabajando bastante tiempo sin pausas, en realidad yo no lograba concentrarme al tener a camz tan cerca allí. Mi abuelo de mala gana accedió.

-¿Te sientes bien Lau? -preguntó ella.
-Necesito un poco de aire fresco -dije mirándola.
-¡Vamos a pasear lau!- me tomo de la mano y salimos de la empresa caminando, al recorrer unas dos cuadras ella me tomó de la mano y me guiaba por quién sabe dónde, yo me dejaba llevar.
Paseábamos por las veredas admirando los edificios, viendo a lo alto el cielo celeste, dejándonos cubrir por la leve brisa del otoño. En un momento determinado ella paró y dijo:

-Deberíamos volver lau...
-No camz... me gusta pasear contigo, sólo un rato más...
-Tenemos bastante tiempo para pasear juntas lau, debemos volver al trabajo.

Fruncí mi ceño, por vez primera no quería trabajar, sólo deseaba estar con ella sin tener que preocuparme por los malditos negocios. Ella sonrió, y sin previo aviso me besó. La gente pasaba a nuestro alrededor pero no me importaba, los labios de camz no se despegaban de los míos y la sensación era totalmente embriagadora. ¿Cómo se sigue después de eso? Ella tiraba de mi brazo regresando a la empresa, yo iba volando por el cielo celeste, ya no sabía si ese cielo era el que veía a lo alto o simplemente eran mi imaginación, el escenario me confundía, sus pupilas se mezclaban con el cielo y yo simplemente era una mujer que se dejaba arrastrar por las calles destilando amor. ¡Un momento! ¿Qué estaba haciendo?, ella me besó frente a miles de personas que transitaban por ese lugar y a ninguna nos importó. Paré en seco y ella dejó de avanzar "¿Sucede algo?" preguntó un poco asustada. La miré y le dije: "Pasa que sólo deseo besarte". No lo pensé más, la aferré contra mi cuerpo y la besé, ella enlazó sus brazos a mi cuello y sonreía. Un beso más, siempre quería un beso más.

Un Amor VerdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora