Celos parte II

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Pov Lauren

Dejé a camz descansar, cuando me dirigía a la puerta del hotel vi a la recepcionista, ella me saludó nuevamente y preguntó:

-¿Todo bien señorita jáuregui?
-Más que bien, gracias por todos los detalles, estuvo todo hermoso.
-Es nuestro trabajo, me alegro verla tan satisfecha.
-Gracias -sonreí un poco acalorada, no sabía muy bien que quería decir con satisfecha.
-La señorita cabello es un poco celosa, ¿verdad?
-Ehh... ¿Perdón?
-Disculpe mi atrevimiento, pero he notado como me mira ella y déjeme decirle que un poco de miedo me ha dado.
-Oh... -no sabía que más decir, prácticamente ella sabía que camz era mi novia con tan sólo observarnos, ¿tanto se notaba lo enamoradas que estábamos?
-Igual ambas son tiernas, hacen una linda pareja señorita jáuregui, felicitaciones.
-Ehh... ¡Gracias! Debo irme... hasta luego.

Escuché un efusivo "Hasta luego" de parte de ella, pero aún tenía dudas, ¿tanto se notaba lo nuestro? Paré en seco, miré hacia atrás, dudé un poco pero me volví hacia la recepcionista.

-Emmm... disculpa, ¿tanto se nota lo que hay entre camz y yo?
-¿Camz? -dijo dudando- ¡Ah! ¿la señorita cabello? ¡Hermoso nombre! -exclamaba con su tono inglés- ¿Cómo explicarle? Se percibe algo especial, puede haber miles de personas en este lugar pero mi mirada se centra en ustedes dos, hay algo, es amor, se nota, por lo menos eso me pasa a mí, no sé a los demás, tal vez les sucede lo mismo.
-Oh... -dije un poco colorada por las sinceras palabras de la recepcionista.
-La noto un poco ruborizada, ¡Santo cielo! ¿acaso nadie sabe sobre su relación? -la miré aprobando su enunciado, me miró sorprendida y agregó- ¡Yo no diré nada! No se preocupe, seré discreta. ¡Aww son tan tiernas!

Sonreí aún más. "Bien, ahora si me voy" dije un poco aturdida por ser tan obvia, la chica acababa de proporcionarme demasiada información que no había tenido en cuenta. Antes de alejarme me preguntó si camz saldría, le dije que no, que ella se quedaba a descansar. No preguntó nada más y me fui, despidiéndome una vez más de ella.

Mientras el taxi inglés me llevaba a la empresa pensaba en camz, comenzaba a extrañarla, me estaba dando cuenta que comenzaba a ser una persona indispensable para mí; antes, la soledad no me preocupaba en lo más mínimo, pero ahora comenzaba a pesarme, no quería estar sola, mejor dicho, no quería estar sin ella, sólo la necesitaba a mi lado, sentir su aroma y tocar su piel.

El taxi frenó y me dejó ante el imponente edificio. Entré y me condujeron a la sala de conferencias, Edward se encontraba allí expectante de la llegada de mi chica, noté su cara de frustración al no verla, se acercó a mí y me preguntó por ella. No tenía por qué darle explicaciones, es más no quería hacerlo, él comenzaba a fastidiarme, estaba a punto de decirle unas cuantas verdades hasta que el jefe de él pregunto por "la señorita cabello". Los miré y sólo dije: "Ella se ha quedado a descansar, sepan disculparla, es nueva en este tipo de negocios". Todos asintieron y quisieron reanudar la reunión. Edward estaba triste, quería lanzarlo hacia la puerta por sentirse así por mi chica, ¡mi chica!

Desarrollé toda la reunión con el proyecto de mi abuelo. Deseaba terminar lo más antes posible, saber que camz estaba semi-desnuda en la cama era algo que me tenía desesperada. La reunión se extendió hasta cerca de las siete de la tarde. El empresario quedó fascinado con la idea de mi abuelo y pensaba seriamente en unirse a nosotros. Al día siguiente tendría su respuesta, ahora ya estaba desocupada, por fin.

Edward, el incansable, aún seguía insistiendo, me preguntó si era posible que camz y yo cenemos con él. Ya estaba cansada de él, mi cerebro seleccionaba cada una de las posibles palabras que le diría para que dejara de pretender a mi novia, "Sutileza lauren, sutileza" eso me decía a mí misma. "Mira Edward, he notado que te interesa bastante camila, pero tú a ella no, verás, ella está enamorada, lamento informarte que no tienes chances, no insistas. Un hombre así tan insistente no es atractivo para una mujer ¿me entiendes?" Él me miró un poco avergonzado, su fachada de macho se fue al diablo, no era nada más que un pobre tipo que no sabía cómo llamar la atención de alguien que ni siquiera lo mira. "Bien, las veo mañana" dijo un poco furioso y frustrado. Se fue sin más y me dejó allí en la sala de reuniones. Tomé mis cosas y salí del lugar.

Un Amor VerdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora